Boletín UNAM-DGCS-226
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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Para obtener compuestos que pueden
utilizarse como anticancerígenos, contra várices y hemorroides, y fibra
dietética
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Además de fijadores aromáticos y
antioxidantes que atenúen o retrasen el deterioro de funciones cerebrales como
memoria, coordinación y aprendizaje
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Estas investigaciones están a cargo de
Arturo Navarro, de la Facultad de Química
Científicos de la UNAM buscan
cómo utilizar los desechos del limón y el agua de nixtamalización para obtener
compuestos que puedan emplearse como anticancerígenos, contra várices y
hemorroides, y fibra dietética en el primer caso, hasta fijadores de aromas y
antioxidantes que atenúen o retrasen el deterioro de funciones cerebrales como
memoria, coordinación y aprendizaje, en el segundo.
Así se desprende de los
trabajos para la implementación de procesos que lleven a conseguir estos
nutracéuticos (componentes de los alimentos que ejercen una acción benéfica
sobre métodos biológicos y previenen enfermedades), realizados en la Facultad
de Química por los investigadores María de los Ángeles Valdivia y Francisco
Ruiz Terán, bajo la dirección de Arturo Navarro.
Conocidos como alimentos
inteligentes, funcionales, genéricamente diseñados, terapéuticos, de valor
añadido, genómicos, fármaco–alimentos, fitoalimentos o fitonutrientes, estos
compuestos están sobre todo en comestibles de origen vegetal, como verduras,
semillas, cereales y frutas.
Sobre el limón mexicano (Citrus
auantifolia), Arturo Navarro señaló que los productos tradicionales de la
industrialización del fruto son aceite, pectina y concentrado de jugo. Nuestro
país sólo cuenta con técnicas para obtener el primero; el zumo se tira.
Luego entonces, se busca
obtener esos compuestos químicos a partir de los desechos generados por la
industria de cosméticos (que los utiliza en cremas) y de limpieza (en
limpia–pisos y shampoos).
Reveló que se plantearon
diseñar procesos para conseguir limonoides –anticancerígenos–, flavonoides –que
dan resistencia a los capilares, lo cual ayuda a quienes tienen várices o
hemorroides– y fibra dietética. Se busca adicionarlos a los alimentos. En el
caso de los segundos, inclusive se pueden vender como fitofármacos.
Con Francisco Ruiz Teherán,
Arturo Navarro trabaja en el aprovechamiento del nejayote o agua de nixtamalización.
Quieren recuperar el ácido ferúlico, uno de los antioxidantes que atenúan o
retrasan el deterioro de funciones cerebrales como memoria, coordinación y
aprendizaje, además de controlar los malos olores de los alimentos.
Además, es materia prima para la
producción del extracto de vainilla o vainillina, uno de los más usados en la
industria de los comestibles. Cabe señalar que el kilo de vainilla natural
varía entre mil 200 y cuatro mil dólares en el mercado, y la gourmet, utilizada
para perfumería fina, llega a alcanzar los cinco mil dólares por kilo.
En México se tiene una barata
fuente de ácido ferúlico, pues se tiran varios miles de litros de nejayote por
día, “pero hay que desarrollar un proceso biotecnológico para obtener la
vainillina”.
Arturo Navarro explicó que los
nutracéuticos tienen un ingrediente que incrementa el bienestar del individuo o
disminuye el riesgo de tener padecimientos más allá de la función tradicional
de los nutrientes que contiene. Dicho ingrediente lo pueden incluir
naturalmente o se les puede agregar. Por ejemplo, a las mayonesas se les añaden
esteroles, para reducir los niveles de colesterol.
Los grupos más importantes son
los carotenos (antioxidantes) del chile morrón, jitomate, zanahoria, tuna roja,
betabel, espinacas y acelgas; los polifenoles (antioxidantes y
anticancerígenos), que existen en la manzana, pera, uvas, zarzamoras, moras,
cerezas, duraznos, toronja, naranja, limas y limones; los esteroles (reducen
los niveles de colesterol) de semillas oleaginosas, como las de girasol, soya y
pepitas de calabaza; los tioles (antioxidantes), en ajos y cebollas, y los
tocoferoles (antioxidantes), casi siempre asociados con los esteroles.
Arturo Navarro hizo hincapié en que en
México ya hay empresas dedicadas a la distribución y producción de
nutracéuticos; sin embargo, las normas existentes no son suficientes, pues no
garantizan los supuestos beneficios a la salud.
Dicha situación provoca que el
fabricante asegure que su producto está adicionado con sustancias para proveer
beneficios y sea falso. Ante ello “no hay forma de comprobar que el proveedor
los incluya; y esta situación se repite en prácticamente toda América Latina”,
concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01.
En la Facultad de Química de la UNAM Arturo Navarro
y su grupo buscan cómo utilizar los desechos del limón y el agua de nixtamalización
para obtener nutracéuticos.
FOTO 02
Arturo Navarro, de la Facultad de Química de la UNAM, trabaja en la
obtención de nutracéuticos, alimentos que ejercen acción sobre procesos
biológicos y reducen el riesgo de sufrir enfermedades.