06:00 hrs.  25 de Marzo  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-226

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

PRETENDEN APROVECHAR DESECHOS DE LIMÓN Y AGUA DE NIXTAMALIZACIÓN, EN LA UNAM

 

·        Para obtener compuestos que pueden utilizarse como anticancerígenos, contra várices y hemorroides, y fibra dietética

·        Además de fijadores aromáticos y antioxidantes que atenúen o retrasen el deterioro de funciones cerebrales como memoria, coordinación y aprendizaje

·        Estas investigaciones están a cargo de Arturo Navarro, de la Facultad de Química

 

Científicos de la UNAM buscan cómo utilizar los desechos del limón y el agua de nixtamalización para obtener compuestos que puedan emplearse como anticancerígenos, contra várices y hemorroides, y fibra dietética en el primer caso, hasta fijadores de aromas y antioxidantes que atenúen o retrasen el deterioro de funciones cerebrales como memoria, coordinación y aprendizaje, en el segundo.

 

Así se desprende de los trabajos para la implementación de procesos que lleven a conseguir estos nutracéuticos (componentes de los alimentos que ejercen una acción benéfica sobre métodos biológicos y previenen enfermedades), realizados en la Facultad de Química por los investigadores María de los Ángeles Valdivia y Francisco Ruiz Terán, bajo la dirección de Arturo Navarro.

 

Conocidos como alimentos inteligentes, funcionales, genéricamente diseñados, terapéuticos, de valor añadido, genómicos, fármaco–alimentos, fitoalimentos o fitonutrientes, estos compuestos están sobre todo en comestibles de origen vegetal, como verduras, semillas, cereales y frutas.

 

Sobre el limón mexicano (Citrus auantifolia), Arturo Navarro señaló que los productos tradicionales de la industrialización del fruto son aceite, pectina y concentrado de jugo. Nuestro país sólo cuenta con técnicas para obtener el primero; el zumo se tira.

 

Luego entonces, se busca obtener esos compuestos químicos a partir de los desechos generados por la industria de cosméticos (que los utiliza en cremas) y de limpieza (en limpia–pisos y shampoos).

 

Reveló que se plantearon diseñar procesos para conseguir limonoides –anticancerígenos–, flavonoides –que dan resistencia a los capilares, lo cual ayuda a quienes tienen várices o hemorroides– y fibra dietética. Se busca adicionarlos a los alimentos. En el caso de los segundos, inclusive se pueden vender como fitofármacos.

 

Con Francisco Ruiz Teherán, Arturo Navarro trabaja en el aprovechamiento del nejayote o agua de nixtamalización. Quieren recuperar el ácido ferúlico, uno de los antioxidantes que atenúan o retrasan el deterioro de funciones cerebrales como memoria, coordinación y aprendizaje, además de controlar los malos olores de los alimentos.

 

Además, es materia prima para la producción del extracto de vainilla o vainillina, uno de los más usados en la industria de los comestibles. Cabe señalar que el kilo de vainilla natural varía entre mil 200 y cuatro mil dólares en el mercado, y la gourmet, utilizada para perfumería fina, llega a alcanzar los cinco mil dólares por kilo.

 

En México se tiene una barata fuente de ácido ferúlico, pues se tiran varios miles de litros de nejayote por día, “pero hay que desarrollar un proceso biotecnológico para obtener la vainillina”.

 

Arturo Navarro explicó que los nutracéuticos tienen un ingrediente que incrementa el bienestar del individuo o disminuye el riesgo de tener padecimientos más allá de la función tradicional de los nutrientes que contiene. Dicho ingrediente lo pueden incluir naturalmente o se les puede agregar. Por ejemplo, a las mayonesas se les añaden esteroles, para reducir los niveles de colesterol.

 

 

Los grupos más importantes son los carotenos (antioxidantes) del chile morrón, jitomate, zanahoria, tuna roja, betabel, espinacas y acelgas; los polifenoles (antioxidantes y anticancerígenos), que existen en la manzana, pera, uvas, zarzamoras, moras, cerezas, duraznos, toronja, naranja, limas y limones; los esteroles (reducen los niveles de colesterol) de semillas oleaginosas, como las de girasol, soya y pepitas de calabaza; los tioles (antioxidantes), en ajos y cebollas, y los tocoferoles (antioxidantes), casi siempre asociados con los esteroles.

 

Arturo Navarro hizo hincapié en que en México ya hay empresas dedicadas a la distribución y producción de nutracéuticos; sin embargo, las normas existentes no son suficientes, pues no garantizan los supuestos beneficios a la salud.

 

Dicha situación provoca que el fabricante asegure que su producto está adicionado con sustancias para proveer beneficios y sea falso. Ante ello “no hay forma de comprobar que el proveedor los incluya; y esta situación se repite en prácticamente toda América Latina”, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01.

 

En la Facultad de Química de la UNAM Arturo Navarro y su grupo buscan cómo utilizar los desechos del limón y el agua de nixtamalización para obtener nutracéuticos.

 

 

FOTO 02

 

Arturo Navarro, de la Facultad de Química de la UNAM, trabaja en la obtención de nutracéuticos, alimentos que ejercen acción sobre procesos biológicos y reducen el riesgo de sufrir enfermedades.