Boletín UNAM-DGCS-219
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN PERMANENTE DEL LENGUAJE
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La académica de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM, Tatiana Sule, dijo que cambia de acuerdo con el tiempo y las
necesidades de la población
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Aclaró que México no
ha perdido su identidad en esta materia, porque la lengua no se remite a las
palabras, sino a aspectos como la cultura de los pueblos
El lenguaje vive un permanente
proceso de evolución y transformación de acuerdo con el tiempo y las
necesidades de la población, pero nunca sufre retrocesos. Es un hecho vivo, un
fenómeno inherente que resulta inevitable, afirmó la académica de la Facultad
de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, Tatiana Sule.
Precisó que, por lo regular,
los cambios presentados tienen su causa en los usos, por lo que son continuos.
Sin embargo, aclaró, hasta el momento México no ha perdido su identidad en esta
materia, porque la lengua no se remite sólo a las palabras, sino a otros
aspectos importantes, como la cultura de los pueblos.
Ejemplificó que hace cinco
años nadie decía palabras altisonantes o populares en la televisión; hoy se
usan todas y se han convertido en un hecho exótico. Se incorporaron hasta por
clases sociales y perdieron cargas anteriores, como las groserías. Tales son
los casos de “güey” o “chido”. Antes “gacho” no era aceptada y ahora es común.
En la actualidad, destacó, las
modificaciones más importantes se dan en la lengua escrita y, como hecho
novedoso, surgen con la utilización del chat, Internet, y con los
mensajes de texto a través de los teléfonos celulares.
En entrevista, la jefa de
Estudios Profesionales de la FFyL explicó que en estos dos últimos casos es
reciente la reducción de palabras a siglas o claves, pues se empezaron a usar
hace no más de cuatro años. Sin embargo, se ha generalizado por ser una
comunicación rápida.
Es un fenómeno interesante,
abundó, porque primero existían en la jerga juvenil o en un argot específico.
Ahora es un tipo de escritura no sólo compartida por este sector sino reflejada
en todos los ámbitos, hasta alcanzar a los adultos; ello hace pensar que se
puede generalizar entre toda la población.
Ese grupo, dijo, utiliza más
los mensajes a través del teléfono celular por ser más fácil, silencioso y
económico. Ejemplificó con palabras como “te quiero mucho”, las cuales abrevian
con “TQM”.
Tatiana Sule manifestó que
también hay simplificación ortográfica: la Q se sustituye con la K; algunos
vocablos se cambian por caracteres ajenos al alfabeto, como la X de las matemáticas
en lugar de “por”, los signos + y – en vez de sus similares. En otros casos,
utilizan iconos, escritura conocida como “emoticones”, que denotan emociones:
carita feliz, triste, corazón, sorpresa, admiración.
Se mostró sorprendida de que,
en el caso de los adolescentes, al chatear se cambian el nombre de
identificación cada semana. Lo interesante, dijo, es que muchos de ellos buscan
con fervor el verso más bonito, romántico o que diga más sobre su personalidad.
Otra de las observaciones,
dijo, es que los muchachos de secundaria reportan que cuando escriben sus
apuntes o trabajos de la escuela deben reflexionar sobre la forma de anotar las
palabras, porque ya están acostumbrados a su lenguaje particular. Incluso,
reconocen que se equivocan y escriben con su argot, con mensajes cortos e
iconografía, provocando errores.
Esto muestra, argumentó, cómo
es una necesidad generada del propio uso de estos mensajes, que avanza en forma
vertiginosa. A largo plazo, esta influencia podría propiciar cambios ortográficos
reales en la escritura, la cual siempre es más conservadora que la lengua
hablada.
La especialista subrayó que otro fenómeno es la forma particular de expresarse de la población. Los diferentes grupos –sin importar la edad–, usan palabras exclusivas por sector. Los cambios, insistió, se dan por necesidades de la gente. Por lo regular tienen su causa en los usos. Como la lengua tiene vida propia, no se pueden evitar las transformaciones. Los hablantes mandan, así el lenguaje no se enriquece ni empobrece, simplemente cambia.
Hoy día, señaló, la innovación
se da en una clase social con acceso a telefonía celular e Internet. Para que
se extienda a otros medios pasará un tiempo, porque está relacionado con
aparatos y sistemas. Debe considerarse que los diferentes grupos sociales
tienen alcance de las cosas en momentos distintos.
A esto se suma el hecho de que
idiomas como el inglés y costumbres estadounidenses han invadido México en
distintos rubros, como el lenguaje, en forma inevitable, sobre todo en materia
de informática. Ahí están palabras como Web, software, escanear.
Este fenómeno se genera en todas las lenguas del mundo, porque es el idioma
internacional del momento, pero siempre hay un equilibrio.
De repente, advirtió, hay voces de alerta sobre una invasión del inglés; pero, por ejemplo, en la frontera es inevitable, porque al estar en contacto con otra habla, no se puede impedir que se use un mayor número de palabras influidas, como “troca” o “parqueo”. Tatiana Sule refirió que es un proceso de adaptación, pero por el momento no se puede decir que a México lo vaya a absorber el inglés.
El estudio iniciado en la FFyL
sobre estos cambios del lenguaje, externó, está en etapa de observación, luego
se hará un proyecto formal de investigación. Los lingüistas de la Universidad
deberán dedicar una parte de su análisis a este fenómeno, pues las mutaciones
son permanentes, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
La académica de
la FFyL de la UNAM, Tatiana Sule, dijo que es permanente la evolución y
transformación del lenguaje y cambia de acuerdo con el tiempo y las necesidades
de la población.
FOTO 02.
A pesar de la permanente mutación
del lenguaje, México no ha perdido su identidad en esta materia, porque no se
remite sólo a las palabras sino a aspectos como la cultura de los pueblos,
afirmó la académica de la FFyL de la UNAM, Tatiana Sule.