Boletín UNAM-DGCS-213
Ciudad Universitaria
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final del boletín
EN AUMENTO LA BÚSQUEDA AFECTIVA EN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
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El ser humano recurre a la búsqueda de sexo en
Internet y la telefonía, así como en los llamados table dance o salas de masaje
· Sustituyen los encuentros reales por fantasías, indicó José de Jesús González Núñez, profesor de la Facultad de Psicología
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Todos estos recursos son consumidos porque están
disponibles en el mercado; la facilidad de acceder a ellos posibilita el
incremento de su demanda, consideró
En una época donde crece la
necesidad de afecto entre la gente, el ser humano recurre a la búsqueda de sexo
en Internet y la telefonía, en los llamados table dance o salas de masaje, que
sustituyen los encuentros reales por fantasías, afirmó José de Jesús González
Núñez, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Todos estos recursos son
consumidos porque están disponibles en el mercado; la facilidad de acceder a
ellos posibilita el incremento de su demanda, aunque las exigencias amorosas
entre las personas sigan insatisfechas, añadió.
La sexualidad, consideró,
tiene tres funciones primordiales: la procreación, reafirmar la personalidad y
el placer. Sin embargo, en los últimos años se ha invertido esa jerarquía,
porque ya no se busca agrandar la descendencia, ni obtener cariño que afiance
como hombre o mujer; por ello, persiguen otros tipos de contacto físico, visual
o auditivo.
El sujeto tiene como objetivo
gratificar sus necesidades de ser escuchado, de tocar y ver; por eso acude a
los table dance, consulta pornografía en la red, participa en chats, utiliza
las hot lines y busca citas a ciegas ofertadas en anuncios de periódicos y revistas,
precisó.
Por ejemplo, dijo, en el caso de la
Internet, la persona supone que la computadora tiene vida y le da un contenido
simbólico, pues sólo basta con apretar los botones adecuados para encontrar lo
requerido. Con el tiempo se vuelven adictas a estos estímulos, aunque realmente
nunca les retribuyan afectos; es entonces cuando adoptan conductas patológicas
como las perversiones, entendidas como desviaciones en las prácticas y modos de
obtener placer sexual.
Esta gente no advierte que no
es tratada como ser humano, sino como objeto de gratificación económica y pasa
a formar parte de una transacción comercial, subrayó.
Este fenómeno también se
advierte en las relaciones de pareja, que suponen un compromiso emocional
libre, pero si interfiere el hedonismo en alguno de ellos, puede aparecer la
infelicidad unilateral y no hacerse los esfuerzos necesarios para mantener ese
vínculo.
De hecho, los casados dejan de
tocarse y comienzan una “competencia” para dar cada vez menos. El marido acusa
a su esposa de no satisfacerlo emocional y sexualmente, y su contraparte se
siente resentida; por lo mismo, no atiende las necesidades de su cónyuge. En
ese momento se buscan soluciones fáciles, refirió.
Hoy día, destacó, a ambos les
cuesta mantenerse estables y prefieren encuentros donde no se involucren. Así,
mientras la mujer aprende a pedir lo que quiere y necesita, el hombre no lo
hace porque teme asumir obligaciones y fallar. Por eso no establecen lazos
permanentes.
El especialista en psicología de
lo masculino consideró que los estímulos de gratificación en las relaciones
amorosas no han cambiado, siguen siendo los mismos. “Si establezco una pareja y
soy consciente: la enamoro, me dedico a verla, escucharla, a buscar el contacto
físico y a expresarle mi amor”.
Pero cualquier desatención o
mentira levanta resentimientos; “ya no doy elementos cariñosos, por esas
limitaciones afectivas y el enojo; entonces se pierden los elementos que
animaban esa unión”, abundó.
En esos momentos, en lugar de
hacer un esfuerzo por mantenerse juntos, se piensa que es más fácil terminar
porque ya no es placentero y no alimenta los afectos. Ante esta situación, se
debe pensar que todos somos ambivalentes frente al otro, es decir, tenemos
cualidades y defectos, los cuales el verdadero amor trata de tolerarlos y ayuda
a solucionarlos, subrayó.
De seguir esta situación,
advirtió, el futuro de las relaciones amorosas es que se favorezca la
poliandria en la mujer y la poligamia en el hombre; que se dé más el
aislamiento y los sujetos busquen más vínculos por teléfono e Internet, en
lugar de algo real.
Entonces el sexo perdería por
completo su papel unificador, de expresión sentimental que une a dos personas y
las hace crecer, y se convertiría en un acto biológico de gratificación
instintiva o económica, aseveró.
Por ello, hombres y mujeres
deben buscar relaciones humanizadas, porque son las que llevan a la plenitud.
En realidad, “hacer un esfuerzo para convivir con la pareja el mayor tiempo
posible es más gratificante amorosa, emocional y psicológicamente que el
cambiar de compañero por el puro placer del sexo”, concluyó.
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PIES DE FOTO
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Cada vez es mayor el número de personas que en lugar
de establecer relaciones reales recurre a la fantasía, afirmó José de Jesús
González Núñez, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM.
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Para gratificar sus necesidades el ser humano recurre a los table dance, pornografía por la red, chats, hot lines y citas a ciegas, afirmó el académico de la UNAM, Jesús González Núñez