Boletín UNAM-DGCS-209
Ciudad
Universitaria
Pies de foto al
final del boletín
Las mujeres sólo pueden tener un espacio
como género, como masa y conglomerado en las democracias, reconoció en la
Universidad Nacional la ex gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes Rangel,
presidenta de la Fundación Colosio.
Al participar en las jornadas
universitarias “Mujer que sabe latín...”, celebradas en la Facultad de Estudios
Superiores Cuautitlán (FESC), subrayó que sólo esos regímenes ofrecen oportunidades
al sector femenino, a las que tienen que ver con la vida cotidiana, con las
condiciones de las mayorías sociales. En ese sentido, “la democracia es el
espacio en donde cada ser humano debe valer por sí mismo, por su condición de
ciudadano”.
Por ello, calificó de
dramático que en estos sistemas muchas mujeres no voten, se abstengan y que el
tema del sufragio no forme parte de sus prioridades. “Este es un momento en el
que las mexicanas deberían exigirle a todos los partidos una agenda de
compromiso preciso con ellas”.
Paredes Rangel sostuvo, en
esta actividad organizada por la Secretaría de Servicios a la Comunidad y la
Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria (DGACU), que las
mujeres deben ejercer su posición de masa crítica, lo cual sólo será posible
cuando puedan potenciar su fuerza cuantitativa y la vuelvan cualitativa. “De
nada sirve que seamos la mitad de la población o un poco más, si está
desinformada, desorganizada, y sin capacidad de ejercer su presencia”.
Refirió que el largo trecho y
la enorme longitud de la senda que han tenido que caminar para participar en el
poder e incidir en la esfera pública, ha pasado por diversos vaivenes, momentos
y circunstancias, pero “sólo podemos tener un espacio como género, como masa y
conglomerado en las democracias”.
Recordó que a lo largo de la
historia han destacado muchas de ellas en la esfera pública y de poder, como
Isabel la Católica, Catalina la Grande y Margaret Tatcher, Eva Perón y otras
tantas.
En una larga etapa de la historia
las mujeres que participaron en el poder lo hicieron por ser miembros de una
dinastía. Más que por su condición femenina, su status de descendencia las
llevó a reproducir los papeles de dominio que representaron, y los intereses de
clase a los que pertenecían.
Por muchos años los demócratas
“luchamos porque el poder no sea dinástico, porque cuando es así, el conjunto
social no tiene posibilidades de participar en él. El ejercicio de este
privilegio es una distorsión, una expresión de la época monárquica y feudal”.
En su oportunidad, Olimpia
Flores Ortiz, del Instituto de la Mujer, comentó que en la actualidad aún
existe ese gran espectro de la política que representan la derecha y la
izquierda, y es posible optar por una de ellas.
Lo que pretende la derecha es
la negación del cuerpo y la perpetuación por encima de la libertad del papel de
las mujeres en la familia. El feminismo, por su parte, sólo puede ser de
izquierda, y lo que busca es encontrar los caminos desde la organización de la
familia y la participación de cada persona, hombre o mujer, para el libre
albedrío de unos y otros. Es ahí donde se va a concretar verdaderamente la
igualdad, agregó.
Por ello, consideró
imprescindible un Estado laico, para que no haya el prejuicio de incluir en las
decisiones de lo público, las cuestiones de la moral de las personas.
Al hablar de la familia y la
mujer, Beatriz Schmukler, del Instituto “Luis Mora”, externó que hoy se viven
importantes transiciones familiares, donde la negociación lleva a que los
hombres cada vez se hagan cargo del cuidado de los hijos, y a responsabilizarse
de las tareas domésticas.
Además, también hay un
importante incremento de hogares con jefatura femenina. “Estamos hablando de
conjuntos recompuestos, otros con autoridad de la mujer, y donde los hogares
nucleares son pocos. Esto provoca, en algunos casos, la negociación y en otros
el conflicto”, precisó.
El concepto que hoy se está
manejando tiene que ver con la diversidad, con que no existe una familia
natural que actúa por instinto, sino que hay otras que lo hacen a partir de
patrones culturales muchas veces autoritarios, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Las especialistas Beatriz Schmukler y Olimpia Flores
previo a su participación en las jornadas universitarias “Mujer que sabe
latín...”, celebradas en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la
UNAM.
FOTO 02
Beatriz Paredes, presidenta de la Fundación Colosio,
reconoció en la UNAM que las mujeres sólo pueden tener un espacio como género, como
masa y conglomerado en las democracias.