17:00 hrs.  10 de Marzo  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-192

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

SUCEPTIBLE DE SER MANIPULADA, LA SOCIEDAD MEXICANA

 

·        Señaló Leonardo Curzio, del CISAN, en una videoconferencia desde Madrid, España

·         Indicó que los partidos políticos se enfrentan a una ciudadanía voluble, que no tiene puntos de vista firmes sobre determinadas situaciones

·        Porfirio Muñoz Ledo, presidente del Centro Latinoamericano de la Globalidad, dijo que el propósito de toda transición es hacer un nuevo andamiaje institucional

·        Participaron en la conferencia “La transición democrática y construcción de ciudadanía en España y México”, organizada por la Casa de las Humanidades de la UNAM y la Casa de América

 

En México tenemos una sociedad débil, susceptible de ser manipulada, coptada o comprada con prebendas, y aún con una elevada tolerancia a la corrupción. Las prácticas corporativas y clientelares siguen dominando y tenemos caciquismos vitalicios.

 

Así lo afirmó en videoconferencia desde Madrid, España, el especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Leonardo Curzio.

 

Señaló que los partidos políticos se enfrentan a una ciudadanía voluble, que no tiene puntos de vista firmes sobre determinadas situaciones y que coincide con prácticas deleznables, como la compra del voto.

 

En la videoconferencia “La transición democrática y construcción de ciudadanía en España y México”, organizada por la Casa de las Humanidades de la UNAM y la Casa de América, en Madrid, España, el universitario expuso que nuestro país debe atender ciertas reformas que de no prosperar condenarían a un mayor desprestigio a la naciente democracia y podría abrir caminos a gobiernos autoritarios o populismos.

 

Refirió que nuestro entusiasmo democrático ha sido breve. El actual gobierno no ha conseguido movilizar la energía de la sociedad para obtener mayores apoyos, de forma que el régimen democrático sea más vigoroso.

 

Además, no se ha dado relieve a una auténtica reforma del Estado que reemplace a las instituciones del viejo presidencialismo autoritario. También ha habido nula cooperación de partidos en las iniciativas generadas por el gobierno federal.

 

En México tenemos una política social y asistencial con tintes “electoreros”. Los gobiernos federal y estatales pagan enormes cantidades por tiempos comerciales en televisión para difundir su actuación con un claro sesgo personal: a pesar de que el dinero público y toda actividad pública deberían ser impersonales.

 

En nuestro territorio se hace videopolítica y los gobiernos se publicitan todos los días en todos los espacios, agregó Leonardo Curzio. Pero no sólo eso: la ciudadanía no logra transformar su malestar por una vía constructiva.

 

Así se señala en las encuestas, donde se refleja un enorme malestar con la clase política: 81 por ciento no se siente representado por ningún partido, y 52 por ciento cree que un ciudadano y no un político gobernaría mejor. Al mismo tiempo, las encuestas indican que 84 por ciento piensa votar en 2006 por un candidato de las tres principales fuerzas. Es decir, hay un alto nivel de personalización en la intención del voto, agregó.

 

 

 

México tiene una conciencia clara de su debilidad y eso, consideró, es un avance. “El debate sobre la musculatura de la democracia pasa por dos tareas fundamentales: la insoslayable redistribución del ingreso para darle viabilidad, lo cual puede llevar 20 años o más, y la reforma del Estado, que con voluntad política podría materializarse en un plazo mucho más corto”, finalizó.

 

En su oportunidad, Porfirio Muñoz Ledo, presidente del Centro Latinoamericano de la Globalidad, señaló que la situación de México es una transición, es decir, de cambio de un régimen autoritario a otro democrático que se resuelve por la negociación y en las urnas.

 

Pero resulta ser singular; en primer lugar, porque es lenta. A diferencia de España donde la caída de un régimen fue claro, en nuestra nación no hubo colapso del sistema. Los iberos venían de una dictadura de derecha, el nuestro de un sistema de izquierda.

 

Recordó que su crisis fue gradual, a partir de 1968, cuando perdió la capacidad de negociación. Luego, pasó de un sistema electoral fraudulento a otro que hoy es de los mejores del mundo. Tal transformación condujo al pluralismo; se fue reconociendo el triunfo de los partidos de oposición.

 

El propósito de toda transición, opinó Muñoz Ledo, es hacer un nuevo andamiaje institucional, resolver los problemas, cancelar el pasado e iniciar una nueva vida democrática.

 

Sin embargo, puntualizó, lo que ha ocurrido es una gran “dispersión”, porque se polarizó la política y en vez de crearse ese momento y espacio de neutralidad que han tenido todas las transiciones para construir el futuro, “se vino una disputa por lo que viene, pero sin nuevas normas”.

 

Muñoz Ledo señaló que se necesita funcionalizar al Estado ya que el sistema presidencial no funciona en un régimen multipartidista; además, se requiere instaurar el Estado de derecho y construir la ciudadanía. “La calidad de la democracia es fundamental para su consolidación”.

 

El embajador reconoció que existen áreas que no se han tocado, relacionadas con la radio y la televisión, la reforma de la educación y con los modos de la participación de la población (referéndum y plebiscito) en relación con formas de gestión de los servicios públicos, por ejemplo.

 

En México, finalizó, necesitamos tener un momento que nos lleve a una nueva constitucionalidad y a un plan nacional. “Nosotros no hemos decidido a dónde vamos. Se necesita que las fuerzas productivas, que los hombres públicos, la conciencia nacional se dé el tiempo y el espacio para concebir cuál es nuestro proyecto de nación y ubicación en el mundo. Ojalá demos los primeros pasos antes de la sucesión presidencial y se abra ese espacio dedicado a pactar el futuro del país”.

 

A su vez, Antonio Torres del Moral, catedrático de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, de España, mencionó que el tema de la transición política a la democracia es de constante actualidad en el mundo.

 

En la península ibérica, dijo, se vivió esa experiencia hace alrededor de 26 años y “no ha salido mal del todo, fue constructiva, aunque también tuvo puntos menos claros”.

 

Expuso que ha habido una tentación de catedráticos y políticos de aquel país de ir por el mundo predicando este modelo de transición a la democracia para que otros países “lo hagan como lo hicimos nosotros”.

 

Tal situación es discutible. No creo que sea paradigma en el sentido de que cada nación tiene su historia, condiciones y circunstancias, y seguramente la receta que le va bien a uno no le va bien a otro, concluyó.

 

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FOTO 01

En la UNAM, Porfirio Muñoz Ledo dijo que la transición mexicana polarizó el ambiente político en lugar de crear la neutralidad necesaria para construir el futuro.

 

FOTO 02

Leonardo Curzio, investigador del CISAN de la UNAM, participó desde Madrid en la videoconferencia “La transición democrática y construcción de ciudadanía en España y México”.