19:00 hrs.  09 de Marzo  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-189

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

 

 

ATRAVIESA LA POLÍTICA EXTERIOR DE MÉXICO POR UN MOMENTO CRÍTICO

 

·        La embajadora Olga Pellicer señaló en la UNAM que no hay una estrategia integral de vínculo con EU

·        José Luis Valdés, director del CISAN, recordó que en nuestro país el cambio de régimen obligó a repensar la relación internacional

·        Adolfo Aguilar Zínser señaló que la política exterior tiene que pasar por un proceso profundo de reconstrucción

·        El gobierno mexicano a partir del 2006 deberá realizar una tarea heroica para recuperar sus relaciones bilaterales y multilaterales: Bernardo Sepúlveda Amor

 

México se encuentra en un momento crítico, en el cual se está redefiniendo la relación con EU, sin que haya una estrategia integral para su vinculación con el vecino, señaló en la UNAM la embajadora Olga Pellicer.

 

Al comentar sobre el estudio Las relaciones de México con el exterior: diagnóstico y recomendaciones, título de la mesa redonda organizada por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte(CISAN) y el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, argumentó que ese lazo es cada vez más casuístico, voluble, y pasa de ser de gran cordialidad a otra donde ciertos sentimientos nacionales surgen, más como respuesta a necesidades de política interna, que de un proyecto binacional.

 

Por su parte, José Luis Valdés, director del CISAN, recordó que en México hubo un cambio de régimen que obligó a repensar no sólo temas de política interna, sino la relación internacional.

 

Ella debería ser entendida como instrumento permanente de defensa de los intereses nacionales, a la cual se añadan en el camino capítulos doctrinarios de política práctica, sólo cuando los problemas así lo requieran, sentenció.

 

Eso haría de la política exterior un instrumento de respuesta a las necesidades del país en el ámbito internacional, no desde la circunstancia que se viva, sino desde la generación de propuestas estratégicas que permitan delimitar y dirimir las prioridades de México, es decir, definir una política cohesionada más que de coyuntura.

 

Al retomar su exposición, Olga Pellicer, sostuvo que la relación bilateral ha tomado dimensiones nuevas e importantes. El tema de la seguridad, aunque siempre estuvo presente, tiene una nueva repercusión: es prioritaria y permea la agenda, como el rubro migratorio y fronterizo.

 

También se observa un agotamiento del TLC y la necesidad de llevar a cabo una revisión de las condiciones con las que nuestro país puede mantener y superar su competitividad en el mercado norteamericano, indicó.

 

Las relaciones exteriores de México no se han diversificado; por el contrario tienden a concentrarse en EU, sobre todo desde el punto de vista económico. Es inquietante la interacción con América Latina, región con la cual el comercio ha disminuido y la política es cada vez más incierta, mencionó.

 

Respecto de la incidencia de nuestro país en la construcción de la nueva arquitectura nacional señaló que en el informe se menciona la ocurrencia de realineamientos a escala internacional que han contribuido a un cierto aislamiento de grupos y alianzas específicos, de tal suerte que no está en la mejor posición para influir en muchos temas.

 

En su oportunidad, el embajador Adolfo Aguilar Zínser, integrante del CISAN señaló, en tanto, que la política exterior tiene que pasar por un proceso de reconstrucción. “Su desmantelamiento no es sólo resultado de las acciones del actual gobierno, sino de una tendencia que venía manifestándose por definiciones de carácter político interno y externo que habían hecho gobiernos anteriores”.

 

La postura diplomática no era tan sólida cuando se produjo el cambio político en el 2000, fecha a partir de la cual ha quedado en una situación de indefiniciones, resaltó.

 

Aseguró que hay elementos de carácter estructural que tienen que ver con la pérdida de los consensos internos respecto a los asuntos internacionales. La gran interrogante es si México debe o no asumir condición subordinada y dependiente de EU o seguir intentando la construcción de un modelo político y económico propio, al negociar su inserción en el mercado internacional y su vinculación con América del Norte, bajo las condiciones de un Estado soberano, con intereses nacionales, diferenciados de los de nuestros socios o aliados potenciales. Esta premisa está en entredicho.

 

Aguilar Zínser consideró que además, no podemos tener una política exterior en tanto el país no encuentre un elemento de aglutinamiento interno en torno a un proyecto común entre los mexicanos.

 

En término de la diversificación de sus relaciones exteriores, México no avanza, sino que está en franco retroceso, reiteró. La mirada de nuestro país está puesta en EU, no el mundo; empero, no debe plantearse como aliado del país del norte, sino sólo como su socio, amigo y buen vecino.

 

A su vez, Bernardo Sepúlveda Amor, ex canciller y catedrático de El Colegio de México, afirmó que el nuevo gobierno mexicano, a partir del 2006, deberá realizar una tarea heroica para reconstruir su política exterior, recuperar sus relaciones bilaterales y multilaterales, y para reanimar y recobrar a un servicio diplomático en crisis.

 

Aseguró que nuestro país ha perdido espacios políticos en todos los órdenes en el escenario internacional durante los últimos cuatro años. “Durante mucho tiempo existió en el seno de la sociedad mexicana y la clase política un acuerdo de los principios básicos e intereses fundamentales del país en el exterior; sin embargo, ya no existen”.

 

En esa labor que habrá de emprenderse será indispensable identificar, definir, conciliar y alcanzar entendimientos sobre los asuntos centrales que nos afectan en el ámbito internacional, opinó.

 

Tal hecho supone un nuevo “mapa de navegación”, y todos tenemos la obligación de iniciar ese ejercicio para trazar los lineamientos que habrá de contener, abundó.

 

Sepúlveda Amor refirió, asimismo, que en 2001 ingresaron 510 millones de personas a EU, 414 por vía terrestre. De éstos, 314 millones lo hicieron por México, es decir, el 62 por ciento. De ahí el imperativo de establecer criterios de seguridad.

 

En cuanto al el esquema planteado en 1994 por el TLC, dijo que se ha agotado. De hecho, ha disminuido la inversión de EU y Canadá, así como del resto del mundo en nuestro territorio, lo mismo que nuestra participación en el comercio mundial.

 

Eso debe ser fuente de preocupación. Por ello, “debemos hacer un examen sobre la perdida de competitividad en el ámbito doméstico y de nuestra incapacidad para ser competitivos en el sistema económico internacional, así como sobre el imperativo de las grandes reformas estructurales”, abundó.

 

Relativo al acuerdo migratorio, afirmó, no ha habido la posibilidad de negociar bilateralmente al respecto. Lo que sucederá es la adopción de medidas unilaterales por parte de EU para establecer criterios en la materia, como un programa de trabajadores temporales, finalizó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

FOTO 01

 

Bernardo Sepúlveda, Olga Pellicer, José Luis Valdés y Adolfo Aguilar participaron en la mesa redonda Las relaciones de México con el exterior: diagnóstico y recomendaciones, organizada en la UNAM.

 

 

FOTO 02

 

La embajadora Olga Pellicer señaló que México se encuentra en un momento crítico, en donde se está redefiniendo su relación con Estados Unidos.