Boletín UNAM-DGCS-181
Ciudad Universitaria
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final del boletín
ASPECTOS EDUCATIVOS
E IDEOLÓGICOS OBSTACULIZAN EL ACTUAR FEMENINO EN LA POLÍTICA
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Alicia Girón, investigadora del IIEc de la
UNAM, opinó que la única forma para que las mujeres sean tomadas en cuenta por
la sociedad es a través de las leyes
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Dramático que en 2003 sólo 3.9 por ciento de
las presidencias municipales en México las ocupaban mujeres: María Luisa
González, del IIEc
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Nada asegura la intervención masiva de este
sector, aseguró la economista universitaria Patricia Rodríguez López
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Alicia Téllez, asesora del PRI en el Senado,
dijo que factores culturales y tradicionales han violentado su participación en
el mercado laboral
Los aportes de la mujer en el
desarrollo de la sociedad han sido fundamentales; sin embargo, aspectos de
carácter educativo e ideológico han obstaculizado su actuación en el ámbito
político, coincidieron en señalar diversas especialistas en la mesa “Obstáculos
a la participación política de las mujeres en México”, organizada por el
Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Al respecto, Alicia Girón,
investigadora de esa entidad universitaria, reconoció la importancia femenina
en la economía nacional; no obstante, la única forma de ser tomadas en cuenta
por la sociedad es a través de las leyes, las cuales se aprueban en el
Congreso.
Insistió en que para ello es
prioritario el apoyo de los presupuestos con enfoque de género; de lo
contrario, difícilmente lograremos un cambio generacional, ya que estos
recursos tienen que estar acotados a programas específicos.
En el auditorio “Ricardo Torres Gaitán” del IIEc, la economista
universitaria consideró que la erradicación de la pobreza sólo será posible con
la participación de las mujeres y la asignación monetaria bajo parámetros de
igualdad.
En tanto, María Luisa González
Marín, también de ese Instituto, expuso que si bien el sector femenino
comprende más de la mitad de la población de nuestro país (54 por ciento), aún
está por debajo de lo que realmente representa en la sociedad.
Informó que en La Cámara de
Diputados, en el periodo 1952-1955, la presencia femenina sumó 0.5 por ciento
del total. Es decir, 161 legisladores eran hombres y sólo una mujer. En la más
reciente (2003-2006), de 500, 119 son mujeres, 23.8 por ciento.
En el Senado es hasta
1964-1967 cuando aparece esta presencia. De 58 senadores, 3 eran mujeres (5.1
por ciento), y en la última, de 128, 24 (18.75 por ciento). Asimismo de 66
integrantes en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, ellas sumaron 22
(33.3 por ciento).
Pero el caso más dramático
ocurre en las presidencias municipales, en donde se debería expresar la gran
participación femenina en el entorno social y político de su región; pero para
2003 sólo 3.9 por ciento de las
administraciones estaba a cargo de mujeres. Ni siquiera la cuota mínima de
participación aprobada por los partidos (30 por ciento).
A su vez, la economista
Patricia Rodríguez López, del mismo Instituto, comentó que nada asegura la
intervención masiva de este sector, si se piensa que el objetivo es lograr un
desarrollo y una mayor estancia de ellas. Además, muchos hombres pueden ser sus
representantes y llevar adelante sus intereses y demandas.
Al dar cifras sobre el sector
educativo, indicó que mientras en 1970 el número de inscritas a la licenciatura
en el país representaba 17 por ciento, para 2003 es de 49. En la UNAM la
matrícula femenina es superior a 50 por ciento.
Sin embargo, reveló, persiste
un rezago cultural e ideológico, la mujer sigue trabajando básicamente en el
sector servicios, se enfocan más en áreas como educación, ciencias de la salud,
ciencias sociales y administrativas; y después agropecuarias, ingenierías y
tecnología.
Por el alto porcentaje que
representan tanto en la población como en el padrón electoral, los partidos
políticos las han considerado en sus plataformas y en su discurso, como mercado
de votos, aseguró.
Para la asesora del grupo
parlamentario del PRI en la Cámara de Senadores, Alicia Téllez, la presencia
femenina en la construcción y el avance de la sociedad ha sido trascendente.
Empero, factores educativos, culturales y tradicionales han violentado su papel
en el ámbito laboral.
En la política, los hechos históricos muestran que la
vida pública ha estado reservada para los hombres, lo que ha significado
entender esta actividad bajo esquemas y códigos masculinos, marginándolas de
las deliberaciones sobre asuntos de interés colectivo, consideró.
“Hoy, el empoderamiento de las
mujeres se traduce en estar cerca y participar en la toma de decisiones,
convencidas de que los cambios en su condición sólo serán posibles si se apoyan
desde los órganos legislativos con la creación de leyes con perspectiva de
género”, subrayó.
No es garantía que más mujeres
en el poder impulsen una agenda de género, porque una vez que ocupan un escaño
o posición son pocas las que han asumido un compromiso con ellas. La mayoría
demuestra un interés primordial por asuntos económicos, políticos y sociales,
sin establecer un vínculo con estas causas, recordó.
Concluyó que la lucha femenina
se ha centrado en la equidad e igualdad entre los sexos, trabajo igualitario en
todos los ámbitos de la vida, tanto en lo público como en lo privado. Lo que ha
faltado es que no sabemos reconocer el concepto de solidaridad y de apoyo
mutuo.
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Foto 01
Diversos aspectos impiden el actuar
femenino en la política, reconocieron en la UNAM las ponentes de la mesa
“Obstáculos a la participación política de las mujeres en México”.
Foto 02
En el IIEc de la UNAM Patricia Rodríguez, María Luisa González, Alicia Girón y Alicia Téllez hablaron de los obstáculos a la participación política de las mujeres en México.