Boletín UNAM-DGCS-170
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
PARA QUE EL
DERECHO CONTRA LA TORTURA SEA EFICAZ, SE DEBEN DENUNCIAR TALES PRÁCTICAS
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En la UNAM, Jheison Torres, de la Defensoría
del Pueblo de Colombia, dijo que también debe haber una investigación que
permita, de manera eficaz e independiente, dar resultados
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Consideró que no puede existir una negación
de justicia tanto para la persona que denuncia un posible acto de tortura como
al perpetrador
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Una buena pesquisa penal puede evitar otros
casos más de vejación: enfatizó
Para que haya eficacia del
derecho contra la tortura es indispensable que se denuncien todas las prácticas
de violencia física y psicológica, de lo contrario la sociedad seguirá como
hasta ahora, reconoció en la UNAM Jheison Torres, asesor de la Defensoría del
Pueblo de Colombia.
No sólo basta con que se dé
ese conjunto sistemático de acciones que llevan a la denuncia, también debe
haber una investigación que permita, de manera eficaz e independiente, dar
resultados, cualquiera que estos sean, dijo en el seminario Lucha contra la
tortura, que se llevó a cabo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ).
Comentó que a veces la manera
insistente en que algunos defensores de derechos humanos tratan de recordar
sobre las obligaciones de los Estados puede conducir a romper el equilibrio
judicial. “Finalmente lo que estamos buscando y tenemos que exigir es justicia.
No puede haber una negación de ella tanto para la persona que denuncia un
posible acto de tortura como al perpetrador”.
En el auditorio “Héctor
Fix-Zamudio” del IIJ, donde participó con la ponencia “Recabar o investigar
datos relacionados con actos de tortura”, Jheison Torres refirió que para la
defensa misma contra estos actos, tiene que haber el ejercicio de un derecho,
no sólo a no sufrir esa práctica, sino a denunciarla.
Eso implica varias
obligaciones para los Estados respecto a la forma de abordar los hechos de
tortura, ante los cuales no pueden ser indiferentes. En ese rubro, los tratados
internacionales han sido enfáticos, lo mismo que organizaciones como la
Comisión Interamericana y la Corte Europea de Derechos Humanos.
El defensor colombiano explicó
que la búsqueda de la verdad siempre está enraizada y va de la mano con las
pruebas. Finalmente, ellas definirán la eficacia del derecho a no ser
martirizado. “Una buena investigación penal puede evitar muchos otros casos de
vejación”.
Aclaró que en este rubro no se
debe escindir la práctica de los derechos humanos. Pero “no es la razón la que
define la humanidad misma, es más bien el afecto, los sueños, otras
circunstancias, y esa es la lucha que tiene que estar enraizada en el tema de
la tortura”.
Antes que cualquier
consideración jurídica o teórica, hay que tener una reflexión e imaginarse el
mundo que todos quisiéramos y ver qué podemos aportar. Una sola persona no es
capaz de modificarlo, pero hay ámbitos en los que podemos cambiar, enfatizó.
Precisó que en ocasiones hay
resistencia en la imagen que se tiene sobre un delincuente, “somos humanos y
podríamos decir que quizá se merece la tortura. Pero no podemos hacerlo, la ley
y la sociedad no permiten titubeos, no se pueden dar espacios para que los
malos tratos y las vejaciones se presenten. Cuando abrimos esa “caja de
Pandora” empezamos a romper el Estado de derecho, pero quienes trabajamos en
justicia tenemos la obligación de defenderlo”.
Jheison Torres explicó que las
investigaciones pueden ser iniciadas de muchas formas, una de las cuales es la
denuncia, ya sea del torturado, su familia o su defensor. Incluso sería
pertinente que otros organismos tuvieran la facultad de hacerlo, porque en
ocasiones no hay acceso a un abogado.
Abundó que cualquier persona o
entidad que pueda hacer una querella seria y sustentada ante los tribunales o
los órganos competentes de investigación debe proceder de manera inmediata.
Además, como la tortura física
deja huellas, la rapidez con que se inicie la averiguación dará una señal de
eficacia. Si se dilata, dijo, el proceso puede suscitar muchas dudas. La
prontitud protegerá a las víctimas o testigos que están alrededor del caso,
quienes pueden estar en peligro.
La denuncia también debe
hacerse de manera secreta, sobre todo si se toma en cuenta que la víctima de
tortura está en indefensión, expresó. Otro problema es que los mecanismos para
presentar los hechos no son discretos, lo que propicia que el número de
demandas posibles no se asuma.
Hoy existe un problema de
voluntad ética y política en este tipo de prácticas, reconoció. Pero “si todos
hacemos un ejercicio y nos abrirnos para dejar ver nuestras dificultades y
problemas, cada vez será más sencillo erradicarlas, no sólo las torturas sino
todas los delitos relacionados con los derechos humanos”, concluyó el
especialista.
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Foto 01
Deben denunciarse todas las
prácticas de violencia física y psicológica, de lo contrario la sociedad
seguirá como hasta ahora, reconoció, Jheison Torres, de la Defensoría del
Pueblo, de Colombia.
Foto 02
En el Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el defensor de los derechos humanos
colombiano, Jheison Torres, dicto la ponencia Recabar o investigar datos
relacionados con actos de tortura.