14:30 hrs.  03 de Marzo  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-170

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

PARA QUE EL DERECHO CONTRA LA TORTURA SEA EFICAZ, SE DEBEN DENUNCIAR TALES PRÁCTICAS

 

 

·        En la UNAM, Jheison Torres, de la Defensoría del Pueblo de Colombia, dijo que también debe haber una investigación que permita, de manera eficaz e independiente, dar resultados

·        Consideró que no puede existir una negación de justicia tanto para la persona que denuncia un posible acto de tortura como al perpetrador

·        Una buena pesquisa penal puede evitar otros casos más de vejación: enfatizó

 

Para que haya eficacia del derecho contra la tortura es indispensable que se denuncien todas las prácticas de violencia física y psicológica, de lo contrario la sociedad seguirá como hasta ahora, reconoció en la UNAM Jheison Torres, asesor de la Defensoría del Pueblo de Colombia.

 

No sólo basta con que se dé ese conjunto sistemático de acciones que llevan a la denuncia, también debe haber una investigación que permita, de manera eficaz e independiente, dar resultados, cualquiera que estos sean, dijo en el seminario Lucha contra la tortura, que se llevó a cabo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ).

 

Comentó que a veces la manera insistente en que algunos defensores de derechos humanos tratan de recordar sobre las obligaciones de los Estados puede conducir a romper el equilibrio judicial. “Finalmente lo que estamos buscando y tenemos que exigir es justicia. No puede haber una negación de ella tanto para la persona que denuncia un posible acto de tortura como al perpetrador”.

 

En el auditorio “Héctor Fix-Zamudio” del IIJ, donde participó con la ponencia “Recabar o investigar datos relacionados con actos de tortura”, Jheison Torres refirió que para la defensa misma contra estos actos, tiene que haber el ejercicio de un derecho, no sólo a no sufrir esa práctica, sino a denunciarla.

 

Eso implica varias obligaciones para los Estados respecto a la forma de abordar los hechos de tortura, ante los cuales no pueden ser indiferentes. En ese rubro, los tratados internacionales han sido enfáticos, lo mismo que organizaciones como la Comisión Interamericana y la Corte Europea de Derechos Humanos.

 

El defensor colombiano explicó que la búsqueda de la verdad siempre está enraizada y va de la mano con las pruebas. Finalmente, ellas definirán la eficacia del derecho a no ser martirizado. “Una buena investigación penal puede evitar muchos otros casos de vejación”.

 

Aclaró que en este rubro no se debe escindir la práctica de los derechos humanos. Pero “no es la razón la que define la humanidad misma, es más bien el afecto, los sueños, otras circunstancias, y esa es la lucha que tiene que estar enraizada en el tema de la tortura”.

 

Antes que cualquier consideración jurídica o teórica, hay que tener una reflexión e imaginarse el mundo que todos quisiéramos y ver qué podemos aportar. Una sola persona no es capaz de modificarlo, pero hay ámbitos en los que podemos cambiar, enfatizó.

 

Precisó que en ocasiones hay resistencia en la imagen que se tiene sobre un delincuente, “somos humanos y podríamos decir que quizá se merece la tortura. Pero no podemos hacerlo, la ley y la sociedad no permiten titubeos, no se pueden dar espacios para que los malos tratos y las vejaciones se presenten. Cuando abrimos esa “caja de Pandora” empezamos a romper el Estado de derecho, pero quienes trabajamos en justicia tenemos la obligación de defenderlo”.

 

Jheison Torres explicó que las investigaciones pueden ser iniciadas de muchas formas, una de las cuales es la denuncia, ya sea del torturado, su familia o su defensor. Incluso sería pertinente que otros organismos tuvieran la facultad de hacerlo, porque en ocasiones no hay acceso a un abogado.

 

Abundó que cualquier persona o entidad que pueda hacer una querella seria y sustentada ante los tribunales o los órganos competentes de investigación debe proceder de manera inmediata.

 

Además, como la tortura física deja huellas, la rapidez con que se inicie la averiguación dará una señal de eficacia. Si se dilata, dijo, el proceso puede suscitar muchas dudas. La prontitud protegerá a las víctimas o testigos que están alrededor del caso, quienes pueden estar en peligro.

 

La denuncia también debe hacerse de manera secreta, sobre todo si se toma en cuenta que la víctima de tortura está en indefensión, expresó. Otro problema es que los mecanismos para presentar los hechos no son discretos, lo que propicia que el número de demandas posibles no se asuma.

 

Hoy existe un problema de voluntad ética y política en este tipo de prácticas, reconoció. Pero “si todos hacemos un ejercicio y nos abrirnos para dejar ver nuestras dificultades y problemas, cada vez será más sencillo erradicarlas, no sólo las torturas sino todas los delitos relacionados con los derechos humanos”, concluyó el especialista.

 

 

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Foto 01

Deben denunciarse todas las prácticas de violencia física y psicológica, de lo contrario la sociedad seguirá como hasta ahora, reconoció, Jheison Torres, de la Defensoría del Pueblo, de Colombia.

 

Foto 02

En el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el defensor de los derechos humanos colombiano, Jheison Torres, dicto la ponencia Recabar o investigar datos relacionados con actos de tortura.