11:30 hrs.  25 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-155

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

FOCOS ROJOS EN EL SECTOR RURAL ANTE LA APERTURA DEL TLC

 

·        Más de la mitad de la población del campo vive en pobreza, afirmó en la UNAM el consultor de la CEPAL Andrés Rosenzweig

·        Fernando Rello Espinosa de la FE, señaló que se debe avanzar hacia un orden comercial más justo, mientras se desarrolla una estrategia de fomento productivo nacional

·        Se realizó en esta entidad el Seminario La apertura del TLCAN en el 2008 y el futuro de los pequeños productores agrícolas en México

 

En el sector rural existen “focos rojos” por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ante la apertura total de productos como el maíz y frijol, al estimarse que 51 por ciento de la población del campo –integrada por 23 millones de mexicanos– vive en pobreza, mientras que 32 por ciento de los jornaleros carece de remuneración y algunos no rebasan los dos salarios mínimos, afirmaron especialistas universitarios.

 

Al participar en Seminario “La apertura del TLCAN en el 2008 y el futuro de los pequeños productores agrícolas en México”, organizado por la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, el experto Andrés Rosenzweig indicó que las cifras de miseria en este ramo son intolerables, por lo que el pequeño y mediano productor requiere una política de fomento y promoción de bienestar social.

 

 

Recordó que desde el 2000 todos los grupos agroalimentarios fueron liberados, a excepción del maíz, frijol, así como leche en polvo y jugo de naranja, los cuales quedarán a expensas de las fuerzas del libre mercado entre nuestro país, Canadá y Estados Unidos a partir de 2008.

 

El también consultor externo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en México precisó que la población rural constituye 25 por ciento en la república. Sin embargo, en su mayor parte son trabajadores y jornaleros, no productores, y entre estos últimos predomina el minifundio para autoconsumo.

 

El experto recordó que a partir de la firma del TLCAN ha sido sobresaliente el desempeño exportador, pues las ventas foráneas crecieron 10 por ciento cada año, y las importaciones a 6 por ciento. Pese a ello, opinó, las políticas públicas entre 1994 y 2005 “no han sido consistentes”.

 

Desde su óptica, la globalización es ineludible, pero el Estado no debe permitir ganadores ni perdedores. Así, planteó, la protección de frontera debe sustituirse por subsidios. Se trata, explicó, de un neoproteccionismo, donde se eliminan los aranceles pero se compensen con apoyo para que las transacciones sean equilibradas.

 

Por su parte, el profesor e investigador de la FE, Fernando Rello Espinosa, señaló que la política agrícola mexicana debe actuar tanto en el plano  internacional como el interno. En el primer ámbito se debe avanzar hacia un orden comercial más justo, mientras se desarrolla una estrategia de fomento productivo nacional, pues si el gobierno se concentra en lo local, mientras el contexto global continúa desfavorable, es posible  no alcanzar resultados positivos.

 

Así, afirmó, la renegociación del acuerdo no resolvería problemas ante las reglas de la Organización Mundial de Comercio, por lo que es indispensable un cambio integral en el orbe.

 

Dicha transformación, abundó, implicaría negociar reducciones sustantivas de los niveles de salvaguarda a los productores de los países ricos, así como aumentarlas en las naciones en riesgo de dependencia alimentaria severa (es decir, que más de 50  por ciento del consumo nacional se cubra con importaciones) pueda aplicar aranceles.

 

Aseveró que los efectos del Tratado que Libre Comercio sobre la agricultura son funestos porque disminuyen los precios, salarios y han propiciado un mercado de trabajo poco dinámico.

 

Rello Espinosa precisó que el grupo de productores de maíz que se dedican al monocultivo es el que va a recibir el mayor  impacto de esta alianza, sobre todo por los efectos de la caída de valor.

 

Ellos, abundó, podrían verse forzados a cambiar de cultivo o a realizar actividades diferentes, por lo que en ellos es necesario enfocar los esfuerzos gubernamentales. Representan 40 por ciento de los campesinos de Michoacán; 28 de Sinaloa, y 43 de los veracruzanos.

 

Por último, el secretario general de la FE, Antonio Ibarra Romero, señaló que el tema de la apertura total del TLCAN es crucial para el futuro de la sociedad rural mexicana. Concluyó que la libertad de entendimiento, opinión y generación de alternativas para el país, es uno de los grandes activos sociales de esta entidad universitaria.

 

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Antonio Ibarra Romero, secretario general de la FE de la UNAM, señaló que el tema de la apertura total del TLCAN es crucial para el futuro de la sociedad rural mexicana.

 

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El profesor e investigador de la FE de la UNAM, Fernando Rello Espinosa, señaló que la política agrícola mexicana debe actuar tanto en el plano  internacional como el interno.

 

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El experto Andrés Rosenzweig dijo en la UNAM que las cifras de miseria en el campo son intolerables, por lo que el pequeño y mediano productor requiere una política de fomento y promoción de bienestar social.

 

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Asistentes al Seminario “La apertura del TLCAN en el 2008 y el futuro de los pequeños productores agrícolas en México”, organizado por la Facultad de Economía de la UNAM.