13:30 hrs.  24 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-152

Ciudad Universitaria

Pies de foto al final del boletín

 

NO AGOTAN EXPECTATIVAS DE TRANSFORMACIÓN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

 

·        No se les debe ver como sujetos históricos que habrán de resolver los problemas actuales, destacó Jorge Cadena, miembro del CEIICH de la UNAM

·        En la actualidad la ciudadanía es más que una simple posesión de derechos, indicó Rodrigo Páez, investigador del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos

·        Participaron en el coloquio América Latina: historia, realidades y desafíos, efectuado en esta casa de estudios

 

No se pueden depositar todas las expectativas de transformación en los movimientos sociales, ni verlos como sujetos históricos que habrán de resolver los problemas actuales, afirmó Jorge Cadena, miembro del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

 

Al participar en la mesa redonda Resistencia, movilización social y proceso de cambio, efectuada en el marco del coloquio América Latina: historia, realidades y desafíos, añadió que se debe caer en la cuenta de que los analistas suelen “seleccionar casos de estudio extraordinarios, fuera de lo común, los cuales se elevan a escala general como ejemplos de nuevas tendencias”.

 

Por centrar la atención en algunas organizaciones, no se advierte el quehacer de otras; es peligroso hacer generalizaciones tan ambiciosas y llenas de esperanza a partir de pequeñas muestras que no pasan de uno o dos fenómenos, advirtió.

 

En efecto, muchos movimientos tienen efectos históricos; a partir de sus actos han conseguido transformaciones a nivel macro, tales como la incorporación, cambios y democratización de regímenes políticos, precisó.

 

No obstante, aclaró, no todas las modificaciones introducidas se refieren al poder. Hay un conjunto de consecuencias sociales, culturales, económicas y ecológicas, sólo por mencionar algunas.

 

En opinión de Esther Ceceña, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), las fuerzas sociales están en permanente mutación, “se alteran en la lucha, en la vida, en el debate, lo cual se debe a que la colectividad es un encuentro de sujetos distintos”.

 

En realidad, abundó, no son una cuestión de voluntad, más bien se conforman porque responden a realidades marcadas por conflictos. Esto ha puesto a la población en riesgo de quedar individualizada o fragmentada, pero al ser imposible sobrevivir, se ha visto en la necesidad de organizarse para actuar, adquiriendo así su forma.

 

A su vez, Rodrigo Páez, investigador del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCYDEL), comentó que la democracia en América Latina (AL) ha ocasionado desencanto. Esto planteó el surgimiento de actores nuevos que no sólo buscan integrar una nueva variante política, sino la construcción de identidades colectivas diferenciadas.

 

Por ello, subrayó, en la actualidad la ciudadanía es más que una simple posesión de derechos, es un conjunto organizado, el cual responde a problemáticas concretas y ve por los intereses colectivos.

 

En la mesa redonda El Estado y la sociedad como objetos de estudio. Propuestas teóricas desde América Latina, Marcelo Cavarozzi, miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina, consideró necesario para la región, presentar una estrategia de cambio creíble, que genere una visión más justa y, al mismo tiempo, no consensual, pero conflictiva en su constitución.

 

Es cierto, indicó, que deben mejorar las condiciones de educación bajo dos formas: “neoclientelísticamente”, como lo hacen prácticamente todos los gobiernos, incluida la mayoría de los llamados progresistas; o bien, de abajo hacia arriba, lo cual implica reconocer identidades culturales, diferenciales, subculturales, étnicas, que en su mayoría los gobiernos latinoamericanos no practican.

 

Una agenda para AL, propuso, debe incluir cinco grandes temas vinculados con la reconstrucción del Estado: la creación de empleo y concertación con el sector privado; capacitación profesional; conexión entre niveles de gobierno; promoción de la gestión local y estatal, eficiente, honesta y transparente, y reforma de la administración pública.

 

Este desafío implica una redefinición estatal en un momento en donde predomina su descrédito; sin embargo, esta situación no es sólo obra de las políticas neoliberales, sino de los repetidos errores cometidos por las autoridades desde los setenta, subrayó.

 

Por su parte, Álvaro Rico, académico de la Universidad de la República de Uruguay, refirió que “si uno compara los desarrollos anteriores de las ciencias sociales en AL, se encuentra con que en el último medio siglo se han dividido en ciclos de tiempo cada vez más cortos, alrededor de 10 años, en los cuales se concentran cuatro momentos históricos, obligando a repensar la relación entre el Estado y la sociedad, y a éstos como objeto de estudio dentro del pensamiento tradicional” latinoamericano.

 

Si esta constatación es así, agregó, puede afirmase que la inestabilidad estructural y política del continente no ha permitido asentar o reestabilizar los objetos de estudio comunes en la región y tampoco proyectar a futuro a partir de esas categorías.

 

El Estado y la sociedad como sujetos de análisis fueron pensados en estos últimos 50 años a través de otros conceptos articuladores de esa relación, tales como la revolución en los años 60; el autoritarismo en los 70; la democracia en los 80, y el mercado y globalización a finales del siglo pasado e inicios del presente milenio. Es precisamente aquí donde se van a concentrar fuertes núcleos de reflexión del pensamiento local, explicó.

En su momento, Carlos Sojo, director general de FLACSO, Costa Rica, aseveró que al cabo de este tortuoso periodo de reformas económicas y apertura democrática en AL, los Estados han sido reinstalados como mecanismos institucionales; desmantelados como productores de bienes y servicios, y disminuidos como formuladores de reglas de juego.

 

En Latinoamérica los cambios, impulsados durante las dos últimas décadas, procuran la reducción de lo público y la supresión consecuente de la política común. De hecho, los desempeños gubernamentales se aproximan a este propósito, pero por regla general hay una pérdida ética y política de lo colectivo, en beneficio del individualismo posesivo, afirmó.

 

Sin embargo, la más importante privatización en nuestro tiempo no se refiere a la reforma institucional, por importante que haya sido, sino a la transformación funcional, a la definición del rol del Estado en la creación de medios de cohesión social, expresó. Así, tras la adecuación económica de inspiración neoliberal más o menos dispersa, lo que se impone en América Latina es una autocracia patrimonial.

 

Durante su intervención en la mesa Problemática actual de los estudios de la cultura en América Latina, Antonio García León, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), mencionó que las sociedades americanas en la Colonia han sido estudiadas en las distintas épocas con propósitos diferentes y bajo perspectivas políticas diversas.

 

“De hecho, se puede decir que esta mirada hacia el mundo colonial americano ha dependido de las modas político–sociales y de todo tipo de visiones contemporáneas, que han ido reconstruyendo paulatinamente un pasado propio”, agregó.

 

Ello explica que los historiadores actuales, estimulados por orientaciones económicamente correctas, hurguen en los antecedentes de la civilización borbónica del siglo XVIII, del libre comercio entre instituciones, privilegios y extorsión.

 

Si bien, se ha ganado en detalle y acuciosidad matemática, la mayoría de las obras actuales plantean horizontes mucho más modestos que las grandes empresas características de la escuela francesa de anales o de los países anglosajones y América Latina, observó.

 

Historiadores como Silvio Zavala, Gonzalo Aguirre Beltrán y Fernand Braudel ya no existen; la pléyade de titanes característicos de 1929 a 1977 desapareció. “Después de su retirada quedan más bien las miradas de historiadores sometidos a procesos de parcelación del conocimiento característico de nuestros días”, ejemplificó.

 

La marea de pequeños estímulos llevó al naufragio a las grandes pretensiones historiográficas. Ello por la emergencia de un nuevo tipo de crítica y de nuevos temas, los cuales la hacen mucho más compleja  y variada. Aunque el estudio de estos pequeños detalles hacen que se pierda la visión de conjunto, sostuvo.

 

En su oportunidad, Mario Miranda, profesor de la FFyL, consideró que los trabajos latinoamericanos, desde su creación y desarrollo actual, constituyen un campo de conocimientos carente de definición formal, sin estructuración teórica suficiente. Con esa denominación genérica se refieren a todo cuanto son y representan, puntualizó.

 

En su perspectiva humanista, dijo, este tipo de trabajos incluyen todo lo registrado  o no en la literatura, filosofía e historia de América Latina. De este modo, las ciencias sociales se enriquecen y sistematizan con el análisis de problemas concretos de la colectividad y su progreso, concluyó.

 

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Marcelo Cavarozzi y Álvaro Rico participaron en la mesa El Estado y la sociedad como objetos de estudio. Propuestas teóricas desde América Latina, en el marco del coloquio América Latina: historia, realidades y desafíos, efectuado en la UNAM.

 

FOTO  02

Carlos Sojo, director general de FLACSO, Costa Rica, aseveró en la UNAM que en AL los Estados han sido desmantelados como productores de bienes y servicios, y disminuidos como formuladores de reglas de juego.

 

FOTO 03

Antonio García de León y Felícitas López Portillo durante la mesa Problemática actual de los estudios de la cultura en América Latina, en el marco del coloquio América Latina: historia, realidades y desafíos, efectuado en el CEIICH de la UNAM.

 

FOTO 04

Mario Miranda, profesor de la FFyL, consideró en el coloquio América Latina: historia, realidades y desafíos que los trabajos latinoamericanos constituyen un campo carente de definición formal y sin estructuración teórica suficiente.

 

FOTO 05

Jorge Cadena y Esther Ceceña durante la mesa redonda Resistencia, movilización social y proceso de cambio, efectuada en el marco del coloquio América Latina: historia, realidades y desafíos, en el CEIICH de la UNAM.