16:30 hrs.  22 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-146

Antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia

Porfirio Muñoz Ledo

Jorge Islas

 

Pies de foto al final del boletín

 

INFUNCIONAL Y AGOTADO, EL PRESIDENCIALISMO MEXICANO

 

 

México debe transitar hacia un nuevo sistema de gobierno, ya que el presidencialismo se ha vuelto infuncional y está agotado, coincidieron en señalar los participantes en la sesión final del Coloquio Internacional “Gobierno de gabinete: una propuesta de gobernabilidad y pluralidad política”, organizado por la Universidad Nacional, la Cámara de Diputados y el diario El Universal.

 

Al hacer la relatoría y clausurar el encuentro, el abogado general de la UNAM, Jorge Islas, subrayó que durante los dos días del coloquio hubo una gran coincidencia entre todos los actores sobre la necesidad de reformar urgentemente los diversos instrumentos y mecanismos mediante los cuales se ejerce el poder.

 

Se presentaron varias propuestas, desde las percepciones para que se reforme el sistema constitucional, en el sentido de que la figura presidencial pueda tener mayores elementos de responsabilidad, y también hacer un Ejecutivo más fuerte; hasta la elección separada del presidente y del Congreso, permitiendo un bipartidismo moderno.

 

Además se planteó la parlamentarización del presidencialismo, el reforzamiento del Congreso en su capacidad de iniciativa legislativa o la parlamentarización del sistema presidencial, y propiciar y permitir nuevamente coaliciones camarales y electorales.

 

Al respecto, Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de esta casa de estudios, resaltó que la situación del país presenta dos realidades: una constitucional y otra política. La primera señala que nuestra estructura de poder sigue siendo autoritaria.

 

La segunda, añadió, significa que el país está en tensión extrema. “Las fuerzas políticas están alcanzando niveles elevados en sus relaciones verbales, con la utilización de calificativos cada vez más estremecedores. Además, tenemos un Congreso integrado en función de las reglas del pluralismo democrático, y una presidencia estructurada conforme a las reglas del autoritarismo monocrático”.

 

Explicó que la propuesta de un gobierno de gabinete es una forma de aproximación gradual a contar con una plena democracia institucional, ya sea un sistema parlamentario u otro. Lo que queremos es un régimen flexible, en el que haya estímulos para la interacción cooperativa de las fuerzas políticas, haya partidos representativos, y un Congreso que funcione satisfactoriamente para los ciudadanos”.

 

“Si lo que se pretende es que el próximo mandatario cuente con instrumentos inmediatos para gobernar, independientemente de que a partir de ahí se desencadene una nueva forma de evolución cívica de la sociedad, debemos iniciar el camino que nos lleve a ello. Hay que pensar en un sistema que permita equilibrar al país; es decir, uno de gabinete”, recalcó.

 

Ahí, Porfirio Muñoz Ledo, ex embajador de México ante la Unión Europea, dijo que nuestro país enfrenta un grave problema, la infuncionalidad del sistema presidencial. “La clave para una nueva constitucionalidad nacional es el encuentro de una forma de gobierno que nos provea de eficiencia, democracia y responsabilidad de la clase gobernante”.

 

 

 

Al hablar en la mesa final  El gobierno de gabinete: ¿nuevo sistema de gobierno para México?, en la Antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia, reiteró que mientras no tengamos un esquema constitucional adecuado habrá la tentación de reconstruir el poder por vías no legales.

 

Insistió en que es inconciliable el sistema presidencialista con el pluralismo político. Uno tiende a la concentración del poder y el otro a su dispersión, por lo que se deben establecer puentes institucionales entre ambos que fomenten la cooperación. Necesitamos articular todos los elementos del régimen en ese sentido.

 

El objetivo sería un proceso de parlamentarización del poder público en México, lograr coaliciones estables, y diferenciar las esferas del Estado y del Gobierno. “No se trata de desaparecer la figura del presidente de la república, sino de darle plena dignidad en su acepción de jefe de Estado”, precisó.

 

Es necesaria la formación de dirigencias políticamente responsables que tengan la capacidad de tomar decisiones oportunas y que, por esa vía, fomenten el desarrollo de un sistema de partidos políticos moderno. “Vamos hacia un régimen parlamentario, y quizá la primera etapa sea una forma de semipresidencialismo”, acotó.

 

Por su parte, la ex gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes, aseguró que el presidencialismo mexicano del siglo XX está agotado, por lo que es inaplicable en el presente milenio.

 

Opinó que el eje del conflicto de esta administración con la Cámara de Diputados tiene que ver con la pretensión de desarrollar su actividad sobre la base de un modelo caduco. “Pretender resolver con las fórmulas del pasado la problemática del presente resulta inoperante, y lo que es más grave, desconocer la inoperancia resulta caótico”.

 

Por ello, abundó, se requiere una nueva arquitectura institucional que, establecida de manera gradual, traslade de forma paulatina atribuciones que en el sistema presidencialista a ultranza corresponden al titular del Ejecutivo, y desemboquen en la existencia de un jefe de Estado electo de manera directa y un jefe de gobierno, elegido de forma indirecta a través del Congreso a partir de una propuesta presentada por el primero.

 

Asimismo, se necesita robustecer el Poder Legislativo como tal, por encima de legisladores y fracciones partidistas, lo que significa la profesionalización de los equipos técnicos de las Cámaras, señaló.

 

Beatriz Paredes comentó que el verdadero desafío en México es preguntarse si los políticos y los ciudadanos tendremos la posibilidad de construir una coalición gobernante, que permita conducir las primeras décadas de este siglo acordes a las expectativas que la transformación democrática del país generó en nuestro pueblo.

 

Para Arturo Valenzuela, de la Universidad de Georgetown, crear la figura de jefe de gabinete no es la solución a la grave crisis institucional que tiene un país como México. Lo que se requeriría es que esta propuesta fuera acompañada de incentivos políticos institucionales que llevaran, de manera efectiva, a un cambio fundamental de la correlación de fuerzas.

 

Consideró que la mejor solución para América Latina es evolucionar hacia un régimen parlamentario, que es el que ha dado mejores resultados en situaciones de múltiples partidos políticos.

 

Informó que entre 1930 y 1980 en Latinoamérica hubo 277 cambios de gobierno, de los cuales 104 fueron por golpe de Estado; en los 80 sólo 7 de 27 se dieron por dicha vía, y entre 1990 y el 2005, sólo hubo uno, en Haití.

 

“En América Latina tenemos por lo menos cuatro niveles de crisis en sus democracias incipientes y en vías de consolidación: de representación, capacidad de financiamiento del Estado, rendición de cuentas, y crisis de gobernabilidad”, concluyó.

 

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FOTO 01

Beatriz Paredes, Porfirio Muñoz Ledo y Diego Valadés durante la última sesión del Coloquio Internacional “Gobierno de gabinete: una propuesta de gobernabilidad y pluralidad política”, en la antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia de la UNAM.

 

 

FOTO 02

El abogado general de la UNAM, Jorge Islas, hizo la relatoría y clausura del Coloquio Internacional “Gobierno de gabinete: una propuesta de gobernabilidad y pluralidad política”.

 

 

FOTO 03

Diego Valadés, Beatriz Paredes, Arturo Valenzuela, Porfirio Muñoz Ledo y Jorge Islas durante la clausura del Coloquio Internacional “Gobierno de gabinete: una propuesta de gobernabilidad y pluralidad política”.