06:00 hrs.  20 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-139

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

LAS NIÑAS, PRINCIPALES VÍCTIMAS DE ABUSO SEXUAL Y EXPLOTACIÓN LABORAL: SILVIA SOLÍS SAN VICENTE

 

·      En el país existen 5.8 millones de personas que viven en hogares con violencia familiar, indicó la académica de la UNAM

·      El porcentaje comprobado de denuncia por maltrato aumentó de 61.3 por ciento en 2001, a 68 por ciento en 2003, señaló

·     Dictó la conferencia Modelo de prevención de abuso del menor, efectuada en la ENTS de esta casa de estudios

 

El 95 por ciento del maltrato infantil en México es infringido a las niñas. Ellas son las principales víctimas de abuso sexual y explotación laboral, afirmó Silvia Solís San Vicente, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia Modelo de prevención de abuso del menor, efectuada en el marco de la Semana de la Investigación en la ENTS, la académica indicó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el país existen 5.8 millones de persona que viven en hogares con violencia familiar.

 

Esta situación cada vez es más grave y evidente, ya que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal reporta que cuando menos atiende 50 casos diarios de maltrato infantil, mencionó.

 

El Instituto de Atención Integral a Niños Quemados reporta que 70 por ciento de los menores que atiende, cuyas edades oscilan desde unos cuantos meses hasta los dos años, presentan lesiones que no pudieron hacerse por sí mismos.

Además, el porcentaje comprobado de denuncia por maltrato aumentó de 61.3 por ciento en 2001, a 68 por ciento en 2003, señaló en el auditorio “Manuel Sánchez Rosado” de la ENTS.

 

La profesora universitaria comentó que entre los factores de riesgo de este flagelo se encuentran: educarse en un ambiente hostil, independientemente del nivel socioeconómico; las adicciones a alcohol y drogas; la irresponsabilidad de los padres y tutores; el aislamiento; ser producto de un embarazo adolescente; vivir en un hogar desintegrado, y falta de apoyo de redes familiares y sociales.

 

En una situación de este tipo, aseveró, los infantes son propensos a presentar conductas de agresividad y drogadicción; asimismo, tienden a presentar desempeños deficientes en esferas clave para la inserción comunitaria: escuela, trabajo y relaciones interpersonales.

 

Por ello, en la actualidad, no podemos hablar de la construcción de una ciudadanía social si no formamos niños capaces de participar en los procesos de cooperación y de toma de decisiones, advirtió.

 

Los niños y las niñas deben aprender a participar, expresar sus sentimientos y fomentar la independencia de los miembros de la familia, refirió.

 

Solís San Vicente explicó que el Modelo de prevención de abuso del menor que diseñó e implementó en el DIF de 2001 a 2003, “se trata de una herramienta que buscaba evitar el maltrato y convertirse en un instrumento de formación de cultura, identidad y educación social”, indicó.

 

Metodológicamente sirve para ubicar y entender esta problemática; modificarla o transformarla; así como para realizar acciones que repercutan en un desarrollo endógeno y exógeno del menor, apuntó.

 

Por ello, dijo, al iniciar este proyecto, los objetivos fueron elaborar un programa de prevención, así como estrategias de intervención del trabajo social para la ejecución de esta herramienta.

 

La población objetivo fueron niños y niñas menores de 18 años vulnerables a la presencia de maltrato, es decir, infantes que aún no habían sido agredidos pero estaban en posibilidades de serlo, precisó.

 

De su aplicación, destacó, se desprende que es necesario aumentar la atención en los niños y su habilidad como seres sociales; fomentar la comunicación en la familia y el sentido de cooperación para que el menor participe, en la medida de sus posibilidades, en la toma de decisiones conjuntas.

 

El programa también se enfocó a atender a los agresores y comprende un comportamiento sin amenazas, con respeto, confianza, apoyo, honestidad y responsabilidad; así como inculcar el sentido de la negociación y la justicia; el reconocimiento de las señales de ira y el tomarse un tiempo para reflexionar sobre esta actitud, abundó.

 

Producto de este modelo también se creó una cartilla que tuvo como objetivo proporcionar información básica sobre el maltrato a los pequeños y ser un material didáctico para los padres de familia o tutores, expresó.

 

Con esta propuesta se busca que en la solución a esta problemática intervengan tres ámbitos fundamentales: educación y los sistemas social y de salud, además de formar niños que aprendan a construir su identidad, defender sus derechos y mantener un margen de equidad e igualdad de oportunidades, concluyó.

 

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Silvia Solís San Vicente, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, afirmó que las principales víctimas de maltrato infantil en México son niñas.

 

 

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De acuerdo con el INEGI, en el país existen 5.8 millones de personas que viven en hogares con violencia familiar; las principales víctimas son los menores de edad, afirmó Silvia Solís San Vicente, profesora de la UNAM.

 

 

FOTO 03

En México las niñas son las principales víctimas de abuso sexual y explotación laboral, según afirmó Silvia Solís San Vicente, profesora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.