Boletín UNAM-DGCS-125
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al final del boletín
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Destacado humanista, politólogo e
historiador, pensador comprometido con su tiempo, en la cátedra, la
investigación, el periodismo y el ejercicio honesto de la vida pública
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El rector Juan Ramón de la Fuente sostuvo que
por su claridad, profundidad y consistencia, sus ideas siguen vigentes y son
fuente de inspiración para los estudiantes
· Someterá al Consejo Técnico de la FCPyS que un aula de esa entidad universitaria lleve su nombre
La Universidad Nacional rindió
homenaje a Horacio Labastida Muñoz, destacado humanista, politólogo e
historiador, quien fue un pensador comprometido con su tiempo, en la cátedra,
la investigación, el periodismo y el ejercicio honesto de la vida pública.
En su participación, el rector
Juan Ramón de la Fuente sostuvo que por su claridad, profundidad y
consistencia, las ideas del doctor Labastida Muñoz siguen vigentes y son fuente
de inspiración para los estudiantes. Por ello, fue uno de los grandes
universitarios de la segunda mitad del siglo XX.
Las instituciones –y la
Universidad no es excepción–, añadió, se van forjando y troquelando en función
de la participación misma de la comunidad. Pero de entre sus miembros, hay
algunos que por su autoridad moral, que es la única que paga en ellas, van
teniendo una influencia mayor y en muchos casos decisiva.
La vida universitaria de este
personaje, expuso, refleja la forma como fue y sigue siendo capaz de influir en
el pensamiento de miles de jóvenes que, de manera directa o no, se han
beneficiado de sus planteamientos, tesis y reflexiones.
Pertenece a la inteligencia
universitaria, la inteligencia progresista, la inteligencia liberal, la
inteligencia de vanguardia, la inteligencia que no solamente buscó entender el
papel de la Universidad y el momento histórico que vivieron, sino que supo
influir en el desarrollo mismo de la institución y del país, sostuvo.
Labastida Muñoz, apuntó, es
más que un profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) e
investigador del IIJ, porque su obra trasciende en los dos ámbitos y son muchos
los que a través de la lectura de sus obras y su participación en diversos
eventos lo escucharon y encontraron en sus planteamientos un buen espacio para
el análisis.
En el homenaje que la UNAM
rindió al humanista asistieron familiares, amigos, académicos y alumnos del
historiador. En el auditorio de la Coordinación de Humanidades participaron su
titular, Maricarmen Serra Puche, y el director del Instituto de Investigaciones
Jurídicas (IIJ), Diego Valadés Ríos.
Como reconocimiento a su
relevante labor académica y profesional, se someterá al Consejo Técnico de la
FCPyS que un aula de esa entidad universitaria lleve su nombre.
A propuesta del profesor de
esa Facultad, Eduardo Guerrero del Castillo, se realizará una recopilación de
los múltiples ensayos de Labastida Muñoz, los cuales serán publicados por la
dirección del ramo de la UNAM.
También, se generarán los
recursos necesarios y se tomarán las medidas pertinentes para crear la Cátedra
Extraordinaria que lleve el nombre de Horacio Labastida Muñoz, como distinción
a su labor.
Al respecto, el secretario
Académico del IIJ, José María Serna de la Garza, subrayó que cuando un hombre
de la estatura intelectual y moral como Labastida Muñoz deja este mundo, “nos
queda una sensación de vacío y de orfandad intelectual”.
Comentó que dejó una extensa
obra escrita, como un legado intelectual
que, a la manera de los clásicos, todavía no ha terminado de decir todo
lo que debe a las generaciones presentes y futuras.
Serna de la Garza desarrolló
lo que consideró los trazos básicos del homenajeado: el poeta de la historia,
el investigador riguroso y generoso. Su pensar fue valioso, fue un luchador y
defensor de causas nobles, hombre de lógica y pasión, artista, crítico y
humanista. En sí, un visionario del futuro con un claro entendimiento de la
historia.
En su oportunidad, el asesor
de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), David Ibarra Muñoz,
señaló que Horacio Labastida fue un humanista que unía a su cordialidad
proverbial y generosa, reconocida sabiduría. Sus lecciones iluminaban y su voz
nunca estuvo dedicada a suscribir intereses espurios, ajenos, sino a la crítica
amable pero demoledora de ideologías que se presentan en paquetes de certezas,
vendidas y difundidas urbi et orbi por los poderes dominantes y los medios de
comunicación.
Al hacer un recuento de su
obra, recordó que fue ante todo académico universitario: rector de la
Universidad de Puebla, profesor fundador de la Escuela de Ciencias Políticas y
Sociales con un selecto grupo de intelectuales; director de Difusión cultural,
de Servicios Sociales y miembro del IIJ.
Para el politólogo,
puntualizó, el verdadero humanismo descansa en la noción de que la historia
está hecha por el hombre en su capacidad de crear conocimiento y de
equivocarse. El humanismo es, entonces, una disciplina necesariamente
histórica, capaz de encontrar inesperados caminos no recorridos, de articular
soluciones innovadoras, sea en lo social y político, como en lo científico y
tecnológico.
Al tomar la palabra, el
investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM),
Enrique González Pedrero, hizo una remembranza sobre la amistad y colaboración
de Labastida Muñoz en su desarrollo profesional.
Dijo que fue un intelectual
político, pero, sobre todo, un hombre bueno. Con Horacio Labastida y el
periodista Henrique González Casanova, indicó, se fueron dos cuadros
universitarios, pilares que dieron mucho a la Universidad y a la FCPyS, a
quienes va a ser difícil sustituir.
Entonces, González Pedrero
propuso que un aula de esa entidad lleve el nombre de Horacio Labastida,
funcionario probo, profesor elocuente, periodista bien informado, escritor
sensible, quien siempre se acompañó del pasado mexicano y de la historia
nacional para entender mejor el presente.
A nombre de las escuelas
fundadoras de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Eduardo Guerrero
del Castillo, aseveró que Horacio Labastida era misionero de la enseñanza,
bondadoso, compartía su conocimiento y conversación con todos sin excepción.
Era un admirado y querido profesor. En la segunda mitad de los años cincuenta
esa impresión causaba, al igual que hoy.
Fue un hombre virtuoso,
inteligente, de recto proceder, justo, probo y honorable; un hombre respetuoso
de sus ideales y principios; un patriota intachable. Se trató de un perenne
buscador de la verdad que significa la semejanza de las cosas con el concepto
que de ellas la mente se forma, de la concordancia entre lo que se dice con lo
que se siente o se piensa.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
David Ibarra, Juan Ramón de la
Fuente y Enrique González Pedrero previo a su participación en el Homenaje que
la UNAM rindió a Horacio Labastida Muñoz.
FOTO 02
El rector de la
UNAM, Juan Ramón de la Fuente, previo al homenaje que se le rindió al
historiador Horacio Labastida Muñoz en la Coordinación de Humanidades. Lo
acompañan David Ibarra y Enrique González Pedrero.
FOTO 03
Horacio Labastida Muñoz, destacado humanista, politólogo e historiador, un pensador comprometido con su tiempo, en la cátedra, la investigación, el periodismo y el ejercicio honesto de la vida pública, recibió un homenaje en la UNAM.