15:00 hrs.  11 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-111

Ciudad Universitaria

 

 

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SOLO MEDIANTE LA COLECTIVIDAD SERÁ POSIBLE TRANSFORMAR A LAS UNIVERSIDADES: ROSAURA RUIZ

 

·        La secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM dijo que con unidad en la pluralidad y a través del diálogo se abrirán nuevos horizontes para las universidades públicas

·        Para preservarlas y garantizar la construcción de alternativas, es preciso defender su carácter laico y público, y consolidar su autonomía

 

La transformación de las universidades en el presente siglo sólo puede darse mediante la participación de la colectividad con unidad en la pluralidad y a través del diálogo, lo cual permitirá abrir nuevos horizontes y posibilidades, aseguró Rosaura Ruiz Gutiérrez, secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM.

 

Dijo que para preservarlas y garantizar la construcción de alternativas, es preciso defender el carácter laico y público. Además, hay que consolidar la autonomía, imaginar y realizar reformas internas, ampliar y ejercer la democracia, y procurar la convergencia, la unidad de la diferencia, son las bases sobre las que pueden y deben darse las transformaciones.

 

Opinó que los cambios en las instituciones deben darse a partir de fórmulas imaginadas por sus actores; ante el embate de políticas en cascada la solución es una mayor comunicación entre académicos, y que los cambios en la oferta educativa inicien desde las personas.

 

Durante el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las universidades públicas mexicanas, organizado por los centros de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) y de Estudios sobre la Universidad (CESU), Ruiz Gutiérrez consideró que los problemas de los centros educativos, deben enfrentarse con sensibilidad, conocimiento y compromiso.

 

Su aplicación estriba en la traducción de estos ideales en políticas y prácticas eficaces para la construcción de las universidades que todos queremos, y esto necesariamente pasa por la imaginación y la creatividad, refirió.

 

En la mesa “Imaginación y Educación”, celebrada en el Auditorio del CEIICH, explicó que las transformaciones en las instituciones de educación superior suponen reformas. Estas no pueden dictarse de forma unilateral, porque son resultado de la reflexión y la discusión colegiada, del consenso y las decisiones de organismos representativos.

 

Así, dijo, atañe a planes y programas de estudio, oferta educativa, reglamentación y normatividad, la incorporación de tecnología de punta, y el desarrollo y diversificación de modalidades de enseñanza-aprendizaje en bachillerato, licenciatura y posgrado.

 

Por su parte, Raquel Glazman, de la Facultad de Filosofía y Letras, advirtió que hoy es tan poco creativa la educación y tan poco sugerentes los cambios que se realizan, que muchos investigadores y docentes deberían dedicarse a esa labor. La experiencia con los alumnos muestra que cada vez hay menor imaginación en quienes enseñan y en quienes tratan de aprender.

 

En las últimas tres décadas las demandas de distintas instancias de carácter nacional o supranacional han acentuado el tono, la magnitud y la intensidad tanto del discurso como de la exigencia de aplicación de cambios, de modo que ante sus presiones estos han aumentado en las instituciones de educación superior, siendo los plazos para su puesta en práctica cada vez más reducidos, precisó.

 

Ello ha conducido a una banalización de los procesos en todos los niveles del sistema educativo, a formas de operación que se contradicen entre sí, así como a reproducciones de diverso tipo o simulaciones cada vez más sofisticadas, consideró.

Raquel Glazman comentó que gran parte de las reformas en el sector han girado en torno a aspectos formales de los procesos pedagógicos, cambios curriculares, concepciones variadas de la formación de los docentes, propuestas particulares en la organización de contenidos educativos, modificaciones discursivas en la política educativa y en la normatividad interna de las instituciones.

 

A su vez, la integrante del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas, Larissa Adler, señaló que una universidad profesional educa a la gente para que use el conocimiento, pero no necesariamente para que lo produzca, porque su generación está en la carrera académica, sobre todo en la investigación.

 

Indicó que los científicos son una comunidad orientada a la tarea de producir saberes. Para convertirse en miembro de ella el individuo debe hacer propia la ideología que comparte la totalidad y reunir un conjunto de características que le permitan cumplir con la actividad definida.

 

Por lo general, aseguró, esa colectividad carece de fronteras nacionales, étnicas o culturales. De forma ideal comparte como objetivo común la búsqueda de la verdad a través del método científico, lo cual trasciende las ideologías políticas y otras diferencias.

 

En su oportunidad, Arturo Guillaumin, investigador de la Universidad Veracruzana, señaló que el proceso educativo consiste en anular la iniciativa propia, creatividad e imaginación. Al final de esa etapa llamada educación superior “creemos que la realidad está dividida en disciplinas y especialidades, y en mercados de trabajo”.

 

Reveló que en la actualidad los estudiantes están perdidos en un mar de informaciones rudimentarias, y no cuentan con estrategias para contextualizarlas y hacerlas significativas en sus propias vidas.

 

Las universidades públicas no están a salvo de una dominación de tipo mercantil, ahora deben generar conocimientos para el mercado. Así, una nueva racionalidad está minando su misión humanista y social, proceso en el cual está perdiendo su capacidad de respuesta a los problemas locales, regionales y globales, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

 

Foto 01

 

La investigadora Larissa Adler aseveró en la UNAM que la comunidad científica carece de fronteras nacionales, étnicas o culturales; sólo les une la búsqueda de la verdad a través del conocimiento científico.

 

 

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Para Raquel Glazman, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, la experiencia muestra que cada vez hay menor imaginación en quienes enseñan y menor capacidad de creatividad en quienes tratan de aprender.

 

 

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Hoy los estudiantes no cuentan con estrategias para contextualizar el conocimiento y hacerlo significativos para sus propias vidas, advirtió en la UNAM el investigador Arturo Guillaumin.

 

 

Foto 04

 

La secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, Rosaura Ruiz Gutiérrez, consideró que los problemas de los centros educativos deben enfrentarse con sensibilidad, conocimiento y compromiso.