06:00 hrs.  28 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1062

Ciudad Universitaria

 

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EN RIESGO, LA SEGURIDAD ALIMENTARIA DEL PAÍS

 

·        Advirtió Felipe Torres, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

·        En los últimos diez años México ha importado más de 80 mil millones de dólares en alimentos; en el último sexenio se adquirió la mitad de esa cifra en trigo, maíz y frijol

·        Falta una política de desarrollo agrícola y eso se refleja en los altos niveles de compra de comestibles y en el déficit recurrente de la balanza comercial agroalimentaria, dijo

 

En los últimos diez años México ha importado más de 80 mil millones de dólares en alimentos. Sólo en el último sexenio se adquirió la mitad de esa cifra fundamentalmente en trigo, maíz y frijol, lo que coloca al país en el terreno de la inseguridad alimentaria, advirtió Felipe Torres, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

El académico aseguró que la autonomía en este rubro está en entredicho y vulnerada. De hecho, falta una política de desarrollo agrícola y eso se refleja en los altos niveles de compra de comestibles y en el déficit recurrente de la balanza comercial agroalimentaria.

 

Sólo se ha fortalecido a ciertos nichos de exportación, en donde se ha tenido un relativo éxito. Se han sostenido, por ejemplo, las ventas de café y la producción de hortalizas y frutas; pero éstos no aseguran la satisfacción del aprovisionamiento para la sociedad.

 

La independencia nutritiva ha estado siempre en los granos básicos y en la leche. “En esos dos rubros estamos expuestos a una vulnerabilidad recurrente en términos externos”, afirmó el especialista en economía regional y urbana.

 

Al examinar este aspecto con base en análisis de la inversión extranjera directa, comercio, balanza comercial y tipo de suministros que se consumen e importan, Felipe Torres afirmó que el sector agropecuario en México recibe escasa cantidad de inversión extranjera directa.

 

El mayor ingreso de dólares que se genera en esta rama se concentra en la industria agroalimentaria; es decir, no en el campo, salvo algunas excepciones, con capitales del exterior, indicó el economista, quien definió este concepto como la capacidad que tiene un país para producir lo que necesita para su sostenimiento y, desgraciadamente, en el país esto no ocurre desde hace años.

 

Se importa carne de res refrigerada, soya y maíz para alimentar a los cerdos, pollos y bovinos, además de preparaciones especiales. Se degusta lo que las empresas transnacionales quieren, pues han cambiado nuestras costumbres alimenticias, aseveró.

 

A los encargados del ramo les han disminuido en más de 10 por ciento su presupuesto. Ello implica no poder reactivar programas de desarrollo rural. Junto con esto, los productores solo siembran aquello que les representa rentabilidad, vinculado a las exportaciones, detalló.

 

México, como la mayoría de los países de América Latina, ha tenido una recurrente baja en los niveles de producción agrícola en el último decenio, y ha incrementado sus importaciones con una balanza comercial agroalimentaria negativa. Eso lo ha colocado en un nivel de dependencia permanente, precisó el investigador universitario.

 

Es decir, agregó, la nación no ha podido salir de sus problemas de inseguridad alimentaria por tener una importante carga importadora de vituallas. Son obvios los problemas de las catástrofes: alza de precios de los cereales y de los bajos niveles de producción en Estados Unidos.

 

Tras subrayar que se ha dejado de producir maíz y trigo, el economista universitario aseguró que hay una responsabilidad compartida, donde se deben recuperar los niveles de gasto para el campo y fomentar programas de desarrollo productivo que vayan hacia la capacitación del productor.

 

El agricultor, afirmó, debe ser competitivo en este escenario, para aumentar la cantidad de alimentos y que le represente a él un atractivo, al mejorar los niveles de capacitación para una mayor incidencia en el manejo de sus cosechas y, por esa vía, asegurar los ingresos.

 

Finalmente, Felipe Torres consideró que se deben recuperar los índices de inversión tecnológica en el ámbito rural. “Hay que recobrar el enfoque institucional del desarrollo agrícola al fortalecer y crear nuevas instituciones, además de mejorar los niveles de comercialización”, concluyó.

 

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FOTO 01

El investigador del IIEc de la UNAM, Felipe Torres, aseguró que la autonomía alimentaria de México está en entredicho y vulnerada.

 

FOTO 02.

México carece de una política de desarrollo agrícola y eso se refleja en los altos niveles de importación de alimentos, señaló el investigador de la UNAM Felipe Torres.