06:00 hrs.  27 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1060

Ciudad Universitaria

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PADECE SOBREPESO U OBESIDAD EL 60 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

 

·        Este grave problema se ha convertido en una pandemia, advirtió la nutrióloga de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, Rebeca Camacho Trujillo

·        Dijo que las causas de este padecimiento de salud pública son los mitos sobre dietas o tratamientos milagrosos, la moda y los esquemas actuales de belleza, así como los productos chatarra

 

El sobrepeso ya es una pandemia mundial, en virtud de que el 60 por ciento de la población padece sobrepeso u obesidad, advirtió la jefa del Departamento de Nutriología de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, Rebeca Camacho Trujillo.

 

Aseguró que las causas de este padecimiento de salud pública, que afecta tanto a adultos como a niños en ese mismo porcentaje en nuestro país, son la existencia de mitos sobre dietas o tratamientos milagrosos, la moda y los esquemas actuales de belleza, así como la invasión de los productos chatarra.

 

La nutrióloga subrayó que el dato proviene de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sobre el caso específico de México, refirió que la Secretaría de Salud señaló que la población infantil con este trastorno alimenticio también es de alrededor del 60 por ciento.

 

Explicó que la prevalencia del sobrepeso y la obesidad obedecen a dos factores principales: el sedentarismo y la mala alimentación. Aclaró que problemas de tiroides o endocrinológicos sólo lo padece del uno al tres por ciento de las personas con esta enfermedad.

 

Su incremento, precisó, obedece a normas culturales porque la inactividad ha aumentado. En la actualidad, en lugar de jugar el niño pasa en promedio cuatro horas diarias frente al televisor, los videojuegos o chateando en la Internet, lo cual es mucho tiempo que el menor desperdicia.

 

Cuatro horas en alguna distracción de este tipo, ocho que utilizara para dormir y el tiempo en que se encuentra en la escuela, sumó, por lo regular sentado, son cerca de 16 horas al día. De esta manera, “tenemos a un sedentario de alto rendimiento”.

 

Rebeca Camacho alertó sobre los mitos existentes respecto a la alimentación, como las dietas cetogénicas –que son cuerpos cetónicos o sustancias tóxicas producidas al obtener energía de grasas y proteínas que el organismo produce cuando es sometido a estos regímenes– o tratamientos que aparecen en televisión para bajar de peso.

 

Sostuvo que muchos de estos esquemas son peligrosos, pues prometen disminuir tallas con rapidez, pero lo único que hacen es dañar la salud. Se utilizan porque la gente “busca la magia” y quiere resultados efectivos, pero no son recomendables ni sirven para ello. Lo mejor es hacer ejercicio.

 

Otro grave problema, subrayó, son los asuntos de belleza, por que se ha reducido mucho la imagen corporal, con presencias en extremo delgadas, lo cual no siempre está acorde con las posibilidades de la mayor parte de la población.

 

La estética actual se basa en la figura de las super modelos, quienes fueron elegidas una entre un millón. De ahí que se trate de prototipos erróneos e inalcanzables para la mayoría de la gente.

 

Incluso, refirió, en el ámbito mundial han surgido campañas contra estos modelos, porque frustran a la persona con sobrepeso y, por otro, han propiciado el incremento de la anorexia y la bulimia.

 

La especialista destacó que sin importar los estratos sociales, en las zonas urbanas se presenta con mayor frecuencia esta problemática. En el campo es menor porque hay desnutrición y mayor trabajo físico.

 

También es erróneo que los países desarrollados no tienen sobrepeso y obesidad, manifestó, pues estos males surgen con la invasión de los productos chatarra. Así, puede haber personas con estos padecimientos pero desnutridas, pues la alimentación es inadecuada.

 

Ejemplificó que tan sólo una sopa instantánea contiene el equivalente a tres cucharaditas de grasa, mientras que la elaborada en casa sólo una; igual sucede con las papas fritas. El asunto es que este tipo de productos sustituye los almuerzos escolares de los infantes o la comida. 

 

Los niños degustan en forma y en horarios inadecuados, anotó al informar que un litro de refresco contiene 25 cucharaditas de azúcar, el de una lata nueve. Con esas cantidades, el organismo sólo recibe energía, pero no proteínas, vitaminas y todo lo que requiere para tener un funcionamiento adecuado.

 

De esta forma, comentó, la persona puede tener obesidad aunque no coma mucho, porque ingiere productos inadecuados. Dio otro ejemplo: las cadenas de comida rápida, donde se elaboran comestibles con mucha grasa y sal, favorecen no sólo que el consumidor engorde sino afectaciones de salud por el colesterol o triglicéridos altos, entre otros.

 

Como alternativas, Rebeca Camacho sugirió la actividad física para la salud, es decir, el ejercicio, y una buena alimentación, lo que no significa llevar a cabo dietas extremas.

 

En el caso  de un niño se debe evitar el sedentarismo y tomar en cuenta que está en crecimiento, por lo que necesita una dieta adecuada e individual. Indicó que modificar los hábitos alimenticios del menor es posible, pero para ello se requiere el apoyo de toda la familia.

 

Además, es necesario identificar qué alimentos nutren y cuáles sólo provocan la gordura en la persona, como los ricos en grasa o con demasiada azúcar.

 

En el caso de los adultos, Camacho Trujillo propuso dietas de reducción más específicas, pero no extremas. Comentó que con anterioridad se ponían en práctica algunas de mil 200 kilocalorías. La tendencia actual es que para la mujer no sea menor a mil 600, salvo en caso de que tengan baja estatura. Para los hombres el régimen podría ser de mil 800.

 

De los llamados “rebotes”, la nutrióloga detalló que se presentan cuando la persona pone en práctica dietas extremas, porque se pierde músculo y agua. En cambio, cuando es equilibrada y moderada, además de aprender a comer y combinar esto con ejercicio, se pierde grasa.

 

Ingestas extremas ya sea en energía, esto es, de menos de mil 200 kilocalorías, o las cetogénicas como comer mucha carne y grasa y nada de hidratos de carbono, cereales o fruta y leguminosas, propician la pérdida de tejido muscular y, en consecuencia, se vuelve más lento el metabolismo. En estas situaciones la gente baja de peso, pero queda floja de la piel.

 

La capacidad de perder grasa de la persona es de medio a un kilogramo a la semana. Cuando se baja más de uno, se trata de agua y tejido muscular, aseveró. Así, cualquier método, fajas o sauna, sólo sirven para perder peso no grasa, lo cual “es un engaño”, pues se vuelve a recuperar.

 

Recomendó ejercicio para la salud, 30 minutos aeróbico o cardiovascular, mínimo cuatro días de la semana como correr, caminar o nadar. En principio, dijo, con ello se combate el sedentarismo. Incluso, hay estudios que señalan que este tiempo se puede cubrir en fracciones de 10 minutos. Para movilizar en forma importante grasa del tejido adiposo se requieren los 30 minutos de ejercicio constante.

 

 

 

Luego, informó que debido a la demanda para atender a la población universitaria, en 2004 la Dirección de Medicina del Deporte puso en marcha el Programa Universitario para Adelgazar Sanamente (PUPAS).

 

Mediante el PUPAS se da información sobre ingesta adecuada y se creó un programa especial de ejercicios para evitar que el paciente se lastime, lo que genera un círculo vicioso porque deja de lado esta Pactividad.

 

También se ofrecieron cursos sobre la importancia del ejercicio y utilización del calzado adecuado; pláticas de nutrición para explicar la relevancia de la alimentación y crear una cultura al respecto, y se prescribieron dietas personalizadas para hombres y mujeres.

 

Como resultado, se creo la Clínica de Obesidad de la Dirección de Medicina del Deporte para continuar con el PUPAS. El costo es mínimo, pero comienza con la realización de una evaluación física y análisis de química sanguínea.

 

 

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FOTO 01

La nutrióloga de la Dirección de Medicina del Deporte de la UNAM, Rebeca Camacho Trujillo, informó que el 60 por ciento de la población mundial, incluido México, padece sobrepeso y obesidad.

 

FOTO 02.

La especialista de la UNAM Rebeca Camacho Trujillo dijo que el grave problema de sobrepeso y la obesidad se han convertido en una pandemia.