16:00 hrs.  09 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-105

Ciudad Universitaria

Pie de fotos al final del boletín

 

LA TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTOS TIENE VALOR ECONÓMICO Y SOCIAL

 

·        Pone a las entidades ante enormes desafíos sobre el uso y manejo de tales saberes: Axel Didriksson, director del CESU

·        Imanol Ordorika, investigador del IIEc, consideró necesario repolitizar los gobiernos universitarios y el análisis de las universidades

·        El diputado Salvador Martínez Della Roca refirió que el financiamiento de la educación en México se ha convertido en un problema crónico

·        El especialista Wietse de Vries, resaltó la necesidad de buscar formas que fortalezcan la capacidad de autogobierno de las universidades

·        Hugo Casanova Cardiel, del CESU, opinó que la gobernabilidad universitaria se ha visto fortalecida con la transparencia

·        Este concepto también es la conducción de los procesos y actividades de una institución:  Luis Llorens Báez

 

En la sociedad actual, la producción y transferencia de los conocimientos es un valor económico y social fundamental, que en el marco de estos procesos de transformación ponen a las entidades ante enormes desafíos sobre el uso y manejo de tales saberes, aseguró Axel Didriksson, director del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU).

 

Al participar en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las universidades públicas mexicanas, realizado en la UNAM, añadió que al interior de la Universidad, otros temas esenciales son las características y la eficacia de los cuerpos colegiados, en un tipo de organismo en la que la toma de decisiones está distribuida, fragmentada y dinamizada por una lucha interna, a veces aguda, entre diferentes actores.

 

En este sentido, la gobernabilidad universitaria es un eje esencial para determinar elementos de financiamiento, garantizar niveles de estabilidad o de conflicto en su vida, transformar las propias instituciones y tener componentes de impacto en los cambios que realizan, enfatizó.

 

En el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, subrayó en la mesa “Gobernabilidad Universitaria” que es un tema de las instituciones de educación superior públicas que se había descuidado por años, y que hoy aparece como centro de debate para la vida colegiada, sobre todo para sus perspectivas.

 

Por su parte, Imanol Ordorika, del Instituto de Investigaciones Económicas, consideró necesario repolitizar los gobiernos universitarios y el análisis de las universidades, porque lo que ocurre en esta evolución de las categorías y del discurso es una despolitización consistente.

 

Se ha tratado de convertir en dominante la idea de que la política no tiene razón de ser ni espacio de existencia en las instituciones educativas. Ese es un tema fundamental del problema de la crítica y de la construcción de las administraciones universitarias.

 

En el caso del análisis significa que “debemos plantearnos el tema de la gestión universitaria como política, que no significa partidos,  o los intereses personales de ocupación de uno u otro cargo, o la pertenencia o no a un instituto partidista. Esa es parte de la estrategia de despolitización, que impide que entendamos lo que ocurre en el ejercicio ejecutivo”.

 

A su vez, el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Salvador Martínez Della Roca, refirió que el financiamiento de la educación en México se ha convertido en un problema crónico permanente, debido no sólo a la insuficiencia de recursos, sino también a la tendencia gubernamental de reducir el monto de la inversión al sector educativo y a la adopción de criterios economicistas para su asignación.

 

La distribución de los recursos por niveles educativos responde más a  una política financiera de planeación y coordinación del modelo formativo mexicano. Muestra de ello es que el nivel básico absorbe el mayor monto de los recursos en detrimento de los demás.

 

Entre 2000 y 2004, los montos federales a este nivel representaron, en promedio, 65 por ciento del presupuesto, en tanto que los destinados a la media superior apenas fueron del 9, a la educación superior 18, y el restante 8 por ciento a otros servicios.

 

Esta distribución inequitativa no implica que se proponga disminuir el financiamiento a la educación básica, sino hacer hincapié en la necesidad de dar mayor atención a la media superior y superior que experimentan una demanda potencial cada vez mayor de fondos y de acceso de la población en edad de cursar ambos.

 

En su oportunidad, Wietse de Vries, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, resaltó la necesidad de buscar formas que fortalezcan la capacidad de autogobierno de las universidades, nuevas maneras de representación internas pero también otras modalidades de interactuar.

 

Aseguró que mientras las universidades recurren al gobierno federal surgen nuevas instituciones particulares con las que compiten por el prestigio y los estudiantes.

 

Muchas universidades públicas tienen incorporadas escuelas privadas, que operan con el mismo plan de estudio y con los mismos profesores, pero cobran. Eso también pone en duda las formas de gobierno de estas entidades, reveló.

 

Por su parte, Hugo Casanova Cardiel, investigador del CESU, opinó que si bien la gobernabilidad universitaria se ha visto fortalecida con la transparencia, la rendición de cuentas y la efectividad en las decisiones, también persisten viejos vicios.

 

Al hablar sobre la reforma universitaria, sostuvo que una condición necesaria para llevar a cabo este proceso es el reconocimiento de lo académico, del saber, sus formas de producción, transmisiones y divulgación, como el referente obligado.

 

Por último, Luis Llorens Báez, de la Universidad de Baja California, explicó que la gobernabilidad es la conducción de los procesos y actividades de una institución. Es decir, es, en principio, una cualidad funcional del sistema.

 

Los factores internos y externos que determinan la gobernabilidad de una universidad pública son de naturaleza esencialmente cambiante, su peso y dinamismo relativo dependen de sus propias características en un momento y lugar determinados.

 

Además, no es sólo una condición de ajuste ante circunstancias o factores dados, sino una capacidad de anticipación de dichas características. La clave es la capacidad de prever y anticipar a partir de experiencias previas e intuición”, concluyó.

 

 

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Pies de foto

 

 

Foto 1

 

Axel Didriksson y Hugo Casanova hablaron sobre gobernabilidad en el ámbito universitario, en un foro efectuado en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM.

 

 

 

Foto 2

 Los expertos en educación Imanol Ordorika y Salvador Martínez Della Roca durante su participación en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las universidades públicas mexicanas, organizado por el CEIICH y el CESU de la UNAM.

 

 

 

Foto 3

 

En la UNAM, Luis Llorens Báez, de la Universidad de Baja California, explicó que la gobernabilidad es la conducción de los procesos y actividades de una institución.

 

 

 

Foto 4

 

El investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Wietse de Vries, consideró en la UNAM necesario buscar formas que fortalezcan la capacidad de autogobierno de las universidades y nuevas maneras de representación internas.