Boletín UNAM-DGCS-105
Ciudad Universitaria
Pie de fotos al final del boletín
LA TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTOS TIENE VALOR ECONÓMICO Y SOCIAL
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Pone
a las entidades ante enormes desafíos sobre el uso y manejo de tales saberes: Axel Didriksson, director del CESU
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Imanol Ordorika, investigador del IIEc, consideró necesario repolitizar
los gobiernos universitarios y el análisis de las universidades
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El
diputado Salvador Martínez Della Roca refirió que el financiamiento de la
educación en México se ha convertido en un problema crónico
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El
especialista Wietse de Vries, resaltó la necesidad de buscar formas que
fortalezcan la capacidad de autogobierno de las universidades
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Hugo
Casanova Cardiel, del CESU, opinó que la gobernabilidad universitaria se ha
visto fortalecida con la transparencia
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Este
concepto también es la conducción de los procesos y actividades de una
institución: Luis Llorens Báez
En la sociedad actual, la producción y
transferencia de los conocimientos es un valor económico y social fundamental,
que en el marco de estos procesos de transformación ponen a las entidades ante
enormes desafíos sobre el uso y manejo de tales saberes, aseguró Axel
Didriksson, director del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU).
Al participar en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las
universidades públicas mexicanas, realizado en la UNAM, añadió que al
interior de la Universidad, otros temas esenciales son las características y la
eficacia de los cuerpos colegiados, en un tipo de organismo en la que la toma
de decisiones está distribuida, fragmentada y dinamizada por una lucha interna,
a veces aguda, entre diferentes actores.
En este sentido, la gobernabilidad universitaria es un eje esencial para determinar elementos de financiamiento, garantizar niveles de estabilidad o de conflicto en su vida, transformar las propias instituciones y tener componentes de impacto en los cambios que realizan, enfatizó.
En el auditorio del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, subrayó en la mesa
“Gobernabilidad Universitaria” que es un tema de las instituciones de educación
superior públicas que se había descuidado por años, y que hoy aparece como
centro de debate para la vida colegiada, sobre todo para sus perspectivas.
Por su parte, Imanol Ordorika, del Instituto de
Investigaciones Económicas, consideró necesario repolitizar los gobiernos
universitarios y el análisis de las universidades, porque lo que ocurre en esta
evolución de las categorías y del discurso es una despolitización consistente.
Se ha tratado de convertir en dominante la idea
de que la política no tiene razón de ser ni espacio de existencia en las
instituciones educativas. Ese es un tema fundamental del problema de la crítica
y de la construcción de las administraciones universitarias.
En el caso del análisis significa que “debemos
plantearnos el tema de la gestión universitaria como política, que no significa
partidos, o los intereses personales de
ocupación de uno u otro cargo, o la pertenencia o no a un instituto partidista.
Esa es parte de la estrategia de despolitización, que impide que entendamos lo
que ocurre en el ejercicio ejecutivo”.
A su vez, el presidente de la Comisión de
Educación de la Cámara de Diputados, Salvador Martínez Della Roca, refirió que
el financiamiento de la educación en México se ha convertido en un problema
crónico permanente, debido no sólo a la insuficiencia de recursos, sino también
a la tendencia gubernamental de reducir el monto de la inversión al sector
educativo y a la adopción de criterios economicistas para su asignación.
La distribución de los recursos por niveles
educativos responde más a una política
financiera de planeación y coordinación del modelo formativo mexicano. Muestra
de ello es que el nivel básico absorbe el mayor monto de los recursos en detrimento
de los demás.
Entre 2000 y 2004, los montos federales a este
nivel representaron, en promedio, 65 por ciento del presupuesto, en tanto que
los destinados a la media superior apenas fueron del 9, a la educación superior
18, y el restante 8 por ciento a otros servicios.
Esta distribución inequitativa no implica que
se proponga disminuir el financiamiento a la educación básica, sino hacer
hincapié en la necesidad de dar mayor atención a la media superior y superior
que experimentan una demanda potencial cada vez mayor de fondos y de acceso de
la población en edad de cursar ambos.
En su oportunidad, Wietse de Vries, de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, resaltó la necesidad de buscar
formas que fortalezcan la capacidad de autogobierno de las universidades,
nuevas maneras de representación internas pero también otras modalidades de
interactuar.
Aseguró que mientras las universidades recurren
al gobierno federal surgen nuevas instituciones particulares con las que
compiten por el prestigio y los estudiantes.
Muchas universidades públicas tienen
incorporadas escuelas privadas, que operan con el mismo plan de estudio y con
los mismos profesores, pero cobran. Eso también pone en duda las formas de
gobierno de estas entidades, reveló.
Por su parte, Hugo Casanova Cardiel,
investigador del CESU, opinó que si bien la gobernabilidad universitaria se ha
visto fortalecida con la transparencia, la rendición de cuentas y la
efectividad en las decisiones, también persisten viejos vicios.
Al hablar sobre la reforma universitaria,
sostuvo que una condición necesaria para llevar a cabo este proceso es el
reconocimiento de lo académico, del saber, sus formas de producción,
transmisiones y divulgación, como el referente obligado.
Por último, Luis Llorens Báez, de la
Universidad de Baja California, explicó que la gobernabilidad es la conducción
de los procesos y actividades de una institución. Es decir, es, en principio,
una cualidad funcional del sistema.
Los factores internos y externos que determinan
la gobernabilidad de una universidad pública son de naturaleza esencialmente
cambiante, su peso y dinamismo relativo dependen de sus propias características
en un momento y lugar determinados.
Además, no es sólo una condición de ajuste ante
circunstancias o factores dados, sino una capacidad de anticipación de dichas
características. La clave es la capacidad de prever y anticipar a partir de
experiencias previas e intuición”, concluyó.
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Pies de foto
Foto 1
Axel Didriksson y
Hugo Casanova hablaron sobre gobernabilidad en el ámbito universitario, en un
foro efectuado en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias
y Humanidades de la UNAM.
Foto 2
Los expertos en educación Imanol Ordorika y
Salvador Martínez Della Roca durante su participación en el Segundo Encuentro
de Auto-estudio de las universidades públicas mexicanas, organizado por el
CEIICH y el CESU de la UNAM.
Foto 3
En la UNAM, Luis
Llorens Báez, de la Universidad de Baja California, explicó que la
gobernabilidad es la conducción de los procesos y actividades de una
institución.
Foto 4
El investigador
de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Wietse de Vries, consideró en
la UNAM necesario buscar formas que fortalezcan la capacidad de autogobierno de
las universidades y nuevas maneras de representación internas.