06:00 hrs.  19 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1036

Ciudad Universitaria

 

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CONTINUARÍA EL ALZA EN LOS PRECIOS DEL CRUDO; NO SE HAN DESCUBIERTO NUEVOS YACIMIENTOS

 

·        Señaló Arturo Bonilla, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

·        La invasión norteamericana a Irak es un factor de carácter geopolítico que afecta los vaivenes de costo del hidrocarburo, dijo

·        Otras dos naciones que influyen de manera importante en los precios del crudo y en cuanto a la demanda del recurso son China e India, indicó

 

La invasión a Irak por tropas norteamericanas es un factor de carácter geopolítico que afecta los vaivenes de los precios del petróleo. Hasta ahora, sin embargo, el valor del crudo sube porque no hay descubrimientos de nuevos depósitos en el subsuelo. Los hallazgos de nuevos yacimientos crecen a una escala menor que la demanda, señaló Arturo Bonilla, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

 

Agregó que los precios del crudo afectan los costos de casi todo. No sólo contribuyen a determinar el importe de ir en auto al trabajo o volar en vacaciones, sino también el valor de los muebles, alimentos y cualquier artículo que deba transportarse de las fábricas a los pisos de venta.

 

 

 

 

La demanda de este hidrocarburo creció considerablemente en el mundo, sobre todo en Estados Unidos, que consume aproximadamente 25 por ciento del total que se extrae mundialmente, aseveró.

 

Estudioso de la administración petrolera mundial, Arturo Bonilla explicó que la economía de nuestro vecino del norte tiene un peso específico tan grande que, aunque su producción interna de hidrocarburo no le alcance, se ve obligado a importar recursos de otras partes del orbe. Es decir, hay una demanda creciente por sus derivados.

 

Otras dos naciones que influyen de manera importante en los precios del crudo y en cuanto a la demanda del recurso son China e India. La primera ha estado sujeta a cambios en su economía y ha crecido a tasas tan altas que van del nueve al 14 por ciento anual, informó.

 

Lo anterior repercute en su alta demanda de combustible, que sólo se puede satisfacer mediante la importación. Su producción interna no alcanza a cubrir las necesidades de consumo que, al igual que la India, están en expansión. Es decir, abundó, también crece a una tasa espectacular y demanda muchos productos provenientes de los hidrocarburos.

 

De hecho, dijo, las tres recientes recesiones globales fueron disparadas por un ascenso en los precios del crudo. En consecuencia debería ser motivo de alarma que sus costos se hayan más que triplicado desde finales del 2000. Hasta ahora, sin embargo, la economía mundial se ha sostenido.

 

Se tiene un problema. De un lado un insuficiente crecimiento de la oferta en cuanto a yacimientos y un aumento de la demanda de productos derivados del oro negro; es decir, hay una tendencia a que, en un plazo relativamente corto, se agote su caudal, indicó Arturo Bonilla.

 

No se sabe con precisión cuántos años más durará el petróleo. Los pronósticos y estimaciones varían. Los más pesimistas los llevan hacia el año 2010, otros hasta 2030 y los más optimistas al 2050, adelantó.

 

Otro factor que incrementa su valor es que no hay suficientes fuentes alternas de energía desarrolladas. La sustitución de este hidrocarburo se realiza de manera casi imperceptible; es decir, la energía eólica, solar, nuclear y la proveniente de la hidroelectricidad, crecen a tasas pequeñas, advirtió.

 

La única excepción, como fuente alterna, a la que se le han dado recursos desde la década de los 30, es la nuclear; sin embargo, reconoció, ésta se ha desarrollado con fines de carácter militar más que de consumo civil.

 

“Aquí entra el desarrollo de la energía nuclear como una necesidad de la lucha por el poder de las grandes potencias, que han destinado una enorme cantidad de fondos públicos para generar armas de destrucción masiva, en una escala no contemplada en décadas anteriores. Su utilización para fines pacíficos tiene poca relevancia”, comentó Arturo Bonilla.

 

Agregó que entre la energía eólica, geotermica, solar, nuclear y la hidroelectricidad, no llegan más allá de un 10 por ciento del total del consumo de energía. Esto quiere decir que el resto proviene de los fósiles, ya sea del petróleo, carbón o gas natural.

 

A estas fuentes alternas de energía no se les ha dado el suficiente apoyo científico y tecnológico. No se han canalizado inversiones para hacer de la energía solar la fuente más importante de aprovisionamiento en el planeta, detalló.

 

No es así, explicó, porque no es lucrativo para las grandes firmas internacionales articuladas al negocio petrolero. No es interesante para los estados que tiene potencialidad nuclear porque no les sirve para fines de defensa, ataque o amenaza.

 

Es decir, ni sirve para fines de lucro ni militares. Por ello, las fuentes alternas de energía están abandonadas. En México, reconoció Arturo Bonilla, tampoco se ha hecho caso a la investigación en estos rubros.

 

 

 

 

Por otra parte, dijo, el ámbito monetario adquiere paulatinamente una característica más ominosa: “El mundo financiero es crecientemente más especulativo y, desgraciadamente, las autoridades bursátiles no quieren o no pueden impedir este fenómeno”.

 

Tres aspectos que están relacionados con la industria del petróleo. Se especula con las reservas, con el crudo mismo; en el mercado spot y con la moneda, en este caso el dólar que sirve de base para el establecimiento de los precios, reveló.

 

De esta manera, el valor del crudo está sujeto a variaciones en las reservas, en su costo mismo y en el del dólar, señaló el investigador universitario. Además, concluyó, muchos de los conflictos se derivan del interés de Estados Unidos por tener el control de los países más ricos de esta industria en el mundo.

 

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FOTO 01

 

El investigador del IIEc de la UNAM, Arturo Bonilla, reconoció que los precios del crudo afectan los costos de casi todo; determinan el importe de cualquier artículo que deba transportarse.

 

 

FOTO 02.

 

El investigador del IIEc de la UNAM, Arturo Bonilla, aseguró que Estados Unidos, consume aproximadamente 25 por ciento del total del petróleo que se extrae mundialmente.