06:00 hrs.  18 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1033

Ciudad Universitaria

 

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PRUEBAN EN LA UNAM DISTINTOS MATERIALES PARA IMPLANTES Y PRÓTESIS

 

·        Como la  hidroxiapatita, cerámica compuesta por calcio y fósforo que forma la parte inorgánica del hueso

·        Afirmó Cristina Piña, adscrita al Instituto de Investigaciones en Materiales

·        Este elemento puede cambiar sus propiedades dependiendo del estado en el cual se encuentre, pues su base es agua

·        En México se realiza un promedio de 80 mil implantes al año, todos ellos con componentes de importación

 

Científicos de la UNAM desarrollan materiales que pudieran utilizarse en la generación de implantes y prótesis, como la hidroxiapatita, cerámica compuesta por calcio y fósforo que forma la parte inorgánica del hueso, afirmó Cristina Piña, adscrita al Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM.

 

Este elemento puede tener diferentes propiedades, de acuerdo con la morfología que se le dé. Puede cambiarlas según el estado en el cual se encuentre, si está en forma de hielo, líquida o vapor, siempre con base en agua. Esta condición le da gran versatilidad para “tenerlos a la mano en la cantidad y en el tiempo en que se requieren por los médicos”, añadió.

 

La especialista explicó que esta investigación obedece a que en México se realiza un promedio de 80 mil implantes al año, todos ellos con componentes de importación, pues en nuestro país no se elaboran, y no sólo eso, las pequeñas empresas nacionales que han tratado de dedicarse a esta labor se han encontrado con tantas trabas que ha sido imposible su subsistencia.

 

“Se busca, por tanto, conocer qué morfología y, en consecuencia, qué propiedades debe tener la hidroxiapatita, para asegurar que ayude en la regeneración del hueso en el menor tiempo posible”, recalcó.

 

Si al cuerpo se le adiciona un miembro inorgánico, por lo general lo absorbe para una mayor reconstrucción del hueso. “De hecho, dijo, de eso se valen los médicos para poner este tipo de implantes: han mostrado con la experiencia que así sucede, aunque no se sabe exactamente cómo se lleva a cabo”.

 

La hidroxiapatita, indicó, se puede obtener mediante diferentes métodos, entre ellos por precipitación y vía húmeda. La cerámica se genera con polvo en grados puros, casi del cien por cien. Como el organismo rechaza tanto ese estado como el que está en bloque cerrado, debe sinterizarse y darle forma tridimensional. Lo que se ha observado es que lo mejor para la regeneración es un material poroso: éste se mete en lugares donde falta estructura ósea y se termina por colonizar de células del paciente.

 

Dicha estructura en poro puede obtenerse a partir de huesos de mamíferos. En este caso, refirió, se aprendió “a emplear los de bovino, a limpiarlos perfectamente de toda la materia orgánica que tiene, para quedar sólo con la estructura inorgánica”.

 

Con fosfatos de calcio también se han obtenido cementos óseos, cuyas ventajas son que permiten fijar las prótesis sin el problema de aumento de temperatura que se tiene con elementos normales.

 

Generar estos aditamentos en nuestro país abarataría hasta menos de la mitad su costo actual, debido a que se sustituirían los que se adquieren del extranjero, por lo que es un mercado en expansión, adelantó.

 

Cristina Piña también ha trabajado en una esfera de hidroxiapatita para ponerse en la cuenca ocular. Si hoy una pieza importada puede costar entre cinco mil y seis mil pesos, la producida por los universitarios rondaría los mil 500 pesos, incluida la ganancia.

 

Incluso puede usarse como implante en esa parte del rostro. Antes, explicó, la pérdida de un ojo requería de una figura de vidrio para evitar que el hueco deformase la cara. Ahora se puede usar lo propuesto por los investigadores, el cual tiene la ventaja de que no es pesado; además, puede salvar la esclera y los músculos, para girarlo con movimientos naturales.

 

En este punto, aclaró que se confunde entre implantes y prótesis; los primeros son dispositivos colocados en el organismo para mejorar o completar un tejido o función, y siempre son internos (de cadera, por ejemplo); en tanto, las otras son más elaboradas y complejas, y pueden ser externas o internas (como un corazón o una mano).

 

Por último, comentó que su grupo de trabajo es totalmente interdisciplinario, con médicos, ingenieros, veterinarios, y a ella le corresponden los materiales. “En combinación con investigadores de otros países se pueden lograr muchos avances en esta materia”.

 

Desafortunadamente, concluyó, falta gente que trabaje en este tipo de temas, los cuales son necesarios para nuestra nación, pues no toda la gente puede pagar un implante importado.

 

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FOTO 01

En México se realizan en promedio 80 mil implantes al año, sin embargo, los materiales son importados, aseguró Cristina Piña, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM.

 

FOTO 02.

Cristina Piña, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, trabaja en una esfera para ponerse en la cuenca ocular.