Boletín
UNAM-DGCS-1033
Ciudad Universitaria
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final del boletín
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Como la hidroxiapatita, cerámica compuesta por
calcio y fósforo que forma la parte inorgánica del hueso
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Afirmó Cristina Piña, adscrita
al Instituto de Investigaciones en Materiales
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Este elemento puede
cambiar sus propiedades dependiendo del estado en el cual se encuentre, pues su
base es agua
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En México se realiza un
promedio de 80 mil implantes al año, todos ellos con componentes de importación
Científicos de la UNAM desarrollan materiales
que pudieran utilizarse en la generación de implantes y prótesis, como la
hidroxiapatita, cerámica compuesta por calcio y fósforo que forma la parte
inorgánica del hueso, afirmó Cristina Piña, adscrita al Instituto de
Investigaciones en Materiales de la UNAM.
Este elemento puede tener diferentes
propiedades, de acuerdo con la morfología que se le dé. Puede cambiarlas según
el estado en el cual se encuentre, si está en forma de hielo, líquida o vapor,
siempre con base en agua. Esta condición le da gran versatilidad para “tenerlos
a la mano en la cantidad y en el tiempo en que se requieren por los médicos”,
añadió.
La especialista explicó que esta
investigación obedece a que en México se realiza un promedio de 80 mil
implantes al año, todos ellos con componentes de importación, pues en nuestro
país no se elaboran, y no sólo eso, las pequeñas empresas nacionales que han
tratado de dedicarse a esta labor se han encontrado con tantas trabas que ha sido
imposible su subsistencia.
“Se
busca, por tanto, conocer qué morfología y, en consecuencia, qué propiedades
debe tener la hidroxiapatita, para asegurar que ayude en la regeneración del
hueso en el menor tiempo posible”, recalcó.
Si
al cuerpo se le adiciona un miembro inorgánico, por lo general lo absorbe para
una mayor reconstrucción del hueso. “De hecho, dijo, de eso se valen los
médicos para poner este tipo de implantes: han mostrado con la experiencia que
así sucede, aunque no se sabe exactamente cómo se lleva a cabo”.
La
hidroxiapatita, indicó, se puede obtener mediante diferentes métodos, entre
ellos por precipitación y vía húmeda. La cerámica se genera con polvo en grados
puros, casi del cien por cien. Como el organismo rechaza tanto ese estado como
el que está en bloque cerrado, debe sinterizarse y darle forma tridimensional.
Lo que se ha observado es que lo mejor para la regeneración es un material
poroso: éste se mete en lugares donde falta estructura ósea y se termina por
colonizar de células del paciente.
Dicha
estructura en poro puede obtenerse a partir de huesos de mamíferos. En este
caso, refirió, se aprendió “a emplear los de bovino, a limpiarlos perfectamente
de toda la materia orgánica que tiene, para quedar sólo con la estructura inorgánica”.
Con fosfatos de calcio también se han
obtenido cementos óseos, cuyas ventajas son que permiten fijar las prótesis sin
el problema de aumento de temperatura que se tiene con elementos normales.
Generar
estos aditamentos en nuestro país abarataría hasta menos de la mitad su costo
actual, debido a que se sustituirían los que se adquieren del extranjero, por
lo que es un mercado en expansión, adelantó.
Cristina
Piña también ha trabajado en una esfera de hidroxiapatita para ponerse en la
cuenca ocular. Si hoy una pieza importada puede costar entre cinco mil y seis
mil pesos, la producida por los universitarios rondaría los mil 500 pesos,
incluida la ganancia.
Incluso
puede usarse como implante en esa parte del rostro. Antes, explicó, la pérdida
de un ojo requería de una figura de vidrio para evitar que el hueco deformase
la cara. Ahora se puede usar lo propuesto por los investigadores, el cual tiene
la ventaja de que no es pesado; además, puede salvar la esclera y los músculos,
para girarlo con movimientos naturales.
En este punto, aclaró que se confunde entre
implantes y prótesis; los primeros son dispositivos colocados en el organismo
para mejorar o completar un tejido o función, y siempre son internos (de
cadera, por ejemplo); en tanto, las otras son más elaboradas y complejas, y
pueden ser externas o internas (como un corazón o una mano).
Por último, comentó que su grupo de trabajo
es totalmente interdisciplinario, con médicos, ingenieros, veterinarios, y a
ella le corresponden los materiales. “En combinación con investigadores de
otros países se pueden lograr muchos avances en esta materia”.
Desafortunadamente, concluyó, falta gente que
trabaje en este tipo de temas, los cuales son necesarios para nuestra nación,
pues no toda la gente puede pagar un implante importado.
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FOTO 01
En México se
realizan en promedio 80 mil implantes al año, sin embargo, los materiales son
importados, aseguró Cristina Piña, del Instituto de Investigaciones en
Materiales de la UNAM.
FOTO 02.
Cristina Piña, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, trabaja en una esfera para ponerse en la cuenca ocular.