06:00 hrs.  17 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1027

Ciudad Universitaria

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TRANFORMA EL MUNDO Y FAVORECE LA INTELIGENCIA RACIONAL Y EMOCIONAL, LA LECTURA

 

·        Por ello, la académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, María del Carmen Saldaña Rocha, consideró un reto su rescate y promoción

·        La responsabilidad de fomentarla es compartida entre la familia, escuela e instituciones culturales, aseveró

·        En las aulas, advirtió, existe una ruptura porque se vuelve una acción obligada en lugar de placentera

 

La lectura favorece la inteligencia racional y emocional del ser humano y contribuye a hacerlo comprender y actuar para transformar el mundo, aseguró la académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, María del Carmen Saldaña Rocha, quien agregó que rescatar y promover esta actividad en México representa un importante reto y la oportunidad de sensibilizar a la población sobre su importancia.

 

La responsabilidad de fomentar la lectura, subrayó, es compartida entre la familia, la escuela y las instituciones culturales, entre las cuales existe una falta de coordinación, pero, al mismo tiempo, múltiples posibilidades de encontrar nuevas vetas de desarrollo.

 

“Si logramos que los niños se enamoren de los libros, tendremos poblaciones que piensen, se emocionen desde la creación, reconozcan su mundo y que participen para transformarlo”, consideró.

 

La profesora de la carrera de Pedagogía de la FFyL argumentó que México se encuentra en un bajo nivel de desarrollo de la habilidad de la lectura, por lo que se debe trabajar más su comprensión e, incluso, en la creación literaria desde los primeros grados de educación básica.

 

En entrevista, dejó en claro que no se lleva a cabo sólo en el campo académico sino para toda la vida, por lo que las universidades e instituciones de educación superior deberían encontrar alternativas que permitan acompañar el proceso de enseñanza–aprendizaje con esta actividad.

 

La especialista en promoción de la lectura en niños, jóvenes y adultos, explicó que desde el principio de la vida decodificar representa un reto para los infantes y se convierte en parte de lo cotidiano.

 

Las personas, agregó, aprenden a leer desde antes de conocer el alfabeto, con los colores y formas, con la información visual y oral. Después, con las letras y números, es decir, con el código escrito. Así, el ser humano se encuentra con una forma diferente de ver el mundo, de apropiarse de él y de transformarlo.

 

María del Carmen Saldaña especificó que los ámbitos donde se puede favorecer la lectura son: la familia, la escuela y las instituciones. Los obstáculos surgen si en alguno de ellos no se cumple esta función en forma adecuada.

 

A ello se suma el que se ha convertido en una actividad de elite. Las presentaciones de libros no han logrado que la gente sienta la necesidad de acudir a escuchar qué quiere decir el autor, cuál es el nuevo mensaje que dará o cómo entiende su mundo, entre otros aspectos, anotó.

 

En cuanto a la familia, detalló, si los padres no tienen el hábito de la lectura y el interés inicial para acercar a sus hijos a ella, por ejemplo con el cuento de la tarde o de la noche, será una actividad lejana y poco conocida por los niños.

Sin embargo, recalcó, este primer ámbito es fundamental, por lo que los progenitores tienen una gran oportunidad de desarrollarlo, puesto que se cuenta con múltiples formas para ello.

 

El segundo espacio fundamental para fomentar la lectura, señaló, es la escuela, el ambiente de lo formal, pues desde el nivel preescolar el niño se acerca a las letras y a partir de la educación primaria esta habilidad siempre debe estar presente.

 

El problema, advirtió, es que en este rubro existe una ruptura porque se vuelve una acción obligada en lugar de placentera.

 

Además, puntualizó, en México se tiene un problema de formación. Al profesor se le prepara para atender esta función, es decir, tratar de desarrollar los programas de estudio en un periodo y en un ciclo escolar. Aunque estos planes han favorecido asignaturas como matemáticas y español, en ésta última no se privilegia la lectura como un disfrute, que favorezca las emociones, sino como la habilidad para decodificar lo que se tiene enfrente.

 

Por tal motivo, resaltó, el aula tiene otra responsabilidad importante: su transformación en un placer. “El docente debe enamorar al niño e inducirlo a la lectura y para hacerlo él necesita también estarlo”. Para esto,  propuso que el profesor reciba cursos de fomento y la incorporación de disciplinas artísticas.

 

Un tercer ámbito, abundó, es el de las instituciones en materia cultural. En ellas se tiene una amplia variedad, a veces desconocida, de actividades que favorecen esta práctica.

 

La especialista en técnicas en educación extraescolar destacó una serie de alternativas para fomentar la lectura, sobre todo a través de las instituciones culturales.

 

Una medida rica y favorable para que el sujeto se acerque es asistir a eventos de cuenta-cuentos, de narradores, porque la forma en que estos artistas traducen un texto para lograr la comunicación con la población, permite mirar desde otra perspectiva la obra.

 

 

Otro sistema para promoverla, refirió, es por medio de la consulta de libros en las bibliotecas públicas. Éstas, informó, han intentado diversos programas para acercar a niños, jóvenes y adultos a esta tarea, trata de hacer atractivo el espacio y ser una guía para favorecer este proceso. Aunque los proyectos han sido buenos, “no son suficientes”, porque se trata de una responsabilidad compartida, acotó.

 

Saldaña Rocha manifestó que para inducir a la persona a la lectura, desde los primeros años de vida, se requieren diversas técnicas. A los pequeños se les deben allegar textos breves con letras más grandes e ilustraciones permanentes, para que el mayor peso recaiga en éstas últimas.

 

Así, sostuvo, un niño con cierta habilidad, como un menor de primaria, puede combinar ilustración y texto; con el tiempo ampliar cada vez más éste último en función de sus intereses.

 

Para determinar estas preferencias, expuso, la familia debe observarlo. Por lo regular el niño está en una etapa de fantasía y algunas veces se inclina por la naturaleza y los animales. Así, libros que tengan esta temática serán preferentes.

 

En ocasiones, dentro del sector de los adolescentes se resalta el interés en la novela, sobre todo en las que contienen misterios y se deben encontrar respuestas. “El joven está en una etapa de búsqueda de su identidad y trata de descubrir el nuevo mundo del adulto, donde el enigma y la rebeldía son parte de las características de ese periodo”, añadió.

 

Los universitarios que realizan trabajo académico fuerte, con lecturas especializadas, deben combinarlos con textos literarios que se encuentran asociados a los temas contenidos en los programas de estudio, enfatizó.

 

Dijo que no es difícil encontrar material sobre matemáticas, educación o de biología, tratados desde el punto de vista literario. Así, hay poemas, cuento y novela, con lo que se abordan contenidos de programas, apoyados con textos que favorecerán otro tipo de lectura.

 

 

Al trabajar sólo áreas especializadas, alertó, se tendrán paradigmas cortos: si se intenta la multidisciplina y se trata de encontrar la trans e interdisciplina en el proceso de enseñanza–aprendizaje en las aulas, habrá ciudadanos que podrán afrontar los retos del siglo XXI con mayor flexibilidad.

 

La pedagoga consideró que desde el hogar se debe aprender a romper con los mitos de que la lectura es aburrida, sólo es para un grupo de población, no da placer o impide relacionarnos.

 

Uno de  los sectores que pueden contribuir a ello son los medios de comunicación, los cuales tienen una responsabilidad enorme, pues su papel para promover la lectura es básico.

 

A pesar de que calificó de válido el argumento de mucha gente de que si no tiene para comer menos tendrá para leer, dijo que en las bibliotecas públicas, como las de la UNAM, las estatales y las municipales, se puede encontrar cualquier tipo de texto.

 

En términos generales, concluyó Saldaña Rocha, lo que falta es promoción para que la gente se acerque y rompa esas falsas concepciones.

 

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FOTO 01.

La académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, María del Carmen Saldaña Rocha, consideró un reto rescatar y promover la lectura, la cual favorece la inteligencia racional y emocional, y contribuye a transformar el mundo.

 

FOTO 02.

La responsabilidad de fomentar la lectura es compartida entre la familia, la escuela y las instituciones culturales, aseveró La académica de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, María del Carmen Saldaña Rocha.