Boletín
UNAM-DGCS-1025
Ciudad Universitaria
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DEBE PROMOVERSE EL USO DE LA RADIACIÓN SOLAR COMO FUENTE DE ENERGÍA LIMPIA
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Señaló Agustín Muhlia, investigador del
Observatorio de Radiación Solar del Instituto de Geofísica de la UNAM
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Así disminuirían los índices de
contaminación provocados por el uso de energías convencionales, dijo
·
Es posible bombear agua, hacer
funcionar sistemas de aire acondicionado, secadores, estufas y calentadores de
agua, entre otros usos
En México debe promoverse la utilización de la radiación
solar y disminuir así los índices de contaminación provocados por el uso de
energías convencionales, afirmó Agustín Muhlia, investigador del Instituto de
Geofísica de la UNAM.
Durante la conferencia La radiación solar como fuente
alternativa de energía limpia dijo que ésta tiene diferentes usos. Entre ellos,
hacer volar aviones, bombear agua, utilizar sistemas de aire acondicionado,
secadores, estufas y calentadores de agua, riego en zonas agrícolas y la
electrificación rural, así como aprovechar la luz natural para iluminar los
interiores de diversos tipos de edificios.
De hecho, consideró, los agricultores, asesorados por
agrónomos, deberían interesarse en usar los datos solarimétricos plasmados en
mapas de radiación y adecuar los cultivos a esas condiciones climatológicas, de
forma que las plantas las aprovecharan mejor.
“Si la climatología de la radiación solar se conociera
correctamente, como se comenzó a hacer de forma reciente, sería posible
aumentar el rendimiento de los cultivos por unidad de área”, aseguró.
El científico recordó que en el Sol, el hidrógeno se
transforma en helio por fusión termonuclear a razón de 560 megatoneladas por
segundo y en cuatro en energía de radiación. Tal cantidad se emite en todas
direcciones.
Así, se ha determinado que la constante solar o cantidad
de radiación que llega a nuestro planeta es de 1367 watts por metro cuadrado
(W/m2), precisó.
Del Sol, luego de atravesar la atmósfera, nos llegan
“chorros” de fotones (partículas de luz); “por eso se habla de un flujo, como
si fuera un chorro de agua. En este caso interesa saber qué tan grande es y
cómo lo podemos utilizar”, expuso.
Si se conoce la física de la interacción de la radiación
con la atmósfera se pueden obtener modelos que estimen esos destellos. Ésta,
además, se puede medir con instrumentos llamados piranómetros, pirheliómetros o
radiómetros en general; de forma adicional, los satélites equipados con
instrumentación adecuada permiten estimar desde el espacio exterior cuánta
energía solar llega a la superficie terrestre, detalló.
Las mediciones, explicó Agustín Muhlia, han permitido la
elaboración de un atlas de radiación, es decir, de mapas de la distribución de
ese tipo de energía en el territorio nacional.
En Ciudad Universitaria una estación solarimétrica
registra la irradiancia solar desde hace más de treinta años. Allí, “la mayor
cantidad de energía, en promedio, está por encima de los cinco y medio
kilowatts-hora por metro cuadrado en época de secas, ella disminuye en lluvias,
pero sin bajar de los cuatro kiloWatts-hora en promedio”, abundó.
Los mexicanos, mencionó, nos enorgullecemos por tener un
país “lleno de sol”, pero ¿cuánto hay en realidad? “El asunto es que solo en
pocos lugares se había medido y con gran irregularidad y no siempre con
instrumentos de buena calidad”.
Sólo a partir de 1999 fue que el Servicio Meteorológico
Nacional comenzó a instalar
piranómetros confiables. Antes, esta institución tenía algunos de los
clasificados como de tercera clase. A la fecha la Red solarimétrica cuenta con
94 estaciones con buenas herramientas, recordó.
Un estudiante universitario, dijo, realizó su tesis
usando los datos de esa Red para construir mapas de isolíneas de los niveles de
irradiación (energía por unidad de área) solar promedio mensual, estacional y
anual.
Así, por ejemplo, se puede observar que en primavera es
de 17 a 29 megajoules por metro cuadrado. En el verano, cuando hay más nubes,
es de 15 a 25; en otoño de 11 a 21, y de 13 a 23 en invierno. “Es decir, hay mucho
sol, pero no siempre en las mismas cantidades”, informó.
Agustín Muhlia señaló que, además de la solar, hay otras
fuentes alternas de energía que no se pueden despreciar, como la biomasa o el
viento. De hecho, opinó, cuando se piensa en usar la solar se debe considerar
el diseño de sistemas híbridos, por ejemplo, combinar solar con eólica y
biomasa, etc.
De las energías limpias, la que más llama la atención y
más se ha difundido en el mundo es la solar, que utiliza celdas fotovoltáicas
que convierten la energía de los fotones en eléctrica de forma directa, aclaró.
Las celdas en grupos forman módulos fotovoltáicos, que a
su vez crean panales. Tales sistemas llegan a tener eficiencia de entre 15 y 20
por ciento, sostuvo el universitario, y sus costos pueden ubicarse entre 25 y
150 centavos de dólar por kilowatt-hora.
Pero además de las celdas se necesita dónde almacenar la
energía, para lo cual se usan baterías, pero aún se requiere, mejorarlas y
disminuir su costo. “Hay procesos tecnológicos que no avanzan con la velocidad
deseada. Ejemplo de ello es la baja eficiencia que actualmente tienen esas
baterías”, expresó.
Por último, el investigador concluyó que una manera de
ahorrar energía y evitar la contaminación es fomentar el aprovechamiento de la iluminación
natural. En el posgrado de la Facultad de Arquitectura asesorados por
especialistas del IGF, por ejemplo, se realizan experimentos para ver la mejor
orientación, tamaño y distribución de las ventanas, pozos de luz, tragaluces,
etcétera, de un recinto de trabajo.
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FOTO 01
En México debe
promoverse la utilización de la radiación solar y disminuir así los índices de
contaminación, afirmó Agustín Muhlia, investigador del Instituto de Geofísica
de la UNAM.
FOTO 02.
Es necesario aprovechar la luz
natural para iluminar los interiores de diversos tipos de construcciones,
señaló el investigador de la UNAM, Agustín Muhlia.