Boletín
UNAM-DGCS-1018
Ciudad Universitaria
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SE INCREMENTA EL CRECIMIENTO POBLACIONAL, A PESAR DE LA ACTIVIDAD VOLCÁNICA
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Son fenómenos que se han
dado de forma paralela, reconoció Claus Siebe, investigador del Instituto de
Geofísica de la UNAM
·
Reconoció que el peligro
es mayor cuando aumenta la mancha urbana cerca de un cono volcánico
A pesar de que en las últimas décadas ha sido
constante la actividad volcánica en la zona metropolitana de la ciudad de
México, se ha incrementado el crecimiento poblacional, aseguró el investigador
y jefe del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica (IGf) de la
UNAM, Claus Siebe Grabach.
Reconoció que el peligro es mayor cuando
aumenta la mancha urbana cerca de un cono volcánico.
Al
dictar la conferencia “Nuevos avances en la evaluación del peligro volcánico
para el área metropolitana”, explicó que esta zona está rodeada por cadenas
montañosas, volcánicas en su totalidad. Hay dos clases: los estratovolcanes,
que son grandes, de varios kilómetros de altura en algunos casos, como el
Popocatépetl, y que también se llaman poligenéticos porque requieren mucho
tiempo para formarse.
Contrasta
con los monogenéticos, que son pequeños como el Paricutín, y hacen erupción una
sola vez. Estos últimos por lo general tienen poca altura y no parecen tan
notorios como los otros. Sin embargo, en México son los más abundantes, aclaró.
Siebe
Grabach indicó que de acuerdo con varias estimaciones, entre las costas de
Nayarit y las de Veracruz existen entre 3 mil y 5 mil de los conos
monogenéticos. Es decir, es una peculiaridad del Cinturón Volcánico Mexicano,
que se encuentra alrededor de 12 estratovolcanes.
Estos
últimos son grandes edificios cónicos en los que se acumulan lavas y
piroclastos (fragmentos de roca, bombas y piedra pómez expulsados). Para su
formación se requiere un largo periodo de actividad eruptiva o la repetición de
numerosas emanaciones en un área restringida, expuso.
La
mayoría de los grandes volcanes (Vesubio, Stromboli, Teide, Fujiyama, Taal,
Irazu, Merapi) pertenecen a esta categoría. En una primera etapa las lavas
fluyen del mismo conducto central, rellenan el cráter y se desbordan por las
laderas, añadió.
El
investigador universitario subrayó que la sierra Chichinautzin, que se localiza
al sur de la cuenca del Cinturón Volcánico Mexicano y es una de las principales
zonas de recarga acuífera de 22 pozos del Distrito Federal, está siendo poblada
con gran densidad.
El
equipo de trabajo de Claus Siebe ya clasificó los monogenéticos de la Sierra
Chichinautzin, donde hay más de 200 conos.
Abundó
que el más conocido es el Xitle, con mil 670 años, el cual afectó sobre todo a
la población que habitaba la zona de Cuicuilco. Este es un volcán pequeño pero
sus lavas llegaron a mayor distancia. Se ha determinado que sus flujos son, por
lo general, 20 ó 30 veces mayores que el volumen del cono mismo.
De
acuerdo con algunos especialistas, señaló, el 90 por ciento de las erupciones
de los conos monogenéticos duran menos de un año. No obstante, el Paricutín es
un caso completamente anómalo, ya que su explosión duró más de 10 años.
Con
20 años en el estudio de los volcanes del centro de México, Claus Siebe informó
que hoy se sabe que al menos cada mil 200 años se forma un cono de este tipo en
la Sierra Chichinautzin y el último se gestó hace más de mil 600 años.
No
sólo en el frente del Cinturón hay conos jóvenes sino también al noreste de la
ciudad de México, como el Cerro Cuello. También están el Cerro Coatzaco, al
norte de Apizaco, con una antigüedad de 15 mil años; el Tláloc (seis mil años),
Tlacotenco (ocho mil); Cautzin (ocho mil a nueve mil), Pelado (10 mil años),
Teuhtli (más de 14 mil), y Ocosacayo (20 mil años), añadió.
Refirió
que para evaluar el peligro en una región se necesita conocer la historia
eruptiva de la misma e identificar a los distintos volcanes que han tenido
actividad en tiempos geológicos recientes y tratar de fechar esos eventos;
determinar la naturaleza de las mismas, y tratar de estimar los volúmenes que
fueron emitidos y las dimensiones de las áreas afectadas.
En
cuanto a los estratovolcanes, comentó que entre ellos se encuentran el
Popocatépetl, y a una distancia similar de la ciudad de México el Nevado de
Toluca.
La
mayoría de la población cree que el Popo es la única fuente de erupciones que
pudiese afectar a la zona metropolitana, “lo cual es falso, porque el Nevado
también podría dañarla; sin embargo, como hay una serranía que separa a la
Cuenca de México del Valle de Toluca, no se ve directamente ese volcán y nos
hemos olvidado de su existencia”.
Concluyó
que otro volcán es La Malinche, al norte de la ciudad de Puebla, y uno más, a
unos cinco kilómetros de distancia del Popocatépetl, es el Xocotitlán, un
coloso desconocido.
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FOTO 01
Claus Siebe Grabach, del Instituto de
Geofísica de la UNAM, dijo que pese a que en las últimas décadas ha sido
constante la actividad volcánica en la zona metropolitana de la ciudad de
México, se ha incrementado el crecimiento poblacional.
FOTO 02.
Se cree que el Popo es la única fuente de erupciones que pudiese afectar a la zona metropolitana, pero no se toma en cuenta la presencia del Nevado de Toluca, informó Claus Siebe Grabach, investigador del IGf de la UNAM.