06:00 hrs.  14 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1018

Ciudad Universitaria

Pie de fotos al final del boletín

 

SE INCREMENTA EL CRECIMIENTO POBLACIONAL, A PESAR DE LA ACTIVIDAD VOLCÁNICA

 

·        Son fenómenos que se han dado de forma paralela, reconoció Claus Siebe, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM

·        Reconoció que el peligro es mayor cuando aumenta la mancha urbana cerca de un cono volcánico

 

A pesar de que en las últimas décadas ha sido constante la actividad volcánica en la zona metropolitana de la ciudad de México, se ha incrementado el crecimiento poblacional, aseguró el investigador y jefe del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, Claus Siebe Grabach.

 

Reconoció que el peligro es mayor cuando aumenta la mancha urbana cerca de un cono volcánico.

 

Al dictar la conferencia “Nuevos avances en la evaluación del peligro volcánico para el área metropolitana”, explicó que esta zona está rodeada por cadenas montañosas, volcánicas en su totalidad. Hay dos clases: los estratovolcanes, que son grandes, de varios kilómetros de altura en algunos casos, como el Popocatépetl, y que también se llaman poligenéticos porque requieren mucho tiempo para formarse.

 

Contrasta con los monogenéticos, que son pequeños como el Paricutín, y hacen erupción una sola vez. Estos últimos por lo general tienen poca altura y no parecen tan notorios como los otros. Sin embargo, en México son los más abundantes, aclaró.

 

Siebe Grabach indicó que de acuerdo con varias estimaciones, entre las costas de Nayarit y las de Veracruz existen entre 3 mil y 5 mil de los conos monogenéticos. Es decir, es una peculiaridad del Cinturón Volcánico Mexicano, que se encuentra alrededor de 12 estratovolcanes.

 

Estos últimos son grandes edificios cónicos en los que se acumulan lavas y piroclastos (fragmentos de roca, bombas y piedra pómez expulsados). Para su formación se requiere un largo periodo de actividad eruptiva o la repetición de numerosas emanaciones en un área restringida, expuso.

 

La mayoría de los grandes volcanes (Vesubio, Stromboli, Teide, Fujiyama, Taal, Irazu, Merapi) pertenecen a esta categoría. En una primera etapa las lavas fluyen del mismo conducto central, rellenan el cráter y se desbordan por las laderas, añadió.

 

El investigador universitario subrayó que la sierra Chichinautzin, que se localiza al sur de la cuenca del Cinturón Volcánico Mexicano y es una de las principales zonas de recarga acuífera de 22 pozos del Distrito Federal, está siendo poblada con gran densidad.

 

El equipo de trabajo de Claus Siebe ya clasificó los monogenéticos de la Sierra Chichinautzin, donde hay más de 200 conos.

 

Abundó que el más conocido es el Xitle, con mil 670 años, el cual afectó sobre todo a la población que habitaba la zona de Cuicuilco. Este es un volcán pequeño pero sus lavas llegaron a mayor distancia. Se ha determinado que sus flujos son, por lo general, 20 ó 30 veces mayores que el volumen del cono mismo.

 

De acuerdo con algunos especialistas, señaló, el 90 por ciento de las erupciones de los conos monogenéticos duran menos de un año. No obstante, el Paricutín es un caso completamente anómalo, ya que su explosión duró más de 10 años.

 

 

Con 20 años en el estudio de los volcanes del centro de México, Claus Siebe informó que hoy se sabe que al menos cada mil 200 años se forma un cono de este tipo en la Sierra Chichinautzin y el último se gestó hace más de mil 600 años.

 

No sólo en el frente del Cinturón hay conos jóvenes sino también al noreste de la ciudad de México, como el Cerro Cuello. También están el Cerro Coatzaco, al norte de Apizaco, con una antigüedad de 15 mil años; el Tláloc (seis mil años), Tlacotenco (ocho mil); Cautzin (ocho mil a nueve mil), Pelado (10 mil años), Teuhtli (más de 14 mil), y Ocosacayo (20 mil años), añadió.

 

Refirió que para evaluar el peligro en una región se necesita conocer la historia eruptiva de la misma e identificar a los distintos volcanes que han tenido actividad en tiempos geológicos recientes y tratar de fechar esos eventos; determinar la naturaleza de las mismas, y tratar de estimar los volúmenes que fueron emitidos y las dimensiones de las áreas afectadas.

 

En cuanto a los estratovolcanes, comentó que entre ellos se encuentran el Popocatépetl, y a una distancia similar de la ciudad de México el Nevado de Toluca.

 

La mayoría de la población cree que el Popo es la única fuente de erupciones que pudiese afectar a la zona metropolitana, “lo cual es falso, porque el Nevado también podría dañarla; sin embargo, como hay una serranía que separa a la Cuenca de México del Valle de Toluca, no se ve directamente ese volcán y nos hemos olvidado de su existencia”.

 

Concluyó que otro volcán es La Malinche, al norte de la ciudad de Puebla, y uno más, a unos cinco kilómetros de distancia del Popocatépetl, es el Xocotitlán, un coloso desconocido.

 

 

 

– o0o –

 

 

FOTO 01

 Claus Siebe Grabach, del Instituto de Geofísica de la UNAM, dijo que pese a que en las últimas décadas ha sido constante la actividad volcánica en la zona metropolitana de la ciudad de México, se ha incrementado el crecimiento poblacional.

 

FOTO 02.

Se cree que el Popo es la única fuente de erupciones que pudiese afectar a la zona metropolitana, pero no se toma en cuenta la presencia del Nevado de Toluca, informó Claus Siebe Grabach, investigador del IGf de la UNAM.