11:00 hrs.  12 de Diciembre de 2005

 

 

Boletín UNAM-DGCS-1013

Ciudad Universitaria

 

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DESCUBREN UNIVERSITARIAS INSÓLITO OBJETO QUE NO ES ESTRELLA NI PLANETA

 

·        Ellas son Lucía Adame, estudiante del doctorado en Astronomía, y Paola D’Alessio, investigadora del Centro de Radioastronomía y Astrofísica, de la UNAM

·        El objeto, llamado Cha 110913-77344, localizado a 500 años luz de distancia en la constelación de Camaleón, es pequeño para ser estrella y tampoco es planeta porque no orbita alrededor de un sol

·        Tiene un disco de gas y polvo a su alrededor

 

Lucía Adame, estudiante del doctorado en Astronomía, y Paola D’Alessio, investigadora del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, participaron en el descubrimiento del primer objeto subestelar con masa planetaria rodeado por un disco de gas y polvo que, por sus características únicas, no puede ser clasificado ni como estrella ni como planeta.

 

Se trata de un insólito objeto, llamado Cha 110913-77344, localizado a 500 años luz de distancia en la constelación de Camaleón, pequeño para ser estrella y que tampoco es planeta porque no orbita alrededor de un sol.

 

Es un astro con una temperatura superficial de dos mil grados (el Sol tiene cinco mil 600) y cuyo tamaño es de aproximadamente dos décimas del radio solar, es decir, diminuto. Su masa es sólo ocho veces más que la de Júpiter.

 

Por su composición, explicó Lucía Adame, podría ser un planeta. Pero su característica principal, lo novedoso, es que tiene un disco protoplanetario. “Es el primer objeto de un tamaño tan pequeño y con una masa comparable a la de un planeta que tiene un disco de gas y polvo a su alrededor”.

 

Además, ha originado un problema de “taxonomía estelar”, ya que no se sabe si llamarlo “enana café” o “planeta”. Podría ser llamado de la primera forma, pues se creó de manera aislada, y tiene su propio disco. Pero tiene poca materia para serlo, abundó.

 

Por otra parte, podría llamarse planeta, pues tiene la condición adecuada para serlo, pero no se formó alrededor de una estrella. Probablemente lo más adecuado sea denominarlo “objeto de masa planetaria”, precisó Paola D’Alessio del Centro de Radioastronomía con sede en Morelia, Michoacán.

 

Sabemos que no se originó como tal porque está aislado; no circunda a ninguna estrella, ni forma parte de ningún sistema binario. Entonces, se cree que se formó por colapso gravitacional de un pedazo de nube molecular que se contrajo, como ocurre con las estrellas, aclaró.

 

Debido a que esas nubes rotan no todo el material puede caer directamente al centro, sino que primero se forma un objeto en medio con un disco alrededor. expuso.

 

Una enana café, refirió Lucía Adame, es de baja masa, de entre 13 y  80 veces la de Júpiter, aproximadamente. Ese tipo de astros, abundó la joven científica, queman deuterio, un isótopo del hidrogeno que funciona como combustible nuclear y los mantiene calientes durante cierto tiempo.

 

En cambio, los objetos que tienen cuerpos aún más pequeños, como Cha 110913-77344, no queman deuterio y al inicio de su vida están calientes por la contracción gravitacional; luego se enfrían, detalló.

 

“También las enanas cafés se enfrían, pero tardan más”. Lo hacen cuando su combustible se agota. En cambio, los objetos de masa planetaria no tienen energía, y por ello, desde que nacen, están condenados a bajar su temperatura, indicó.

 

 

Así, añadió, el objeto descubierto brillará solamente al principio, durante su “juventud”, como ocurre ahora que tiene apenas 2 millones de años –en comparación, nuestro Sol cuenta con 4 mil 500 millones de vida–. Luego decrecerá y se enfriará por completo porque no tiene combustible ya que su masa no es suficientemente grande como para quemar hidrógeno como ocurre en las estrellas que brillan por largos períodos.

 

Entonces, afirmó Lucía Adame, quedará como un objeto inerte en el universo. En algunos millones de años se encontrará aislado; por ahora se ubica dentro de una región de formación estelar y en cierta forma es calentado por estrellas cercanas.

 

Queda claro que un planeta es un objeto con masas menores a 13 veces las de Júpiter y formado en un disco, y Cha 110913-77344 –nombrado así por su constelación de procedencia, Camaleón, y sus coordenadas– no se formó en un disco.

 

El descubrimiento, encabezado por el astrónomo estadounidense Kevin Luhman, de la Universidad Estatal de Pennsylvania, fue posible gracias a la utilización de los telescopios espaciales Spitzer (que detectó el disco alrededor del objeto) y Hubble, además de los terrestres del Observatorio Interamericano Cerro Tololo y el Géminis, ambos en Chile.

 

Spitzer observa en infrarrojo y los demás en el espectro visible, pero a éstos se les pueden adaptar filtros para que vean en longitudes de onda infrarrojas.

 

En específico, las universitarias se encargaron de desarrollar el modelo que explica las características del disco. “Cuando se observa una estrella o planeta sabemos cuánta luz vamos a recibir a cierta longitud de onda; con Cha 110913-773444 se sabía cuánta luz se debería recibir pero se descubrió que había un poco más de lo esperado; entonces se trató de modelar ese exceso en el infrarrojo en términos de un disco de acreción irradiado por el objeto central”, expresó Lucía Adame.

 

Los modelos fueron desarrollados por Paola D’Alessio para el estudio de discos en torno a estrellas jóvenes de baja masa, y fueron adaptados por Lucía Adame como parte de su tesis doctoral en la UNAM, para analizar esos cuerpos en torno a objetos de masas subestelares.

 

Al usarlos se determinó que alrededor de Cha 110913-77344  existe un disco con una tasa de acreción baja.  Con ayuda de Jorge Cantó, co-asesor de la tesis doctoral de Lucía Adame, ella investigará cómo evolucionan en el tiempo aquellos circunsubestelares y cómo son afectados por fuentes de radiación diferentes a la estrella central.

 

“Es emocionante tener acceso a observaciones de tan alta calidad y  darse cuenta que los modelos teóricos funcionan bien para describir fenómenos físicos que ocurren tan lejos de nosotros”, comentó Paola D’Alessio.

 

El nuevo objeto, de masa tan pequeña, es una pieza importante para complementar las ideas de los astrónomos sobre cómo se forman las estrellas y los planetas, sostuvo.

 

Hasta ahora se desconoce el tamaño del disco. Se necesita hacer más observaciones para entender bien cómo es, cuánto mide y cuánta masa tiene. Entonces también se podrá establecer si de él podrían formarse “planetas”.

 

De ser así, añadió Lucía Adame, se trataría en realidad de objetos pequeños, como lunas alrededor del insólito objeto. “No se sabe todavía si existan las condiciones físicas para que eso ocurra”.

 

Recordó que ya antes se habían descubierto discos alrededor de enanas cafés pero siempre con masa superior a 13 veces las de Júpiter; “el descubierto es menor, incluso, a varios planetas extrasolares que se han encontrado hasta el momento”.

 

A su vez, ya se habían localizado objetos de masa planetaria, en las Pléyades por ejemplo, pero a ninguno se le había observado un disco alrededor, reiteró.

 

Respecto a la existencia de objetos similares a Cha 110913-77344, la estudiante señaló que existe la posibilidad, “pero hay que hacer campañas de observación; debe haber muchos más”.

 

En este descubrimiento, que se dará a conocer en el número de diciembre en el Astrophysical Journal Letters, también participan Nuria Calvet y Lee Hartmann, de la Universidad de Michigan, y S.T. Megeath y G.G. Fazio, del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard.

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FOTO 1

 

Lucía Adame, del doctorado en Astronomía en la UNAM, habló sobre el descubrimiento del objeto subestelar rodeado por un disco de gas y polvo que no es estrella ni planeta.

 

 

FOTO 2

 

Paola D’Alessio, investigadora del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, con sede en Morelia, Michoacán, se refirió a un objeto insólito, llamado Cha 110913-77344.

 

 

FOTO 3.

 

Dos universitarias participaron en el descubrimiento del primer objeto subestelar con masa planetaria rodeado por un disco de gas y polvo que no puede ser clasificado como estrella ni como planeta.