Boletín
UNAM-DGCS-1002
Ciudad Universitaria
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final del boletín
ATENDER EL ASUNTO
DEMOGRÁFICO, INDISPENSABLE PARA MÉXICO
·
Aseveró José Narro Robles, director de la FM de la UNAM, quien agregó
que por la transición del país, se vive un cambio en la estructura poblacional
·
El director de la ENTS, Carlos
Arteaga Basurto, consideró fundamental que los trabajadores sociales
transformen su pensamiento
·
Daniel Cazés Menache, director del CEIICH, dijo que las transformaciones
geopolíticas han roto con la mayoría de los paradigmas prevalecientes
Se estima que en los próximos 20 años México
seguirá con su crecimiento, y su población se incrementará en 28 millones más
de habitantes; por lo que es indispensable atender el asunto demográfico,
señaló José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Al participar en la presentación del libro Necesidades
sociales y desarrollo humano: un acercamiento metodológico, editado por la
Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) y Plaza y Valdés, dijo que por la transición
demográfica, se vivirá, de manera inevitable, un cambio en la estructura
poblacional, más allá de lo que ya se ha experimentado.
De esa forma, si en la actualidad
uno de cada 20 mexicanos tiene 65 años o más, para el 2030 uno de cada ocho
estará en esa condición, con todo lo que ello representa e implica en materia
de políticas y servicios para la población, advirtió.
En salud, Narro Robles apuntó que parecería que
en este ámbito ya está todo resuelto, y que lo peor ya se superó, lo cual es falso.
Se ha avanzado, pero falta solucionar lo más complicado. Por ejemplo, “se sigue
con una alta mortalidad, seis veces la de Japón, cinco la de países europeos,
tres la de Cuba, y el doble que Costa Rica”.
Se cree que las enfermedades infecciosas son un
asunto que quedó atrás, y que México rebasó la transición epidemiológica. No
son las primeras causas de muerte como hace cinco o seis lustros, pero siguen
siendo un problema importante, argumentó.
En 2003 más de 18 mil mexicanos fallecieron por
diarreas y neumonías; es decir 4 por ciento de las muertes totales. Además,
agregó, como cada año, la tuberculosis sigue causando alrededor de tres mil
defunciones.
Ello se suma a las enfermedades crónicas, como
la diabetes. Durante 2004, alrededor de 60 mil mexicanos murieron a causa de
este mal y sus complicaciones. En este padecimiento interviene la configuración
genética, pero también la dieta, el ejercicio, los estilos de vida y el
comportamiento, sostuvo el director de la FM.
Asimismo, en educación falta mucho por hacer,
ya que hoy sólo dos de cada diez mexicanos jóvenes en edad de ir a las
universidades o al nivel superior lo hacen, reveló.
Al referirse a su campo de trabajo, el director
de la ENTS, Carlos Arteaga Basurto, consideró fundamental que los egresados de
esta carrera transformen su pensamiento para entender, participar, aproximarse
y compartir con el otro sus problemas. “Esto que es una reforma del pensamiento
con una necesidad social, implica formar ciudadanos capaces de enfrentar los
desafíos de su tiempo”.
Ello evita frenar un delineamiento que sólo
permite la expansión de la autoridad, los expertos y los especialistas, pero
que también limita la competencia de los ciudadanos “condenantes” a aceptar
sólo las decisiones, pero sin ser considerados como conocedores, apuntó.
Por eso, esta renovación del pensamiento donde
trabajo social requiere e implica, a su vez, una apertura, supone el
reconocimiento y la aplicación del conocimiento históricamente acumulado, la
superación de ideologías excluyentes y la asunción de una perspectiva más bien
incluyente y de complementariedad en enfoques teóricos y metodológicos,
consideró.
La complejidad del mundo de lo social se
expresa tanto en la reiteración de las variables conocidas e interpretadas a lo
largo de la historia de la humanidad, como en aquellas que a cada momento
surgen como expresiones inéditas del ser humano y de lo social, afirmó.
Así, aclaró, un aspecto básico es plantearnos
la dimensión ético-política de la formación académica en trabajo social, que
debe tener en perspectiva la consideración de una moral como factor que motive
y regule la acción, en función de los consensos entre los diferentes.
Arteaga Basurto dijo que la ética social, los
valores que privilegia una sociedad, deben concretarse, lo cual sólo puede ser
a través de una legalidad que se ha estructurado, al garantizar una marcha
hacia el ideal que la define, al minimizar la coacción, maximizar el consenso y
aceptar el disenso que consagra el pluralismo.
En este sentido, si la política sólo se
limitara a la administración, en vez de procurar resolver los problemas del
presente y discutir el futuro, y los asuntos complejos fueran resueltos por los
técnicos sin debate alguno, mientras los ciudadanos se ocuparan de sus asuntos
privados, sin noción de responsabilidad, de pertenencia, si no se sintieran
ligados a una historia y a una cultura, la democracia tendería a desaparecer en
ese sentido, debido a la carencia del diálogo y a la inexistencia del control
sobre el poder, detalló.
A su vez, Daniel Cazés Menache, director del
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
(CEIICH), comentó que las partes que conforman este libro son una contribución
importante a la visión concreta o a las varias lecturas sobre asuntos en los
que la teoría del desarrollo humano es de la mayor trascendencia.
Recordó que la concepción de desarrollo humano
la creó un grupo de investigadores encabezados por un pensador paquistaní, que
dirigía el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Las transformaciones geopolíticas han roto con
la mayoría de los paradigmas prevalecientes, y en el ámbito de las teorías de
las ciencias sociales el grupo de las Naciones Unidas de esa época se dedicó a
romper una tendencia, resaltó.
Su planteamiento era que en el paradigma
clásico está en el centro todo aquello que tiene que ver con lo económico:
Producto Interno Bruto, ingreso per cápita, inversión, salarios y trabajo,
enfatizó.
De esta manera, al igual que en el libro
Necesidades sociales y desarrollo humano: un acercamiento metodológico, lo
primero que abarca el trabajo de aquel
grupo es la definición de las necesidades humanas, expresó.
Para 1994, reiteró, el PNUD había resuelto que
no era suficiente medir el desarrollo humano, que representa el avance máximo
que hay en cada país, en relación con una situación ideal en que se llenan tres
requisitos siempre en comparación con países avanzados.
Pero también descubrieron que el desarrollo
humano en cada sociedad no es igual para los hombres que para las mujeres, que
hay desigualdad de género, y para la conferencia de Beijín, en 1995,
establecieron una primera medición de un nuevo índice: ya existían los de
Desarrollo Humano, Pobreza, y en ese año crearon el ligado al género.
Necesidades sociales y desarrollo humano: un
acercamiento metodológico, coordinado por Carlos Arteaga Basurto y Silvia Solís
San Vicente, contiene 19 artículos agrupados en tres apartados: Necesidades
humanas y desarrollo humano; Pobreza, desarrollo regional y participación
social, y Estudios de caso para enfrentar la desigualdad social.
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FOTO 01
Carlos Arteaga,
titular de la ENTS de la UNAM, consideró fundamental que los egresados de
trabajo social transformen su pensamiento.
FOTO 02
Daniel Cazés,
director del CEIICH de la UNAM, dijo que las transformaciones geopolíticas han
roto con la mayoría de los paradigmas prevalecientes.
FOTO 03.
Daniel Cazés,
José Narro, Leticia Cano y Carlos Arteaga durante la presentación del libro Necesidades
sociales y desarrollo humano: un acercamiento metodológico, editado por la ENTS
de la UNAM y Plaza y Valdés.