6:00 hrs.  08 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-099

Ciudad Universitaria

 

 

Pies de fotos al final del boletín

 

VALORATIVA, LA RAZÓN DE LAS NIÑAS PARA  ABANDONAR SUS ESTUDIOS

 

·        Señaló Medardo Tapia Uribe, responsable de una investigación realizada en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM

·        Carlos Arteaga Basurto, director de la ENTS comentó que la investigación es un área importante para esa entidad

·        Ambos participaron en la inauguración de la Primera Semana de la Investigación en la Escuela Nacional de Trabajo Social

 

 

Más que económica, la razón por la que abandonan la escuela las niñas mexicanas en primaria y secundaria, es de índole valorativa, es decir, de apreciación de lo que les es útil, o lo que para ellas vale la pena, señaló Medardo Tapia Uribe, responsable de una investigación realizada en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.

 

Lo importante es que “la forma en que se asume la decisión de continuar estudiando –como responsabilidad propia o compartida entre las menores y sus papás, o sólo de sus padres– es lo que distingue y posibilita que las infantes contribuyan a lograrlo”, añadió durante su participación en la Primera Semana de la Investigación en la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS).

 

Durante la inauguración de este evento, a cargo de la profesora del Instituto Nacional de Antropología e Historia, María Elena Morales Anduaga, el director de la ENTS, Carlos Arteaga Basurto, comentó que la investigación es un área importante para esta entidad, la cual se debe ligar de forma inmediata con el posgrado para fortalecer los recursos humanos capacitados.

 

Nos interesa en esta Semana de la Investigación, afirmó, difundir entre la comunidad universitaria, particularmente entre los miembros de esta Escuela los proyectos y productos de investigación realizados en ella, para motivar a la población escolar y docente.

 

En su exposición, Medardo Tapia Uribe, quien dictó la conferencia Equidad y género en el aula de las escuelas primarias, confirmó que el problema de la deserción “se concentraba en entidades federativas con mayor población indígena y que las niñas abandonan la escuela fundamentalmente entre los 12 y 13 años de edad”.

 

El Censo de 2000, comentó, refiere que un 36 por ciento de las infantes entre 10 y 16 años de edad justificó su salida del colegio por voluntad propia o porque no le gustó estudiar, cifra superior al 30 por ciento que argumentó haberlo hecho por falta de dinero o para trabajar. Sólo el 4.2 respondió que tomó la decisión porque fue obligada. Asimismo, el análisis nacional indica que para ese mismo año había 87 mil 253 niñas más que varones en ese rango que no recibían instrucción.

 

En realidad, señaló Tapia Uribe, el trabajo revela que las respuestas de las entrevistadas son indicativas de una valoración personal de su situación, aspiraciones, condiciones de vida familiar y comunitarias. La forma de asumir la responsabilidad de seguir asistiendo a la escuela –añadió el investigador– es parte de su estrategia para enfrentar la pobreza que viven con sus familias, aunque no les garantiza que puedan continuar formándose.

 

Sin embargo, en ocasiones las niñas aceptan que no podrán continuar estudiando o que podrán hacerlo aunque signifique confrontar la opinión de su padre, agregó.

 

En el proceso de la defensa de sus aspiraciones, expresó, influye su desempeño académico. Cuando es insatisfactorio, en un entorno de pobreza y relaciones familiares difíciles, contribuye a que las niñas decidan con mayor facilidad dejar los libros.

 

Este estudio, efectuado de julio a diciembre del 2004 con financiamiento del Instituto Nacional de las Mujeres, desprende que también la manera como enfrentan la continuación de sus estudios –especialmente cuando se encuentran subordinadas a la autoridad de sus padres y sus condiciones económicas de pobreza– es crucial en la construcción de su juicio moral, autonomía y responsabilidad.

 

Las relaciones en el hogar, con sus amistades y maestros influyen de manera determinante, indicó en el Auditorio Sánchez Rosado de la Escuela Nacional de Trabajo Social.

 

Acerca de la metodología de la investigación, explicó que se hizo en cuatro de las entidades federativas con la mayor brecha entre infantes de 10 a 16 años que han abandonado los estudios: Chiapas, Oaxaca, Puebla y Yucatán. Consistió en una comparación de casos. Se seleccionaron ocho escuelas, cuatro en comunidades indígenas y cuatro urbanas de la capital en cada estado.

 

Se aplicó un cuestionario en cada una de las escuelas, a dos niñas de sexto grado, una de alto y otra de bajo desempeño académico, según la opinión de la maestra o maestro del grupo. Se hizo lo mismo con el mentor de sexto grado, así como a la mamá y al papá de cada una de las pequeñas.

 

Las entrevistas fueron hechas a 16 niñas, cuatro por estado y dos por cada colegio y comunidad; a 11 profesores, dos por cada entidad y uno por plantel, con excepción de Yucatán, donde fueron cinco maestros: tres mentores de escuela indígena y dos de urbana. Además, se hicieron 14 cuestionarios a madres de familia, un progenitor y un hermano de las estudiantes analizadas.

 

-oOo-

FOTO 1

 

Medardo Tapia Uribe, del CRIM de la UNAM, señaló que es de índole valorativa la razón por la que abandonan la escuela las niñas mexicanas en primaria y secundaria.

 

 

FOTO 2

 

Medardo Tapia Uribe y Carlos Arteaga Basurto durante la Primera Semana de la Investigación en la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.