15:30 hrs.  07 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-097

Ciudad Universitaria

 

Pies de fotos al final del boletín

 

IRRENUNCIABLE, LA AUTONOMÍA DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS

 

·        Coinciden expertos en que esta conquista es irrenunciable y está vigente

·        Sin la garantía de financiamiento adecuado, esta figura resulta sumamente restringida

·        Se inauguró el  Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas Mexicanas

 

En el México del siglo XXI la autonomía de las instituciones públicas de educación superior es viable, vigente y una conquista irrenunciable que debe fortalecerse, coincidieron especialistas reunidos en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas Mexicanas.

 

La UNAM, a través de los centros de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), encabezado por Daniel Cazés Menache, y de Estudios Sobre la Universidad (CESU), dirigido por Axel Didriksson, convocó a este debate con el propósito de que expertos de distintas instituciones reflexionen sobre el estado actual de la autonomía en las entidades educativas que la  poseen y también en aquellas que, sin tenerla, la ejercen en alguna medida.

 

En el marco de la inauguración y la primer mesa de diálogo, Daniel Cazés Menache propuso la creación de un organismo autónomo en el que sólo participen las instituciones, legisladores y eventualmente los ejecutivos federal y estatales para garantizar la autonomía financiera de las universidades públicas.

 

En la Torre II de Humanidades, expuso que  la autonomía de estas instituciones debe definirse en tres niveles fundamentales: la académica, financiera y de gobierno.

 

Sin embargo, aclaró que sólo deben considerarse  como entidades públicas de educación superior a aquellas que tengan espacio tanto para la investigación como para la enseñanza, así como  programas  de extensión, ya que los centros que proliferan, en su enorme mayoría,  no cumplen con los requisitos mínimos para que puedan considerarse en este ámbito.

 

Sugirió que las universidades y demás organismos públicos de este nivel sean definidos como de servicio e interés nacional, autónomos y descentralizados dentro de la estructura del Estado y con plena capacidad jurídica para las funciones sustantivas.

 

A su vez, Axel Didriksson indicó que para el CESU, dedicado a la problemática de la vida universitaria, histórica, presente, contemporánea y del futuro, es necesaria  la organización de este tipo de encuentros, con el propósito de hacer aportaciones sobre los cambios en las instituciones educativas del país.

 

En su oportunidad, el director de la Facultad de Medicina de la UNAM, José Narro Robles, señaló que sería prácticamente imposible imaginar la vida de la UNAM sin el grado de autonomía que hoy se tiene, por lo que dijo “es una conquista irrenunciable”.

 

“Hoy, cuando sabemos lo que representa, lo indispensable que resulta en la  vida académica, cultural, de investigación para la docencia, no tenerla supondría existir con una universidad mutilada”, sentenció.

 

Narro Robles opinó que en el eje académico esta capacidad ha sido puntual para fortalecer el desarrollo, mientras que ha habido avances destacables en la organización y manejo administrativo.

Coincidió que en el tema del  financiamiento existe aún gran distancia por recorrer, ya que se registran disparidades entre el que se otorga a las universidades públicas, así como en lo relativo a recursos adicionales.

 

Desde su punto de vista, el país vive un momento fundamental, por lo que quienes están comprometidos con la  educación superior, deben hacer aportes fundamentales para ésta, con el propósito de construir nuevas respuestas a las necesidades sociales.

 

Consideró que por ello es necesario revisar el cumplimiento que las entidades de educación superior dan a la sociedad mexicana para formar recursos e indagar cómo las instituciones contribuyen a la generación de conocimiento para resolver los grandes problemas del México contemporáneo.

 

Por su parte, el rector de la Universidad de Guadalajara, José Trinidad Padilla López, indicó que la autonomía de gobierno está vigente en la mayoría de las universidades públicas, aunque a partir de los años ochenta el incremento de los recursos financieros de éstas se ha visto frenado.

 

Por ello, consideró, el financiamiento ha servido para acotar  la autonomía y se ha convertido en un dique, por lo que propuso un nuevo diálogo con el Estado sobre la transformación de su relación con este sector educativo.

 

Advirtió que desde su surgimiento, el concepto de autonomía nació ideologizado, pero no debe equiparse con temas como el de soberanía.

 

En su oportunidad, Eduardo Ibarra, de la Universidad Autónoma Metropolitana,  indicó que este tipo de encuentros, al margen de lo que implica el contexto político y la sucesión presidencial, contribuye a ponderar el rumbo de la sociedad mexicana  en los próximos años

 

Advirtió que existe una especie de autismo entre los académicos que no se escuchan, por lo que deben abrirse espacios hacia la reflexión.

 

En su turno, Raúl Domínguez Martínez, investigador del CESU, aseveró que la autonomía, sin la garantía de un financiamiento adecuado, resulta sumamente restringida. Tanto en el pasado como en el presente, la ausencia de una garantía legal para el adecuado otorgamiento de recursos al quehacer universitario ha dejado abierta la posibilidad para una manipulación sobre criterios extra académicos.

 

Dijo que la previsión del artículo tercero constitucional resulta insuficiente cuando se refiere al compromiso del Estado de atender y promover “todos los tipos y modalidades educativos, necesarios para el desarrollo de la nación, que apoyará la investigación científica y tecnológica, etcétera, en la medida en la que no sanciona aportaciones fijas relativas”.

 

Por ello, destacó la necesidad de poner en práctica una política cuya meta sea inducir y estimular un programa permanente de expansión de la educación superior y de producción y consumo de ciencia y tecnología propias. “Sin una promoción adecuada y sostenida de estas actividades, el porvenir de la sociedad se encuentra comprometido con las peores circunstancias, con la posibilidad de permanecer en el subdesarrollo y la dependencia”.

 

Se han resentido de forma directa los efectos de la adopción acrítica y mecánica de patrones neoliberales, ya que la puesta en marcha del nuevo modelo de progreso desplazó a la red de instituciones públicas de su posición estratégica, lo cual se factibilizó y consumó sobre la base de un uso discrecional del financiamiento.

 

Por su parte, Oscar Vásquez del Mercado, secretario académico de la Facultad de Derecho, sostuvo que el reto que tienen las universidades es que la autonomía debe fortalecerse frente al Estado y ante los grupos que pretenden influir en las instituciones, lo cual será posible mediante el otorgamiento de recursos adicionales.

 

Además, esta garantía debe estar fuera de intereses mediáticos y de partidos políticos; así como permanecer ajena a campañas de proselitismo: las instituciones de educación superior no pueden ser usadas para efectos electorales.

 

Explicó que los conceptos de libertad, soberanía y autonomía pueden confundirse; sin embargo, no debemos pensar en una entidad autónoma que dependa de una colectividad que no sea soberana; es decir, no es posible entender una autonomía que no exista dentro de una soberanía.

 

Para Carlos Pallán Figueroa, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, el tema sigue revistiendo enorme actualidad y el contenido de la Ley Orgánica aún es importante. En el caso de México, asistimos a una circunstancia según la cual la institución autónoma en sus tres órdenes es una característica de América Latina y no de otras latitudes.

 

Por ello, añadió, la reforma al artículo tercero constitucional de 1980 aún conserva gran actualidad y sigue siendo un instrumento esencial para normar nuestros procesos de autonomía.

 

“Este concepto es una idea presente desde el primer proyecto que plantea la necesidad de una universidad nacional, en la segunda mitad del siglo XIX. Como tal, se expresa en tres diversos órdenes: académico, estructura organizativa y de gobierno interior, y financiero”, concluyó.

 

 

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FOTO 01

Raúl Domínguez, Óscar Vásquez, José Narro, Daniel Cazés, José Trinidad Padilla y Carlos Pallán en una disertación sobre la autonomía universitaria. Participaron en el Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas Mexicanas, en la UNAM.

 

FOTO 02

Luis Porter, Axel Didriksson, Daniel Cazés y Eduardo Ibarra durante la inauguración en la UNAM del Segundo Encuentro de Auto-estudio de las Universidades Públicas Mexicanas.