Boletín UNAM-DGCS-092
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NECESARIO, FORTALECER LOS ORGANISMOS PÚBLICOS DE INVESTIGACIÓN
Frente a los graves problemas y rezagos del sistema de ciencia y
tecnología del país es necesario establecer mayores incentivos para el personal
de los organismos públicos de investigación, así como condiciones estables y
reconocer su función en la consolidación de dicho sistema, reconoció en la UNAM
Claudia Díaz, profesora de la Universidad de Guadalajara (UdG).
La docente dictó la conferencia “Centros de investigación y desarrollo
tecnológico en México: espacios institucionales y estrategias organizacionales”
en el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la Universidad
Nacional, en donde aseguró que la estructura científica nacional está
desarticulada, carece de recursos y tiene baja productividad.
La coordinadora de Investigación del Instituto para la Innovación y la
Tecnología en la Pequeña y Mediana Empresa de la UdG, pidió ante ello, que las
medidas no sólo sean una expresión de buenos deseos, sino se establezcan
estímulos que puedan operar de manera adecuada en los diferentes centros.
La ciencia en el país sufre disminuciones sistemáticas al presupuesto,
hay poca participación del sector privado, falta una adecuada coordinación y
articulación de las políticas en el ramo, hay un constante cambio de actores y
los organismos tienen atribuciones restringidas de operación.
Sostuvo que las autoridades deben trabajar para generar una nueva
legislación, dar mayor autonomía a estas entidades y articular las directrices
respectivas, al igual que en los campos de actividades industriales,
económicas, educativas y comerciales.
Hay lineamientos directos e indirectos, explícitos y no explícitos, que
configuran este espacio y se vuelven una barrera en la operación cotidiana de
cada centro. El trabajo para desarrollar capacidades tecnológicas, junto con el
sector privado, requiere condiciones que “hasta hoy no se han propiciado”.
Asimismo, los gobiernos estatal y local deben identificar áreas
estratégicas para que los involucrados trabajen de la mano y no se subvencionen
recursos humanos altamente preparados para las transnacionales, a bajo costo,
lo cual, advirtió, “no tiene impacto en la formación de sistemas regionales de
innovación locales ni nacionales”.
Las cámaras industriales, por su parte, deben impulsar entidades de
enlace, elemento que en México aún no se observa. Hay organizaciones con ese
papel pero no de forma sistemática.
Calificó como fundamental que directivos y mandos medios mantengan una
baja rotación de cuadros, profesionalicen al tecnólogo y generen, internamente,
incentivos necesarios, acordes con la estrategia para su operación. Aseveró que
su situación se debe, en gran medida, al sistema del cual son parte. Por ello,
estos elementos deben considerarse al hacer una evaluación de su desempeño.
Desde la creación de los centros de investigación y desarrollo (muchos al
inicio de los años 70) hubo cambios de adscripción importantes. Primero
pertenecían a la Secretaría de Programación y Presupuesto, luego a la de
Educación Pública, y hace dos años querían de nuevo separarlos. Pero sus
gestiones ante la Cámara de Diputados y otras instancias les permitieron
mantenerse como red.
Pero ello ha sido costoso en su desempeño actual y perfil. Sin contar
la restricción de recursos y las amenazas de disminución en el presupuesto y de
su cierre definitivo. Esto crea condiciones organizacionales particulares que
dificultan su funcionamiento.
La investigadora indicó que en la sociedad actual las organizaciones se
mimetizan a escala internacional, es decir, se empiezan a parecer unas a otras,
las públicas a las privadas. Por ejemplo, parece ser que las primeras quieren
ser como sus contrapartes y comienzan a adoptar su lenguaje, forma de operar y
visión.
Consideró que la forma como son calificados los centros, tanto por el
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología como por las secretarías de Hacienda y
Crédito Público y de la Función Pública, “no considera sus limitantes”.
En ese sentido, deben “cambiar los sistemas de evaluación sobre el
desempeño, pues la tendencia es a no seguirlos manteniendo, a pesar de haber
demostrado que su utilidad y funcionamiento son centrales en la consolidación
de un sistema de ciencia y tecnología en muchos países”, indicó.
Se requieren “instrumentos acordes con lo que se desea; tener una idea
clara de a dónde se quiere ir en cada una de las dependencias y en el propio
sistema, porque no se puede justipreciar de la misma manera a centros
tecnológicos que a los que realizan investigación básica”, concluyó.
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La
especialista Claudia Díaz reconoció en la UNAM que es necesario establecer
mayores incentivos para el personal de los organismos públicos de investigación,
si se busca consolidar el sistema de ciencia y tecnología.
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La
profesora Claudia Díaz dictó la conferencia “Centros de investigación y desarrollo
tecnológico en México: espacios institucionales y estrategias organizacionales”,
en el CCADET de la UNAM.