11:30 hrs.  03 de Febrero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-088

Ciudad Universitaria

 

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LEJANO, EL RESTABLECIMIENTO DE ÓRGANOS CON CÉLULAS TRONCALES

 

·        Gabriel Gutiérrez Ospina, del IIBm de la UNAM, explicó que se ha propuesto reutilizarlas para colonizar los órganos sujetos a lesiones o con desarrollo de patologías

·        Si los mecanismos de fusión celular estudiados hasta el momento restauran el daño orgánico, abundó el universitario, sería un logro espectacular

 

Restaurar tejidos dañados y restablecer por completo la arquitectura y función de órganos como el cerebro mediante el uso de células troncales, aún es lejano, aseguró Gabriel Gutiérrez Ospina, integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.

 

Explicó que este tipo de población celular se encarga de generar unidades diferenciadas reemplazantes de las perdidas como resultado del recambio natural o por accidente. Por ello se ha propuesto reutilizarlas para colonizar los órganos sujetos a lesiones o con desarrollo de patologías, añadió.

 

Incluso se ha planteado la posibilidad de sacarlas de su nicho normal de actividad, y emplearlas para restaurar componentes orgánicos con los que no guarda relación desde el punto de vista funcional y anatómico, dijo.

 

Sin embargo, se deben tomar con precaución las investigaciones sobre la recuperación de pacientes luego de recibir una inyección, vía el torrente sanguíneo, de células troncales extraídas del cuerpo humano.

 

Debido a que una serie de artículos indica que este tipo de estructuras da lugar a poblaciones celulares específicas (por ejemplo, las de médula ósea formarían sanguíneas, como eritrocitos, monocitos o linfocitos), el científico adjudicó su beneficio a multitud de factores.

 

“Aunque no existen trabajos concluyentes, da la impresión de que esas células troncales pudieran ser capaces de originar otras de estirpe neural, hepática, de musculatura estriada e, incluso, cardiovascular", enfatizó.

 

Tal hecho sería interesante porque rompería con el dogma de que dichas unidades en un tejido especializado sólo producen otras de su mismo grupo. Las de médula ósea, puestas en el cerebro, darían origen a neuronas, por ejemplo.

 

En otros experimentos, células con la procedencia anterior –marcadas con una proteína fluorescente verde– fueron inyectadas a ratones para establecer su distribución. "Como se esperaría, se ven claramente células verdes en la sangre, pero también en hígado, músculo estriado y cerebro, en particular en el cerebelo", precisó.

 

Estudios subsecuentes, abundó Gutiérrez Ospina, señalaron sin embargo que las unidades arribadas, por ejemplo, al cerebro y aparentemente transformadas en neuronas, en realidad se fusionaron con las locales y formaron un híbrido que conserva las características histológicas del órgano en donde se mantienen, pero incorporan la información genética de la célula fusionada.

 

En otras indagatorias no está claro si las troncales de la médula ósea sustituyeron a las perdidas, diferenciándose en conjuntos de linaje neural, o si se fusionan con células residentes resistentes a un daño.

 

El científico aclaró que tampoco se sabe, en el caso de unión, qué pasa con los datos incorporados. Una posibilidad es “mezclar” la expresión de los genomas y ambos estén activos; y la célula receptora pueda funcionar de manera renovada.

 

Si tales mecanismos de unión restauran la afectación, abundó el universitario, sería espectacular. Pero también existe la posibilidad de que las troncales infundidas produzcan factores de crecimiento.

 

Las unidades no llegarían a restaurar y reemplazar los faltantes, sino a liberar factores favorables a la regeneración, sumados a otros, producidos por células neurales e inmunológicas.

 

Otra pregunta sería cómo hacen para estar justo donde hacen falta y transformarse en el tipo requerido. Se requieren estudios histológicos de los cerebros de los pacientes y animales replicando las condiciones humanas para hacer una caracterización morfológica, bioquímica y molecular de lo que sucede.

 

Como sea, agregó, es de llamar la atención que el simple hecho de infundir células troncales en el torrente sanguíneo pudiera llevar a la recuperación. "Las implicaciones son miles desde el punto de vista terapéutico y miles más para la investigación básica", concluyó.

 

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Aún es lejano restaurar tejidos dañados y restablecer por completo la arquitectura y función de órganos mediante el uso de células troncales, aseguró Gabriel Gutiérrez Ospina, integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.

 

 

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Gabriel Gutiérrez Ospina, del IIBm de la UNAM, explicó que se ha propuesto reutilizar las células troncales para colonizar los órganos sujetos a lesiones o con desarrollo de patologías, añadió.