Boletín UNAM-DGCS-067
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al
final del boletín
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Gracias a esos
dos estratos existe vida en la Tierra, señaló la académica del la FC de la UNAM
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Si no hubiera
en nuestro mundo vapor de agua y dióxido de carbono la temperatura sería en
promedio de menos 33 grados centígrados, explicó
· En el planeta rojo tampoco hay vulcanismo ni tectónica de placas, indicó
La superficie marciana,
comparada con la terrestre, es poco densa, fría y seca, pues carece de
atmósfera y campo magnético, dos de las capas protectoras que tiene nuestro
planeta para evitar el impacto de la actividad solar y de los rayos cósmicos,
afirmó Blanca Mendoza, profesora de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.
Al dictar la conferencia La
atmósfera y el clima marcianos, efectuada en el anfiteatro “Alfredo Barrera”
del Conjunto “Amoxcalli” de esa entidad, la académica comentó que gracias a
esos dos estratos existe vida en la Tierra, porque sin ellas las partículas
energéticas de las fulguraciones cósmicas llegarían a toda latitud.
En realidad, mencionó, si no hubiera en nuestro mundo
vapor de agua y dióxido de carbono la temperatura sería en promedio de menos 33
grados centígrados. En el planeta rojo esta magnitud, con y sin gases, es baja,
debido a que la suma de ellos es poco densa.
La textura de la atmósfera
marciana tiende a ser plana por la ausencia de varios compuestos presentes en
la Tierra, refirió. Durante el ciclo primavera–verano, el dióxido de carbono
contenido en las capas se evapora y consigue cambiar una quinta parte de la
masa gaseosa. Aunque en nuestro mundo también existe esta variación, ésta es de
apenas dos por ciento, precisó.
Lo mismo sucede con la presión
atmosférica, la cual puede cambiar 20 por ciento. Si eso sucediera en México,
muchas personas, incluso los jóvenes, sufrirían de infartos cerebrales o
cardiacos, destacó.
En el planeta rojo tampoco
existe vulcanismo ni tectónica de placas. Los estudios geológicos superficiales
indican que éste nunca generó la energía interior suficiente como para provocar
estos movimientos telúricos, puntualizó.
No obstante, se supone que el dióxido de carbono existente se generó
durante la historia primitiva del planeta, donde sí hubo esta actividad y
presencia de meteoritos de impacto.
En cambio, subrayó, en nuestro
planeta ambos factores son las principales fuentes generadoras de dicho
compuesto. “Todo esto quiere decir que en estos momentos Marte ya no funciona
con estos movimientos”.
Por otra parte, mencionó que en su extensión el momento
más propicio para que se generen vientos es la primavera–verano del hemisferio
sur, porque es cuando se presentan los gradientes de temperatura más altos.
Entonces, abundó, empieza a
generar rachas de hasta 150 kilómetros por hora, comparables a los generados
por los huracanes terrestres. “Estos vientos levantan el polvo, el cual, al
quedarse en la atmósfera empieza a absorber calor, lo cual provoca todavía
mayor temperatura y tormentas polvosas. De ahí que su cielo siempre tenga una
apariencia rosada o roja”.
Para otoño–invierno esta
situación se calma y presenta un aspecto menos contaminado, lo cual no quiere
decir que éste desaparezca por completo, precisó.
Al referirse al ciclo del
agua, la catedrática indicó que lo único observable como reservorio hídrico en
Marte es el hemisferio norte, el cual cuenta con un casquete de mil kilómetros
de diámetro y, al parecer, de varios kilómetros de espesor.
Asimismo, en su atmósfera se
encuentra prácticamente todo el líquido condensado que puede contener el
planeta; de ahí la presencia de nubes, concluyó.
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FOTO 01
Blanca Mendoza,
profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, afirmó que la superficie
marciana carece de atmósfera y campo magnético, que en la Tierra ha
posibilitado la vida.
FOTO 02
La textura de la atmósfera marciana tiende a ser plana por la ausencia de varios compuestos presentes en la Tierra; tampoco existe vulcanismo ni tectónica de placas, refirió Blanca Mendoza, profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM.