Boletín UNAM-DGCS-059
Ciudad Universitaria
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final del boletín
A MAYOR DEMOCRACIA, MENOR CORRUPCIÓN: MARK WARREN
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El catedrático de la University of British Columbia,
dijo que una mayor participación de la población permite un control más férreo
sobre los funcionarios públicos
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Dictó la conferencia “La democracia contra la
corrupción”, en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM
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Las áreas más afectadas por este ilícito son los
contratos gubernamentales, el financiamiento de las campañas políticas, o su
influencia en regulaciones legislativas
Mientras haya más
espacios de deliberación y presencia pública en una democracia, y sea más
participativa la toma de decisiones y la administración pública, mayores serán
las posibilidades de reducir los índices de corrupción, reconoció en la UNAM
Mark E. Warren, catedrático de la University of British Columbia en Vancouver,
Canadá.
Al dictar la
conferencia “La democracia contra la corrupción”, organizada por el Instituto
de Investigaciones Sociales (IIS), explicó que en una sociedad democrática la
mayor intervención de la población permite un control más férreo sobre las
tareas de los funcionarios públicos, y con ello evitar actos de deshonestidad.
Además, la
existencia de grupos preocupados por el funcionamiento de la administración
pública ayuda a mejorar la transparencia, pero estas agrupaciones no
necesariamente tienen que estar actuando en contra de la corrupción, sino que
sólo basta que intervengan en el ámbito común para el cumplimiento adecuado de
las responsabilidades de los servidores del Estado.
Explicó que en una
democracia las áreas más afectadas por los ilícitos, y en las que todos los
gobiernos tienen problemas, son los contratos gubernamentales, el
financiamiento de las campañas políticas y la influencia de éstas con
regulaciones legislativas.
Este régimen puede
ser usado para luchar contra la corrupción. “Un consenso está emergiendo: no
son suficientes las políticas actuales para controlarla; es esencial que los
ciudadanos participen en los esfuerzos en su contra”, refirió.
Sin embargo,
abundó, los especialistas proponen que se deben incluir los mecanismos de las
instituciones clásicas de las democracias constitucionales, incluyendo la
separación de poderes, la independencia judicial, las elecciones libres e
imparciales y los medios de comunicación independientes.
“Si se observan las
encuestas nacionales, encontraremos una estrecha correlación: a más democracia
menos corrupción. De los 25 países más honestos que aparecen en el Índice de la
percepción de Corrupción 2004, publicado por Transparencia Internacional, 24
son democracias, con la sola excepción de Hong Kong”, reveló.
Afirmó que dos
áreas de la actividad participativa, la esfera de la deliberación pública y la
sociedad civil son, por supuesto, sólo dos de sus dominios. Además, hay una
liga fundamental compleja y dialéctica.
La corrupción es
uno de los caminos clave que evidencia que los recursos políticos de la
violencia y la coerción han sido “domesticados”, y reaparecen subterráneamente
como cohecho.
Indicó que se puede
comenzar a desenmarañar esa complejidad si se entiende la deshonestidad
política como una de las formas de desempoderamiento democrático. “Así,
podremos identificar una agenda de reforma que refuerce los poderes que la
conforman”.
El especialista
canadiense comentó que hay diferentes mecanismo que se refuerzan unos a otros y
que van transformándose e incrementándose, como la posibilidad de adquirir
información, el trabajo periodístico, así como el de los grupos de la sociedad
civil y de los ciudadanos.
Ello incluye leyes
de libertad de la información y de transparencia que obligan a los gobiernos a
conducir sus asuntos abiertamente; además de abogados de la ciudadanía como los
ombudsman, inspectores y fuertes sistemas de auditoría.
Concluyó que estos
métodos funcionan bien cuando se cuenta con un sistema político competitivo, y
los promotores de dichos mecanismos tienen incentivos importantes para
recomendarlos.
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Las posibilidades de reducir la
corrupción se darán en tanto haya más espacios de deliberación y presencia
pública en una democracia, aseguró Mark E. Warren, de la University of British
Columbia.
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En el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Mark E. Warren, de la University of British Columbia, Canadá, dictó la conferencia “La democracia contra la corrupción”.