Boletín UNAM-DGCS-055
Ciudad Universitaria
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OBTIENEN
UNIVERSITARIOS PREMIO CANIFARMA 2004 EN SUS DIFERENTES CATEGORÍAS
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Ellos son
Edda Sciutto Conde, Jesús Adolfo García Sáinz y Juan José Mandoki Weitzner, de
los institutos de Investigaciones Biomédicas y de Fisiología Celular, así como
de la Facultad de Medicina, respectivamente
·
En las
categorías correspondientes a Investigación Tecnológica, Investigación Básica y
Mención Especial
Edda Sciutto desarrolló, junto con su equipo de
colaboradores, un nuevo inmunopotenciador sintético de la vacuna de influenza,
con lo cual, ésta última podría mejorar su desempeño, sobre todo entre la
población más vulnerable: los ancianos.
La especialista puntualizó que la influenza es una
enfermedad viral altamente contagiosa y distribuida mundialmente. La
morbi-mortalidad que provoca ocurre, sobre todo, en individuos de más de 60
años, quienes conforman, junto con los niños, la población de alto riesgo.
Refirió que existen varias versiones de la vacuna, pero
la más utilizada está basada en componentes del virus inactivado. “Es un
extracto semipurificado de componentes virales que resulta ser eficiente en
individuos jóvenes, quienes tienen su sistema inmune funcionando, en buenas
condiciones”.
Sin embargo, cuando el sujeto envejece, también lo hace
su capacidad inmunológica, lo que implica una reducción en la eficiencia de
vacunación. Ante tal panorama, existe
un interés mundial para impulsar estrategias con el fin de mejorar el compuesto
existente, afirmó Edda Sciutto. Tal es el caso de su grupo de trabajo en la
UNAM.
Su equipo ya había desarrollado una vacuna contra la
cisticercosis porcina por Taenia sollium. La primera versión de la misma está
basada en tres péptidos sintéticos, uno de los cuales, el primero que se
comenzó a caracterizar, inducía una respuesta inflamatoria exacerbada.
“Pensamos que la potenciación de la inflamación producida
por ese péptido inmunoinflamatorio podía optimizar la respuesta inmune que se
induce con la vacuna de influenza y hacerla más efectiva”, añadió.
Los universitarios montaron un modelo experimental de
influenza en el ratón. Hasta ahora encontraron que el péptido es capaz de
aumentar la cantidad de anticuerpos específicos que se obtienen en contra de la
enfermedad, especialmente entre esos animales envejecidos.
Por el momento, explicó la científica, “estamos tratando
de entender a través de qué mecanismos inmunológicos ocurren los fenómenos
inducidos con este péptido, que coadministrado con la vacuna de influenza
resultaron en una mejor evolución de los roedores cuando se infectaron del
virus generando una mayor cantidad de anticuerpos específicos. Actualmente
estamos consolidando las evidencias a fin de considerar su utilidad en
humanos”.
En tanto, Juan José Mandoki Weitzner, de la FM, planteó
la existencia de una forma diferente del funcionamiento de los organismos
mediante el papel que desempeñan las hormonas y las diferentes señales con las
que ellas interactúan.
El experto, a cargo del
Laboratorio de Farmacología Celular y Molecular del Departamento de
Farmacología, en su trabajo Hormone multifunctionalities: a theory of endocrine
signaling, command and control, muestra también una rica interacción hormonal,
no prevista, que podría tener implicaciones prácticas fundamentales ya que
plantea estrategias para el desarrollo de mejores terapias o más selectivas.
El grupo del doctor Mandoki Weitzner ha trabajado, sobre
todo, con hormonas sexuales femeninas, “porque estamos convencidos que dan
origen a otras de gran interés, como por ejemplo, una inmunoestimulante que
podría ser importante para el tratamiento de enfermedades infecciosas, el Sida,
y posiblemente el cáncer”.
Hasta ahora, y desde hace 80
años, se había creído que a cada hormona le corresponde una sola función. De
hecho, hace más de 40 años, cuando inició sus investigaciones en esta área, se
basó en esa idea.
Empero, con el paso del tiempo
y del trabajo “llegué a la conclusión de que los hechos no apoyaban esta teoría
y la abandoné. Entonces planteé la contraria e investigué las bases que podían
sustentarla: en eso consiste el trabajo”, expuso.
En él no sólo se discuten los
mecanismos que pueden crear efectos terapéuticos o adversos de los tratamientos
hormonales, sino que se describen estrategias para identificar en cada caso los
mecanismos correspondientes para desarrollarlas de modo más selectivo para
evitar resultados indeseables.
Expresó que es una gran satisfacción haber obtenido una
mención especial del Premio Canifarma por la investigación realizada durante
décadas y, en especial, porque no se había considerado la posibilidad de
reconocer trabajos teóricos, que en general en ciencias biológicas y médicas
son escasos.
A ellos se suma Jesús Adolfo García Sáinz, director del
Instituto de Fisiología Celular, quien recibirá el Premio en la categoría de
Investigación Básica por su trabajo “Fosforilación y desensibilización del
receptor LPA1 para ácido lisofosfatídico”, el cual realizó en colaboración con Selma
Eréndira Avendaño Vázquez.
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