06:00 hrs.  22 de Enero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-051

Ciudad Universitaria

 

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INDISPENSABLE, DIAGNOSTICAR A TRABAJADORES EXPUESTOS A CANCERÍGENOS

 

·        Señaló en la UNAM Horacio Astudillo, investigador del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI

·        La cuestión es cada cuándo hacerlo, comentó en la Facultad de Medicina

·        “No tenemos tanta experiencia para anticiparnos tempranamente a la aparición de una neoplasia”, reconoció

 

Los trabajadores expuestos a carcinógenos demostrados deberían ser sometidos a un programa de detección continua, aseguró en la UNAM Horacio Astudillo de la Vega, investigador del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI.

 

Al dictar la conferencia Cáncer y trabajo en el auditorio Fernando Ocaranza de la Facultad de Medicina de esta casa de estudios, indicó que se busca conocer cada cuándo hacer pruebas al respecto, “pues no tenemos tanta experiencia para anticiparnos a la aparición de una neoplasia; sólo en aquellos casos que el daño genético es heredado”.

 

El responsable del Laboratorio de Oncología Molecular agregó que uno de los agentes causantes de ese mal en el trabajo es la exposición al asbesto, estudiado por su agresividad. Quienes laboran con ese mineral tienen siete veces más posibilidades de desarrollar cáncer. Por ello, hay gobiernos que han prohibido en los últimos años su empleo para elaborar productos comerciales e industriales.

 

 

Los afectados, indicó Astudillo de la Vega, sufren la modalidad de mesotelioma maligno, resistente a quimioterapia. Se sabe que si además fuman aumentan las probabilidades de 50 a 90 veces, pues el cigarro tiene cuando menos 40 carcinógenos poderosos.

 

En México su incidencia –incrementada con la edad, siendo mayor a partir de los 60 años– creció en las últimas tres décadas, y se espera una elevación hasta el 2020 con una proyección de alrededor de mil 300 nuevos casos anuales.

 

Otros agentes causantes en actividades fabriles son: arsénico, en mineros y operarios de pesticidas, a quienes daña pulmón, piel o hígado; benceno, asociado en las industrias del petróleo, caucho y química provocando leucemia, y el polvo del cuero en la fabricación de zapatos, que induce cáncer nasal y de vejiga, entre otros.

 

Astudillo de la Vega resaltó que no existe aún un modelo que pueda explicar el fenómeno oncogénico, lo que queda claro es el daño genético como principal causa, y el ADN se puede deteriorar por los siguientes factores: afectación química, radiación, integración del ADN vírico al genoma del hospedero y anomalías hereditarias.

 

En realidad, agregó, no es monocausal, “no sólo uno de esos elementos induce cáncer, sino la asociación de más de dos de ellos es la promotora de carcinogénesis”. Se acepta ya que para algunos tipos de neoplasias se requieren de menos tres a cuatro agentes, daños genéticos o mutaciones; permiten que un epitelio normal llegue a ser tumoral con un potencial metastásico”.

 

El sistema de reparación del ADN es tan eficiente que puede corregir o salvar hasta cien mil efectos genéticos por día; incluso, si el arreglo no es posible se da muerte celular. Por tanto, “a cuánto se debe estar expuesto para que en el periodo ocupacional desarrolle neoplasia”.

 

Por último, resaltó además que se han identificado diversos genes cancerígenos: oncogenes (promotores del cáncer) y anti-oncogenes (genes supresores del tumor); el ejemplo clásico de estos últimos es el p53, también llamado “el guardián del genoma”, pues protege y regula el ciclo celular, concluyó.

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El especialista en oncología Horacio Astudillo de la Vega dijo en la UNAM que los trabajadores expuestos a carcinógenos demostrados deberían ser sometidos a un programa de detección continua.

 

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No existe aún un modelo que pueda explicar el fenómeno oncogénico, lo que queda claro es el daño genético como principal causa, reveló en la UNAM el especialista Horacio Astudillo de la Vega.