16:00 hrs.  20 de Enero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-048

Ciudad Universitaria

 

Blanca Mendoza

Jaime Urrutia

Pies de foto al final del boletín

 

NO AFECTARON LA SALUD HUMANA LAS TORMENTAS GEOMAGNÉTICAS

 

 

Científicos del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM aseguraron que la moderada actividad solar registrada en los últimos diez días, que provocó tormentas geomagnéticas, tuvo pocas repercusiones en el planeta. En consecuencia, sólo se reportaron ligeros daños a un satélite científico, no propiciaron afectaciones en la salud humana y, en materia climática, si es que tiene algunos efectos, éstos se podrán conocer hasta dentro de cinco años.

 

Señalaron que en los siguientes días el Sol seguirá activo hasta que la mancha aparecida en la región denominada 0720 –inusual por su tamaño– desaparezca del disco solar, por estar oculta en el lado oscuro debido a la rotación del astro. Su tiempo de vida es de unas semanas.

 

Los especialistas resaltaron la importancia de las investigaciones de esa entidad universitaria, al subrayar que además del desarrollo de la ciencia básica, necesaria en cualquier país del mundo, la generación de conocimientos tiene aplicaciones en el quehacer cotidiano, como por ejemplo en la aviación y la energía eléctrica, entre muchos otros.

 

En conferencia de prensa, el director del IGf, Jaime Urrutia Fucugauchi, y los investigadores José Francisco Valdés Galicia, responsable del Observatorio de Rayos Cósmicos; Xóchitl Blanco, especialista en Física Espacial; Blanca Mendoza, coordinadora del Posgrado en Ciencias de la Tierra, y Esteban Hernández, encargado del Observatorio Magnético de Teoloyucan, hablaron sobre los efectos ocasionados en México por las tormentas geomagnéticas registradas desde hace tres días.

 

Explicaron que se presentó una intensa actividad solar generada por la aparición en el disco solar de una enorme mancha en la región  0720, sobre la superficie del astro, cuyo tamaño por lo general es de 50 mil kilómetros.

 

Ésta comenzó a desarrollarse el pasado 10 de enero y cinco días después provocó varias explosiones importantes, conocidas como fulguraciones.

 

Producto de estas reacciones se lanzaron al espacio interplanetario rayos X, emisiones ultravioleta, partículas energéticas y una enorme burbuja de gas incandescente. Las dos últimas fueron observadas en la Tierra el mismo día 15 de enero por satélites y en observatorios  terrestres.

 

Aparecieron auroras boreales en las regiones cercanas a los polos, en países escandinavos y sólo en una parte de China y Mongolia.

 

Los investigadores detallaron que la burbuja incandescente, llamada Eyección de Masa Coronal, llegó a nuestro mundo el 17 de enero y ocasionó una tormenta geomagnética.

 

Ésta, desglosaron, es un decrecimiento brusco en la intensidad del campo de nuestro planeta que se produce por el choque de la burbuja con la frontera de este contorno, el cual por lo regular está a una distancia diez veces mayor al radio de la Tierra.

 

En forma adicional, agregaron, se detectó un descenso brusco en la intensidad de las radiaciones cósmicas, es decir, de las partículas cargadas y energéticas que llegan a nuestro mundo desde todo el Universo.

 

Luego, indicaron que el mismo día 17 de enero el Sol se volvió a activar, lanzó más emisiones de partículas y otra eyección de masa coronal, lo que ocasionó que el día 19 –ayer– hubiera otra tormenta geomagnética y un nuevo decaimiento en la intensidad de la radiación cósmica.

 

También ayer, informaron, surgió otra explosión en la misma región del Sol, acompañada de otra eyección de masa, pero ahora no se dirige hacia nosotros. Se espera que la mancha desaparezca en dos días.

 

El Sol, señalaron, tiene ciclos de actividad de once años y el actual está en descenso, volverá a presentar intensidad hasta dentro de seis o siete.

 

El de ahora, precisaron, es el ciclo solar número 23; en los últimos años se han registrados entre diez y 15 tormentas geomagnéticas anuales, pero se tiene el reporte que éstas disminuyen cuando hay mayor actividad del astro.

 

Los especialistas comentaron que las fulguraciones pueden propiciar problemas en las telecomunicaciones, pero en esta ocasión no ocurrió así, porque la acción solar fue moderada.

 

Dijeron que el comportamiento solar es capaz de penetrar y afectar el clima terrestre y modular la temperatura global. Sin embargo, las consecuencias, si es que las hubo,  se podrán conocer en una lapso entre cinco y diez años.

 

 

-oOo-

FOTO 1

Científicos del Instituto de Geofísica de la UNAM, calificaron de moderada la actividad solar de los últimos días, la cual provocó tormentas geomagnéticas que no causaron daños al planeta Tierra.

 

FOTO 2

Las tormentas geomagnéticas registradas en los últimos diez días fueron provocadas por la actividad solar que para nuestro planeta fue moderada, señalaron científicos del Instituto de Geofísica de la UNAM. En la gráfica, imágenes del proceso.

 

FOTO 3

A consecuencia de la actividad solar de los últimos días aparecieron auroras boreales en las regiones cercanas a los polos y los países escandinavos, informaron investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM.