16:00 hrs.  7 de Enero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-015

Ciudad Universitaria 

Carlos Valdés

Osvaldo Sánchez

Pies de fotos al final del boletín

 

LLAMADO DE ATENCIÓN PARA MÉXICO, LO SUCEDIDO CON EL TSUNAMI EN EL SURESTE ASIÁTICO

 

·        Osvaldo Sánchez, jefe del Servicio Mareográfico Nacional, dijo que si bien éste no ocasionó daños en el territorio nacional, sí se sintió en Manzanillo y Cabo San Lucas

·        En tanto Jaime Urrutia, director del instituto de Geofísica, destacó la necesidad de la participación de los diferentes sectores de la sociedad para hacer frente a los fenómenos naturales

·        Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico Nacional, dijo que para el país es más importante invertir y mejorar los sistemas existentes para mitigar el riesgo por movimientos telúricos que por tsunamis

 

México debe tomar como un llamado de alerta la devastación ocasionada por el tsunami registrado en el sureste asiático, para iniciar acciones de prevención y educación de cómo actuar ante este tipo de eventos, señalaron Jaime Urrutia, Carlos Valdés  y Osvaldo Sánchez, especialistas en Ciencias de la Tierra del Instituto de Geofísica de la UNAM.

 

Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico Nacional, a cargo de esta casa de estudios, dijo que si el fenómeno marítimo generado por el sismo se hubiera presentado en Filipinas, a la misma hora (20:30 del 25 de diciembre tiempo de México), las olas hubieran llegado a las costas de nuestro país, diez horas después, aún con fuerza suficiente para causar daños importantes.

 

El día 26 por la mañana, explicó, hubiera afectado la zona turística del Océano Pacífico, que en esas fechas suelen estar saturadas de paseantes. Por eso dijo, este hecho lamentable nos debe  “abrir los ojos”.

 

En este sentido, resaltó la necesidad de realizar acciones preventivas y de educación de la población con el propósito de que sepa cómo actuar ante estas contingencias y, así,  disminuir al mínimo los daños.

 

Por su parte, el jefe del Servicio Mareográfico Nacional (SMN), también bajo el resguardo de la UNAM, Osvaldo Sánchez, comentó que si bien el tsunami no ocasionó ningún daño en nuestro país, las zonas donde más se sintió fueron Manzanillo y Cabo San Lucas. En la primera, la amplitud de la marea fue de un metro, y en el segundo caso de 15 o 20 centímetros.

 

Señaló que el SMN no está diseñado para monitorear maremotos, sino que es un sistema general para estudiar las costas y las variaciones del nivel del mar en territorio mexicano.

 

Aunque aclaró que la información que genera se puede utilizar en el caso de los tsunamis, si se enfoca, en una primera fase, a las zonas con mayor posibilidad de padecerlos, como Jalisco, Michoacán y Colima. No obstante, deberían contemplarse todos los litorales: Océano Pacífico, Golfo de México y Mar Caribe.

 

Comentó que para hablar de un servicio nacional de prevención de tsunamis se tendría que involucrar a todas las instituciones que se dedican a medir el nivel del mar y al propio gobierno. Eso implicaría un proyecto más amplio.

 

En ese sentido, Jaime Urrutia Fucugauchi, director del Instituto de Geofísica, explicó que para contemplar una red que analizara la ocurrencia de este fenómeno en nuestro territorio sería indispensable una gran cantidad de estudios, trabajo que se hace pero sólo para las costas de Colima, Jalisco y Michoacán, por ser las zonas que han sido afectadas por fenómenos de este tipo.

 

Al respecto, los tres especialistas consideraron de mayor importancia mejorar e incrementar el equipo y trabajos que se realizan en la red sismológica nacional, porque la frecuencia con la que se registran sismos es mayor.

 

Urrutia Fucugauchi refirió que para enfrentar de manera adecuada los tsunamis y los temblores de tierra se requiere la participación de los diferentes sectores sociales. El gobierno tiene una responsabilidad en cuanto al diseño de las políticas y los sistemas de protección civil; las universidades en aportar los conocimientos, estudios y la información básica; y la población en tener una mayor prevención ante la posibilidad de estas contingencias y de los riesgos que estas implican.

 

Realmente el tratar de mitigar los desastres y evaluar los peligros en eventos naturales es un proceso complejo que requiere educar a las autoridades, sistemas de protección civil y población; así como tener una mejor capacidad científica en los grupos de trabajo, en los centros de investigación y universidades, y en el diseño de políticas y de alguna manera que exista comunicación e interacción eficiente entre todos. Es la única forma de atenuar las vicisitudes.

 

Comentó que en el caso del sismo ocurrido en el sureste asiático la falla en el sistema de comunicaciones ocasionó daños masivos, dado que 15 minutos después del temblor ya se tenía la información de se estaba generando un tsunami que afectaría toda la zona.

 

Carlos Valdés indicó que por los daños que se presentaron en esa región, el tsunami se produjo por un sismo de magnitud 9, asociado a una ruptura de cerca de mil kilómetros de longitud, mientras que el que sucedió en México en 1985, la longitud fue de 160 kilómetros.

 

Es decir, abundó, para tener un maremoto con las características del de Indonesia se tendría que generar un gran movimiento, y por lo general en nuestro país se han observado, a lo largo de la historia, temblores de magnitudes entre 7.5 y 8.2 grados. 

 

Agregó que en el territorio sí se han generado tsunamis que han afectado mínima, al comparar los daños con los ocasionados por los sismos. Es decir, el pasado muestra que hay más afectación por esta causa que por la generación de maremotos. Por ello, quizá sería importante invertir y mejorar los sistemas existentes para mitigar el riesgo por actividades telúricas que por tsunamis, aunque tampoco se debe desatender.

 

Concluyó que la UNAM observa y estudia los fenómenos geológicos que ocurren en el país con la participación de los especialistas del Instituto de Ciencias de la Tierra, con el propósito de ayudar a la población a prevenir los riesgos y evitar daños.

 

        o0o –

 

 

 

 Foto 1

En conferencia de prensa, Jaime Urrutia, Carlos Valdés y Osvaldo Sánchez, especialistas de la UNAM, hablaron sobre la posibilidad de contar con una red detectora de tsunamis en nuestro país.

 

Foto 2

En la gráfica aparecen los registros obtenidos en la UNAM sobre el movimiento telúrico de 9 grados en la escala de Richter, que sacudió el sureste de Asia y provocó un gran maremoto.

 

Foto 3

Las fotos muestran el antes y después de que un tsunami afectara extensas zonas del sureste asiático, el 26 de diciembre del año pasado, revelaron especialistas de la UNAM.

 

Foto 4

En la gráfica de satélite se muestran los daños ocasionados por el tsunami que asoló la región del sureste de Asia, revelaron especialistas de Ciencias de la Tierra de la UNAM.