Boletín UNAM-DGCS-006
Ciudad Universitaria
FUGAS DE AGUA
GENERAN LA PÉRDIDA DE HASTA EL 43 POR CIENTO DEL SUMINISTRO, EN LA CIUDAD DE
MÉXICO
La Ciudad de México pierde 23
metros cúbicos de agua por segundo debido a fugas; es decir, se desperdicia
hasta 43 por ciento del suministro, cantidad suficiente para abastecer a una
población de ocho millones de habitantes, señaló Blanca Elena Jiménez Cisneros,
coordinadora del grupo de Tratamiento y Reuso del Instituto de Ingeniería (II)
de la UNAM.
Al dictar la conferencia El
agua en México, la especialista llamó a establecer más y mejores programas de
control de pérdidas, medición, facturación y cobro de líquido mediante tarifas
equitativas; colecta de flujo pluvial y aplicación de acciones de reciclaje.
En la Facultad de Estudios
Superiores (FES) Cuautitlán, la investigadora universitaria comentó que “el
Gobierno del Distrito Federal cuenta con 23 plantas depuradoras, 19 de nivel
secundario y cuatro del ámbito terciario. El total de recurso tratado es de 4.8
metros cúbicos por segundo”.
“De esta cantidad, 54 por
ciento se emplea en lagos recreativos y canales, usos agrícolas y áreas verdes;
33 sirve para infiltración por medio de lagunas; ocho se reusa en el sector
industrial y cinco por ciento en el comercial”, reveló.
Para su funcionamiento, la
capital de la república extrae 69 metros cúbicos por segundo provenientes, en
67 por ciento, del subsuelo; dos de manantiales y escurriemientos del propio
valle; 10 del acuífero Lerma y 21 por ciento del río Cutzamala.
La doctora Blanca Elena
Jiménez Cisneros informó que, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, 80
por ciento del vital líquido se emplea con fines municipales, cinco se destina
a particulares y 15 por ciento para riego.
Existe la tecnología para
transformar flujos negros en potables, afirmó, pero es preciso efectuar pruebas
de tratabilidad en los ámbitos de laboratorio y piloto, para obtener criterios
de diseño, certificar su calidad y precisar los costos de inversión y
operación.
“En particular se requieren
estudios para avalar la situación microbiológica y toxicológica en términos de
contaminantes específicos de la Ciudad de México”. Posterior a ello, indicó la
investigadora universitaria, se necesitan análisis demostrativos
semindustriales para definir la confiabilidad del proceso en las condiciones
locales.
La duración estimada de todas
estas investigaciones y trabajos es de cinco a siete años y su costo se estima
en 40 millones de pesos, concluyó Jiménez Cisneros.
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