06:00 hrs.  3 de Enero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-006

Ciudad Universitaria 

 

 

FUGAS DE AGUA GENERAN LA PÉRDIDA DE HASTA EL 43 POR CIENTO DEL SUMINISTRO, EN LA CIUDAD DE MÉXICO

 

 

La Ciudad de México pierde 23 metros cúbicos de agua por segundo debido a fugas; es decir, se desperdicia hasta 43 por ciento del suministro, cantidad suficiente para abastecer a una población de ocho millones de habitantes, señaló Blanca Elena Jiménez Cisneros, coordinadora del grupo de Tratamiento y Reuso del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM.

 

Al dictar la conferencia El agua en México, la especialista llamó a establecer más y mejores programas de control de pérdidas, medición, facturación y cobro de líquido mediante tarifas equitativas; colecta de flujo pluvial y aplicación de acciones de reciclaje.

 

En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, la investigadora universitaria comentó que “el Gobierno del Distrito Federal cuenta con 23 plantas depuradoras, 19 de nivel secundario y cuatro del ámbito terciario. El total de recurso tratado es de 4.8 metros cúbicos por segundo”.

 

 

“De esta cantidad, 54 por ciento se emplea en lagos recreativos y canales, usos agrícolas y áreas verdes; 33 sirve para infiltración por medio de lagunas; ocho se reusa en el sector industrial y cinco por ciento en el comercial”, reveló.

 

Para su funcionamiento, la capital de la república extrae 69 metros cúbicos por segundo provenientes, en 67 por ciento, del subsuelo; dos de manantiales y escurriemientos del propio valle; 10 del acuífero Lerma y 21 por ciento del río Cutzamala.

 

La doctora Blanca Elena Jiménez Cisneros informó que, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, 80 por ciento del vital líquido se emplea con fines municipales, cinco se destina a particulares y 15 por ciento para riego.

 

Existe la tecnología para transformar flujos negros en potables, afirmó, pero es preciso efectuar pruebas de tratabilidad en los ámbitos de laboratorio y piloto, para obtener criterios de diseño, certificar su calidad y precisar los costos de inversión y operación.

 

“En particular se requieren estudios para avalar la situación microbiológica y toxicológica en términos de contaminantes específicos de la Ciudad de México”. Posterior a ello, indicó la investigadora universitaria, se necesitan análisis demostrativos semindustriales para definir la confiabilidad del proceso en las condiciones locales.

 

La duración estimada de todas estas investigaciones y trabajos es de cinco a siete años y su costo se estima en 40 millones de pesos, concluyó Jiménez Cisneros.

 

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