06:00 hrs.  1 de Enero  de 2005

 

Boletín UNAM-DGCS-002

Ciudad Universitaria 

Pies de fotos al final del boletín

 

URGENTE, EL CAMBIO DE LA PERCEPCIÓN SOCIAL SOBRE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD

 

·        Hay quienes las consideran inhábiles, consideró Raquel Jelinek, de la Facultad de Psicología de la UNAM

·        Es equivocado pensar que quienes viven esta condición se deben adaptar a nuestro contexto, dijo

·        Según la OMS, en México hay 10 millones de personas afectadas; INEGI contabiliza cerca de un millón 800 mil

 

A las personas con discapacidad aún se les considera como inhábiles, por ello es indispensable que la sociedad modifique su percepción sobre ellos, afirmó Raquel Jelinek, coordinadora del Centro de Investigación y Servicios de Educación Especial (CISEE) de la Facultad de Psicología de la UNAM. Se debe cambiar el paradigma, agregó, para facilitarles su desarrollo.

 

“Es equivocado pensar que quienes viven esta condición se deben adaptar a nuestro contexto”. Más bien, destacó, se tiene que transformar el entorno. “Una persona en silla de ruedas requiere facilidades para moverse, medios de transporte adecuados y no los hay”. Pero sobre todo, subrayó, hay que cambiar la actitud, respetar a quienes son diferentes y saber brindarles los apoyos que necesitan.

 

La ignorancia y prejuicios siguen presentes en este tema, y obstaculizan la participación y oportunidades para este sector de la población, advirtió la especialista. Falta, por tanto, organización social para atender estos problemas, hacer conciencia y actuar, emprender proyectos y trabajar en la formación de expertos.

 

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 10 por ciento de la población nacional tiene algún tipo de daño, es decir, cerca de 10 millones de personas están afectadas, aunque la cifra oficial mexicana, proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), de acuerdo con su medición, es de 1.8 por ciento del total; es decir, suman un millón 795 mil 300 personas.

 

Ello exige, afirmó, cambios en el rumbo de las políticas económicas y sociales. En México tenemos ya un piso de negociación en materia de pobreza y marginación. La sociedad civil debe organizarse para hacer elevar su voz y dar solución para este y otros segmentos de la colectividad. Sin modificaciones, toda la energía y esfuerzo cotidiano se desaprovechará si las familias siguen con un deterioro progresivo en su calidad de vida.

 

La discapacidad y miseria ya no deben ser sólo motivo de caridad, sino de asistencia para construir un mundo más justo, en donde se reconozca a todos los ciudadanos como sujetos de derecho sin discriminación, dijo.

 

Por desgracia, abundó, la sociedad no está preparada para convivir con la diversidad, para incrementar la calidad de vida de los individuos con alguna limitación en sus funciones o sentidos. Hay mucho trabajo por hacer, urgió, para volverla más equitativa y que reconozca a todos los grupos distintos.

 

Se debe transitar hacia ese objetivo. “Todas las personas somos capaces, sólo se requieren los apoyos necesarios y la estimulación adecuada”, indicó la especialista; seguramente, si trabajáramos en ello, los niveles de discapacidad disminuirían.

 

Raquel Jelinek reconoció que en los últimos diez años México avanzó en la atención a ese sector. Hubo iniciativas importantes, como la creación de la Oficina de Representación de la Discapacidad, la aprobación de la Ley en contra de la Discriminación, la eliminación de términos peyorativos del Código Civil, y la inclusión de personas disminuidas en diversos trabajos.

 

Respecto del trabajo en la UNAM, explicó que los jóvenes que se forman en el CISEE alcanzaron logros en su autonomía, estabilidad emocional, capacidad de razonamiento y autodirección. El Modelo Educativo basa sus acciones y el apoyo psicológico en valores de respeto, solidaridad y bien común.

 

Además del servicio que en ese Centro se ofrece a personas con discapacidad intelectual y a sus familias, se brinda ayuda a las comunidades: información, canalización, diagnóstico y  terapias. Asimismo, se apoya el trabajo de otras organizaciones de servicios similares.

 

Es importante mencionar que ahí se desarrollan las funciones sustantivas universitarias, es decir, se cuenta con un Modelo de Formación en el Servicio a través del cual se reciben estudiantes para que realicen sus prácticas profesionales y servicio social, se brindan asesoría para trabajos de tesis, escolares y de investigación. Se genera también conocimiento que contribuya a mejorar la calidad de vida de los afectados y de sus familias.

 

Como puede observarse, existe una enorme disparidad en los datos sobre el daño y circunstancia de los sujetos por la falta de un criterio unificador, lo que  plantea un primer cuestionamiento en el diseño de las políticas públicas con que se cuenta en el país para su atención en los ámbitos de la salud, educación, derechos humanos, inserción laboral e integración social.

 

En este sentido, Raquel Jelinek consideró por último que algunos programas no están siendo instrumentados sobre bases firmes que permitan una medición de sus alcances y de sus logros, por lo que ese sería el primer y principal reto.

 

 

 

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Foto 01

Es necesario modificar la percepción que la sociedad tiene de las personas con discapacidad, pues todavía se les considera inhábiles, consideró Raquel Jelinek, coordinadora del CISEE de la Facultad de Psicología de la UNAM.

 

Foto 02

Raquel Jelinek, de la Facultad de Psicología de la UNAM, afirmó que la sociedad actual no está preparada para convivir con la diversidad e incrementar la calidad de vida de los individuos con alguna limitación en sus funciones o sentidos.