06:00 hrs.  28 de Diciembre  de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-958

Ciudad Universitaria 

Pies de fotos al final del boletín

 

LOS PURÉPECHAS HAN SOBREVIVIDO A CINCO SIGLOS DE REZAGO Y RACISMO

 

·        Fernando Nava López, del IIA de la UNAM, dijo que a pesar del rezago y racismo en su contra, los también llamados tarascos persisten en el uso de su lengua, prácticas ideológicas y costumbres

·        Como tantos otros grupos autóctonos, no han tenido asistencia especializada; no que suponga privilegio sino carácter diferenciado

·        Cuenta con más de 100 mil hablantes, sobre todo en cuatro regiones de Michoacán: Pátzcuaro, Sierra Tarasca, Cañada de Chilchota y Ciénega de Zacapu, indicó

 

La historia nacional debe ponderar a los purépechas, grupo indígena que ha podido sobrevivir luego de cinco siglos de la Conquista española, indicó Fernando Nava López, integrante del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.

 

Subrayó que a pesar del rezago y racismo en su contra, los también llamados tarascos persisten en el uso de su lengua, prácticas ideológicas y costumbres; motivo para que se les otorgue una mayor atención.

 

El también director general del Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas comentó que muchos de los servicios que a lo largo de la historia se les han prestado, y que hoy continúan, son de tipo concesional. Esto los coloca en una situación de desventaja.

 

Tras varios años de estudiar esta etnia, Nava López refirió que, como tantos otros grupos autóctonos, no han tenido asistencia especializada; no que suponga privilegio sino carácter diferenciado, porque hablan su propio idioma y han sido desatendidos.

 

El lingüista y antropólogo universitario expresó que a lo largo de los siglos, los purépechas (palabra que significa el que visita o el visitante) han padecido marginación y miseria. “Se implementaron campañas de vacunación para atacar un problema de salud; además de los que se instrumentaron en otros campos, como el educativo, con la publicación de textos en su propia lengua, pero no se han podido capitalizar de forma adecuada”.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, este idioma continúa en retroceso ante el español y “cuenta con más de 100 mil hablantes, sobre todo en cuatro regiones de Michoacán: Pátzcuaro, Sierra Tarasca, Cañada de Chilchota y Ciénega de Zacapu". No obstante, dijo, hay migrantes en las ciudades de México, Guadalajara y en algunos puntos de Estados Unidos.

 

Aseveró que forma parte del conjunto pluriétnico nacional. Cada integrante es importante porque cuenta con expresión propia, una manera de resolver su existencia e interactuar con el medio; son un aporte a todas las experiencias de la población mexicana.

 

Una de las características que más los identifica es el idioma, sus repertorios musicales, recetas gastronómicas y prácticas de aprovechamiento ambiental, de transformación de esos elementos para el consumo, sobre todo de animales, como peces, aves y mamíferos; así como la utilización de plantas, tanto con fines nutricionales como curativos. Sería saludable, abundó el investigador, “que se recuperaran tales conocimientos y darles un beneficio para toda la sociedad”.

 

Rememoró que el origen del pueblo purépecha es un misterio, porque carecían de una escritura que permitiera la existencia de documentos para conocer su historia. Sólo se cuenta con la Relación de Michoacán, referente a sus ritos, costumbres y tradiciones.

 

Sin embargo, hay arqueólogos que han encontrado coincidencias etnológicas con los Chichimecas del norte de México, aunque no son pocos los que sostienen que se relacionaban con pueblos del Perú.

 

Este grupo se ubicó en Michumacuán, palabra náhuatl que significa «lugar de pescadores». Se establecieron en la región central de Michoacán, en torno al lago de Pátzcuaro, asiento principal del imperio en Tzintzuntzan. Su influencia y poder se extendieron por buena parte de México, ocupando los estados de Jalisco, Guanajuato y Nayarit. Era una amplia civilización antes de la llegada de los españoles.

 

Fernando López Nava se ha dedicado en los últimos años a estudiar la música purépecha, sus pirecuas o canciones. En ellas “hay de todo, desde un amplio repertorio para las fiestas, como cuando se realizan los juegos pirotécnicos, hasta la reservada para momentos especiales, como las bodas, e incluso para momentos tristes tienen sones”, reveló.

 

Reconoció que el canto en esta lengua es una expresión viva. No sólo se nutre de temas sentimentales, sino de denuncia de problemas sociales como la contaminación e, incluso, la deficiente educación. Estas formas permiten combinar elementos para que en una misma palabra se expresen situaciones que en español, por ejemplo, requerirían de varias.

 

Existe una amplia gama de vocablos utilizados para esta actividad; incluso los instrumentos tienen nombres. Los géneros son sones, abajeños y alabanzas, y forman parte de la gran riqueza artística que a lo largo de su historia ha caracterizado a nuestra nación, concluyó.

 

 

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FOTO 1

En México hay 100 mil hablantes del purépecha, sobre todo en Michoacán, pero también hay grupos asentados en las ciudades de México, Guadalajara y Estados Unidos, aseguró el catedrático de la UNAM Fernando Nava.

 

FOTO 2

Fernando Nava, del IIA de la UNAM, refirió que a pesar del rezago y racismo en su contra, los purépechas o tarascos persisten en el uso de su lengua, prácticas ideológicas y costumbres.