06:00 hrs.  28 de Diciembre  de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-957

Ciudad Universitaria 

Pies de fotos al final del boletín

 

EN LA UNAM TRATAN EL PARKINSON CON NEURONAS    DERIVADAS DE CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS

 

·        En el Instituto de Fisiología Celular se implantan neuronas de células madre en ratas afectadas

·        Iván Velasco Velázquez refirió que esas células liberan dopamina, neurotransmisor para que esos componentes, ubicados en el centro del cerebro, cumplan su función

·        La incidencia de ese mal es de 0.1 por ciento de la población mundial, y de uno y dos por ciento de mayores de 60 años

 

En el Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM se transplantan con éxito neuronas derivadas de células madre embrionarias en ratas con mal de Parkinson, con lo cual se registra una disminución de la enfermedad, afirmó el doctor Iván Velasco Velázquez.

 

Esas células mantienen, por largos períodos, su capacidad de liberar dopamina, sustancia o neurotransmisor necesario para que esos componentes, ubicados en el centro del cerebro, se comuniquen y cumplan su función, añadió.

 

El Parkinson se caracteriza por temblores y dificultad en la movilidad y coordinación del cuerpo. Aparece en los humanos por la muerte de dichas neuronas en una zona específica y pequeña llamada sustancia nigra. Afecta al 0.1 por ciento de la población mundial y entre uno y dos por ciento de mayores de 60 años, por lo que habría alrededor de medio millón de mexicanos en ese rango de edad con este problema, alertó.

 

Sus causas se desconocen; una pequeña proporción se relaciona con factores hereditarios, pero la mayoría –alrededor de 90 por ciento– lo manifiestan esporádico, abundó.

 

El científico señaló que las células madre no están diferenciadas y son capaces de crecer de manera controlada. Su característica más interesante es su posibilidad de generar tipos especializados en grandes cantidades, idóneos para la cura de ciertas enfermedades.

 

En este caso, este grupo de investigación busca neuronas dopaminérgicas a partir de ese origen, para el tratamiento de padecimientos del sistema nervioso.

 

Dichas células se pueden obtener de un estadio temprano de los embriones, cuando todavía no hay formación de órganos. Su plasticidad o capacidad de diferenciación es mayor a la de cualquier otro tipo y pueden generar toda la estructura de los organismos, en este caso mamíferos, expresó.

 

Se diferencian de las somáticas, restringidas a un solo tipo. Por ejemplo, las de la sangre sólo pueden generar células sanguíneas incluyendo glóbulos blancos o rojos y plaquetas.

 

“Si una persona padece de una enfermedad de cierta parte del cuerpo donde no se han identificado claramente células madre, se podrían usar las embrionarias para generar los tipos celulares que se necesiten y después realizar trasplantes”, dijo.

 

El científico, que ha dado a conocer sus trabajos en revistas prestigiadas como Science y Nature, refirió que el proceso de diferenciación hasta llegar a ser neuronas dopaminérgicas en un ratón toma poco más de tres semanas; en los humanos de 7 y 8 semanas. Pueden producirse teóricamente sin límite, pues su fuente tiene alta capacidad de producción.

 

Explicó la técnica para establecer qué cantidad de componentes necesitan los roedores con Parkinson: se les inyectó una toxina en la zona indicada para dañar uno de los hemisferios cerebrales y provocar una conducta de giro, donde repiten movimientos circulares de forma repetida.

El procedimiento se realiza mediante introducción directa de 500 mil células en cada animal. La alteración conductual se revierte gracias al transplante. “Es la manera más rápida que se ha encontrado para evaluar si funciona o no, indicó. Después de dos a cuatro semanas se observa que la actividad giratoria desaparece completamente”.

 

Además, agregó, se han realizado estudios de tomografía por emisión de positrones para determinar cuánto tiempo sobrevive el transplante y la dopamina es liberada en los mamíferos.

 

A pesar de que la dotación “dentro del cerebro de las ratas está en una zona restringida, bastante menor a la que normalmente recibe dopamina en condiciones naturales, la liberación del neurotransmisor es suficiente para que los receptores se vean completamente restaurados. Es decir, hay una reversión completa de las alteraciones”.

 

Se encontró también este efecto con microdiálisis, pues a pesar de procurarse una baja cantidad de esa sustancia, sí se registra una clara mejoría.

 

Al respecto, informó que los universitarios –en colaboración con científicos de Estados Unidos– realizaron una evaluación de ocho meses. Si la vida de los roedores es de alrededor de dos años y el conjunto de trasplantados era de jóvenes adultos (de dos o tres meses), se considera que vivieron un periodo considerable con el trasplante funcionando de manera óptima. Además, ese procedimiento no produce tumores.

 

Iván Velasco recordó que los tratamientos actuales en humanos son farmacológicos; empero, son transitorios, funcionan siempre y cuando existan todavía neuronas dopaminérgicas en los pacientes, a quienes se les administra levodopa, un precursor.

 

También ha habido ensayos clínicos donde enfermos fueron transplantados con células provenientes de fetos abortados. No siempre hubo recuperación funcional y en una proporción baja tuvo alteraciones conductuales.

 

De ahí la importancia de continuar con este tipo de investigaciones que, eventualmente, podrían llevar al tratamiento y cura del Parkinson, aunque eso no ocurrirá en el corto plazo, aclaró el investigador.

 

“Faltan años de estudios in vitro para determinar con precisión la capacidad de las células madre para generar distintas unidades y después trasplantarlas a modelos animales para observar si hay recuperación funcional  o no. Si así ocurriera faltarían análisis de bioseguridad” para evitar efectos secundarios importantes. Hasta entonces se procedería al tratamiento en fase experimental de personas que necesiten esa incorporación.

 

Este uso podría ser, incluso, útil en otras enfermedades, no sólo del cerebro sino de otros órganos, como la diabetes tipo 1, caracterizada por la muerte de células beta en el páncreas, encargadas de secretar insulina.

 

Cualquier padecimiento donde haya una pérdida selectiva y localizada de este tipo, como la esclerosis lateral amiotrófica, podría encontrar remedio. La utilización de las células madre derivadas de embriones humanos deberá discutirse en nuestro país. Prohibirla sería desperdiciar la capacidad de saber si eventualmente podría mejorarse la calidad de vida de muchos pacientes. “La investigación debe estar abierta a todas las opciones posibles, siempre con una legislación clara”, concluyó Velasco Velázquez.

 

 

 

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Foto 01

El mal de Parkinson, caracterizado por temblores y dificultad en la movilidad y coordinación del cuerpo, se produce en humanos por la muerte de neuronas dopaminérgicas en una zona específica y pequeña del cerebro, dijo Iván Velasco, del IFC de la UNAM.

 

Foto 02

Iván Velasco Velázquez, del IFC de la UNAM, explicó que su grupo transplanta con éxito neuronas dopaminérgicas en ratas con el mal de Parkinson, con lo cual se registra una disminución de la enfermedad.