06:00 hrs.  27 de Diciembre  de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-956

Ciudad Universitaria 

Pies de fotos al final del boletín

 

NECESARIO, LEGISLAR SOBRE CONTENIDOS DE INTERNET SIN LLEGAR A  LA CENSURA

 

 

·        Hay que mantener su fin libertario característico. El usuario debe darle sentido, afirmó Luz María Garay, profesora de la FCPyS de la UNAM

·        Este medio ofrece diversidad de usos, donde destaca la posibilidad de establecer relaciones afectivas

·        Sólo el 7.2 por ciento de los internautas se atreve a realizar operaciones comerciales a través de la red

 

 

Es necesaria la regulación legislativa sobre los contenidos colocados y distribuidos a través de Internet, sin que ello signifique llegar a la censura, pues perdería su finalidad libertaria característica. Sin embargo, es el usuario quien debe darle sentido para obtener una gratificación, destacó Luz María Garay, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

 

Ello supone confiar en la gente, en sus deseos o intereses, de lo que quiere encontrar en la red, abundó. Por ello, ya se trabaja en fomentar un programa de “alfabetización” para intentar optimizar su uso: el internauta podrá entender que no toda la información disponible es verdadera, que no toda la gente con que se relaciona es confiable.

 

Se busca incentivar la capacidad de los usuarios, darles herramientas para establecer rutas de navegación seguras y confiables, tarea bastante compleja. De hecho, ya existen proyectos al respecto, como la red escolar, que la utiliza de forma sistemática en secundaria. Se involucra a la familia, quien supervisa las páginas que visitan los niños, el público más vulnerable, pues no tienen criterio suficiente para discernir.

 

Luz María Garay resumió que en la Universidad Nacional, al igual que otras muchas instituciones educativas, se desarrollan múltiples líneas de investigación sobre este medio de comunicación y su impacto social. También se estudia su papel en educación y cultura.

 

A pesar de que en el país sólo ocho por ciento de la población tiene acceso a la red de redes, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), este medio ofrece diversidad de usos, añadió.

 

Con base en un estudio elaborado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se reitera que no sólo tiene funciones académicas. Si bien existen revistas y páginas científicas en línea –donde ofrece una biblioteca universal sobre cualquier tema, en especial sobre los últimos adelantos e investigaciones–, los usuarios buscan espacios para relacionarse emocionalmente, como el correo y los chats (salas de pláticas).

 

También da salida comercial para comprar, vender u ofrecer productos, hacer publicidad e iniciar negocios. Aunque en este campo, señala el INEGI, en México únicamente el 7.2 por ciento de los internautas se atreve a realizar operaciones en la red.

 

Entre las causas de esta situación figura su baja penetración; el perfil de los usuarios (estudiantes jóvenes con poca capacidad de compra); restricciones crediticias (sólo el 18 por ciento de la población tiene acceso a una tarjeta de crédito); escasa cultura informática; y desconfianza en la seguridad, explicó.

 

 

 

Uno de los tópicos relevantes es su desempeño para la interacción, que supone varios niveles, como establecer contacto con la pareja, amigos y familiares ubicados en otro punto geográfico, dijo. Se  busca mantener lazos afectivos a través de textos o imágenes. Se incluyen los programas de correspondencia instantánea y canales privados para intercambiar mensajes de forma semi o inmediata.

 

El correo electrónico ha sustituido a las cartas y llamadas de larga distancia –métodos vigentes para millones de personas en el mundo– por la transmisión en tiempo real y permanente. Además, agregó, el chat también permite conocer a personas de todo el orbe, conectadas a la red. Se pueden iniciar desde contactos profesionales, de intercambio de ideas, hasta relaciones personales que, incluso, puedan culminar en un noviazgo o matrimonio.

 

Al comunicarse, destacó, mucha gente encuentra libertad de identidad, pues el sujeto puede cambiar de nombre, edad, apariencia, incluso de sexo; así, puede entrar en una dinámica de búsqueda de amistad, a la que de otra forma no se atrevería. Hay quienes se muestran tal cual son o se crean una falsa presencia, según sus fantasías, bajo el conocimiento de que no habrá acercamiento físico, a menos que así lo acuerden.

 

Ahí pueden crear sus propios códigos o utilizar los establecidos para mostrar sus emociones.  Los internautas utilizan iconos de caras que expresan tristeza, felicidad, enojo o sorpresa.  Son símbolos para imprimir estados de ánimo. La videocámara y el micrófono también permiten conversaciones con imagen y sonido, lo cual resulta más atractivo, pues entraña una mayor cercanía con la persona deseada, apuntó.

 

No debería sorprender que los jóvenes, por ejemplo, prefieran la Internet para relacionarse. En esta etapa comienzan a definirse. El adolescente busca amigos que compartan sus gustos, sueños e inquietudes, para platicar sobre música y problemas, entre otros rubros, abundó.

 

 

 

Con ello se sienten integrados y aceptados. El medio satisface una necesidad. Lo que sí es peligroso es cuando pasan horas chateando en lugar de interactuar en su entorno social, en la escuela o con vecinos. De ahí la importancia de que la familia los oriente y motive a la práctica de otras actividades, como deporte, lectura u otro tipo de juegos, advirtió.

 

Internet es una gran herramienta, pero si sabemos controlarla y darle salida oportuna y responsable se convertirá en nuestra aliada, concluyó Luz María Garay.

 

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Es necesaria una regulación de la información en la red, mas no para censurarla, pues perdería el sentido libertario con que fue creada, consideró Luz María Garay, profesora de la FCPyS de la UNAM.

 

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Los usuarios buscan mantener los lazos afectivos a través del correo electrónico, destacó Luz María Garay, profesora de la FCPyS de la UNAM.