Boletín UNAM-DGCS-956
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
NECESARIO, LEGISLAR SOBRE CONTENIDOS DE INTERNET SIN LLEGAR A LA CENSURA
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Hay que mantener su fin libertario
característico. El usuario debe darle sentido, afirmó Luz María Garay,
profesora de la FCPyS de la UNAM
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Este medio ofrece diversidad de usos, donde
destaca la posibilidad de establecer relaciones afectivas
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Sólo el 7.2 por ciento de los internautas se
atreve a realizar operaciones comerciales a través de la red
Es necesaria la regulación
legislativa sobre los contenidos colocados y distribuidos a través de Internet,
sin que ello signifique llegar a la censura, pues perdería su finalidad
libertaria característica. Sin embargo, es el usuario quien debe darle sentido
para obtener una gratificación, destacó Luz María Garay, profesora de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
Ello supone confiar en la
gente, en sus deseos o intereses, de lo que quiere encontrar en la red, abundó.
Por ello, ya se trabaja en fomentar un programa de “alfabetización” para
intentar optimizar su uso: el internauta podrá entender que no toda la
información disponible es verdadera, que no toda la gente con que se relaciona
es confiable.
Se busca incentivar la
capacidad de los usuarios, darles herramientas para establecer rutas de
navegación seguras y confiables, tarea bastante compleja. De hecho, ya existen
proyectos al respecto, como la red escolar, que la utiliza de forma sistemática
en secundaria. Se involucra a la familia, quien supervisa las páginas que
visitan los niños, el público más vulnerable, pues no tienen criterio
suficiente para discernir.
Luz María Garay resumió que en
la Universidad Nacional, al igual que otras muchas instituciones educativas, se
desarrollan múltiples líneas de investigación sobre este medio de comunicación
y su impacto social. También se estudia su papel en educación y cultura.
A pesar de que en el país sólo
ocho por ciento de la población tiene acceso a la red de redes, según cifras
del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), este
medio ofrece diversidad de usos, añadió.
Con base en un estudio
elaborado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se reitera que no
sólo tiene funciones académicas. Si bien existen revistas y páginas científicas
en línea –donde ofrece una biblioteca universal sobre cualquier tema, en
especial sobre los últimos adelantos e investigaciones–, los usuarios buscan
espacios para relacionarse emocionalmente, como el correo y los chats (salas de
pláticas).
También da salida comercial
para comprar, vender u ofrecer productos, hacer publicidad e iniciar negocios.
Aunque en este campo, señala el INEGI, en México únicamente el 7.2 por ciento
de los internautas se atreve a realizar operaciones en la red.
Entre las causas de esta
situación figura su baja penetración; el perfil de los usuarios (estudiantes
jóvenes con poca capacidad de compra); restricciones crediticias (sólo el 18
por ciento de la población tiene acceso a una tarjeta de crédito); escasa cultura
informática; y desconfianza en la seguridad, explicó.
Uno de los tópicos relevantes
es su desempeño para la interacción, que supone varios niveles, como establecer
contacto con la pareja, amigos y familiares ubicados en otro punto geográfico,
dijo. Se busca mantener lazos afectivos
a través de textos o imágenes. Se incluyen los programas de correspondencia
instantánea y canales privados para intercambiar mensajes de forma semi o
inmediata.
El correo electrónico ha
sustituido a las cartas y llamadas de larga distancia –métodos vigentes para
millones de personas en el mundo– por la transmisión en tiempo real y
permanente. Además, agregó, el chat también permite conocer a personas de todo
el orbe, conectadas a la red. Se pueden iniciar desde contactos profesionales,
de intercambio de ideas, hasta relaciones personales que, incluso, puedan
culminar en un noviazgo o matrimonio.
Al comunicarse, destacó, mucha
gente encuentra libertad de identidad, pues el sujeto puede cambiar de nombre,
edad, apariencia, incluso de sexo; así, puede entrar en una dinámica de
búsqueda de amistad, a la que de otra forma no se atrevería. Hay quienes se
muestran tal cual son o se crean una falsa presencia, según sus fantasías, bajo
el conocimiento de que no habrá acercamiento físico, a menos que así lo
acuerden.
Ahí pueden crear sus
propios códigos o utilizar los establecidos para mostrar sus emociones. Los internautas utilizan iconos de caras que
expresan tristeza, felicidad, enojo o sorpresa. Son símbolos para imprimir estados de ánimo. La videocámara y el
micrófono también permiten conversaciones con imagen y sonido, lo cual resulta
más atractivo, pues entraña una mayor cercanía con la persona deseada, apuntó.
No debería sorprender que
los jóvenes, por ejemplo, prefieran la Internet para relacionarse. En esta
etapa comienzan a definirse. El adolescente busca amigos que compartan sus
gustos, sueños e inquietudes, para platicar sobre música y problemas, entre
otros rubros, abundó.
Con ello se sienten integrados
y aceptados. El medio satisface una necesidad. Lo que sí es peligroso es cuando
pasan horas chateando en lugar de interactuar en su entorno social, en la
escuela o con vecinos. De ahí la importancia de que la familia los oriente y
motive a la práctica de otras actividades, como deporte, lectura u otro tipo de
juegos, advirtió.
Internet es una gran
herramienta, pero si sabemos controlarla y darle salida oportuna y responsable
se convertirá en nuestra aliada, concluyó Luz María Garay.
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Foto 01
Es necesaria una regulación de la información en la red, mas no
para censurarla, pues perdería el sentido libertario con que fue creada,
consideró Luz María Garay, profesora de la FCPyS de la UNAM.
Foto 02
Los usuarios buscan mantener los lazos afectivos a través del
correo electrónico, destacó Luz María Garay, profesora de la FCPyS de la UNAM.