Boletín UNAM-DGCS-952
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
ANTE LA TASA DE CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO, FALTAN ESPACIOS PARA VIVIR EN LA CIUDAD DE MÉXICO
·
Jorge Cervantes Borja, del CIEP, de la
Facultad de Arquitectura de la UNAM, advirtió sobre el ensanchamiento de la
mancha urbana hacia suelo de conservación
·
Se requiere una “estrategia intersectorial”,
a fin de integrar instrumentos jurídicos que regulen esta situación, indicó
·
Los asentamientos irregulares ocupan 300
hectáreas protegidas por año, de las cuales sólo se logran rescatar 134; es
decir, 40 por ciento, advirtió
La Ciudad de México mantiene una tasa de crecimiento
demográfico anual de 1.9 por ciento, lo que genera una alta demanda de espacios
para vivir; es decir, hay un desdoblamiento importante de su población, alertó
el catedrático del Centro de Investigaciones y Estudios de Posgrado (CIEP) de
la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Jorge Cervantes Borja.
Afortunadamente, y aunque el arribo de personas del resto
del país continúa, el proceso viene desacelerándose, añadió. Sin embargo, el
incremento natural de la sociedad implica necesariamente una demanda
territorial. Como ello no está previsto
porque no hay un proceso de planeación, la mancha urbana se dirige hacia suelo
de conservación.
El mayor avance de la metrópoli se da en zonas
ecológicas; es decir, 35 por ciento –30 mil 955 hectáreas, según datos
oficiales del 2000– de superficie protegida está invadida. “Ahora debe ser más;
cerca de 40 por ciento”, agregó el especialista.
El Distrito Federal tiene una superficie de 149 mil 524
hectáreas; 61 mil 82 son de uso urbano y 88 mil 442 de conservación. Del suelo
resguardado 62 mil hectáreas, 70 por ciento, son de propiedad social: ejidos,
terrenos comunales y de poblados rurales.
El crecimiento de la ocupación de espacio bajo cuidado,
que consigna el Programa General de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, es
de 300 hectáreas por año, de las cuales sólo se logran rescatar 134; es decir,
40 por ciento; “menos de la mitad”, se lamentó Cervantes Borja.
“Esto es igual que en la economía. Tenemos un sector
informal con más impacto que el establecido. Así, el avance metropolitano
empieza a registrar mayores asentamientos irregulares en algunas delegaciones;
más importantes en número y tamaño que los urbanos”, consideró el experto.
En ese sentido, el universitario aseguró que hace falta
una “estrategia intersectorial” en todas las dependencias del Gobierno del
Distrito Federal, a fin de integrar instrumentos jurídicos que regulen esta
situación.
El investigador Cervantes Borja dijo que el fenómeno del
aumento desordenado en tierras de conservación se explica por la inercia del
suelo sin protección legal adecuada. Ello permite que la gente se asiente donde
más facilidades tiene; y ese no es, obviamente, el espacio de las delegaciones
centrales, que es poco, limitado, caro y sujeto a una serie de normas difíciles
de cumplir por la población de escasos recursos.
“Es una comunidad pobre, precarista, que tenderá a irse
donde encuentre oportunidad para ubicarse, y esas son las periferias del
Distrito Federal, sobre suelo de conservación”, subrayó.
El problema es, precisó Jorge Cervantes, que ese
conglomerado crece sin que haya suficiente infraestructura, sin servicios,
equipamientos y en los peores lugares para edificar: cuencas, valles, cauces de
ríos y fuertes pendientes. Muchos de ellos se encuentran en situación de
riesgo, en cerros y montañas. Además, esas comunidades reclamarán: agua,
drenaje, vialidades y transporte.
Las soluciones a esta problemática no se han contemplado.
No hay hasta ahora un programa adecuado para regular este tipo de fenómeno,
concluyó.
-o0o-
El urbanista universitario Jorge Cervantes Borja
sostuvo que el mayor crecimiento de la ciudad se da en suelo de conservación.
Foto 2
El fenómeno del crecimiento desordenado en áreas de conservación se explica por la inercia del suelo sin protección legal adecuada, indicó el planificador de la UNAM Jorge Cervantes Borja.