Boletín UNAM-DGCS-949
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
REQUIERE LA CIUDAD DE MÉXICO POLÍTICAS A LARGO PLAZO EN EL MANEJO DE AGUA
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Tiene un déficit de 24 metros cúbicos de
agua por segundo, advirtió Ramón Domínguez Mora, del Instituto de Ingeniería
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Llamó a aplicar políticas para aprovechar
correctamente este recurso; de lo contrario, la situación será catastrófica
La Ciudad de México podría
vivir una situación catastrófica si no se aplican políticas a largo plazo para
el correcto aprovechamiento del agua, pues la capital del país tiene un déficit
de 24 metros cúbicos por segundo del líquido, advirtió el investigador del
Instituto de Ingeniería de la UNAM, Ramón Domínguez Mora.
“Tenemos una pérdida
importante que se cubre sobrexplotando el manto acuífero y con las presas del
Cutzamala y Lerma”. La extracción podría ser lo más grave, porque produce
hundimientos que, paradójicamente, aumentan considerablemente el riesgo de una
gran inundación en la capital de la República, agregó.
El especialista en aprovechamiento
y conducción de flujo hídrico aseguró que buena parte del suelo del Distrito
Federal está en peligro de desestabilizarse. De hecho, dijo, de 1940 a 1970 se
han perdido cerca de nueve metros; es decir, el equivalente a más de tres pisos
de una casa.
Por ejemplo, el poniente
de la ciudad permanece firme y de esa zona al aeropuerto, pasando por el
Centro, la velocidad de hundimiento aumenta de casi cero hasta 30 centímetros
por año; el autódromo pierde 18 centímetros; Balbuena, 16; Zócalo, de 10 a 12;
Iztapalapa, 8; y Tlaltelolco, 5 centímetros anuales.
Al advertir sobre el riesgo
que presenta esta escasez en el Valle de México, el investigador refirió que
esta cuenca recibe cada segundo 72 metros cúbicos de líquido; es decir, 72 mil
litros, de los cuales 42 por ciento se destinan a uso doméstico; 12 a comercio,
industria y servicios; 14 a riego, y 32 por ciento se desperdicia por las fugas
de la red hidráulica, o sea, cada segundo 23 mil litros de recurso potable
termina en el desagüe.
Otro aspecto es la disparidad
enorme en su asignación. Explicó que en las zonas residenciales la dotación
diaria es de 567 litros, mientras que en las zonas populares, que abarcan 76.5
por ciento de la población, apenas es de 128 litros diarios. No se puede exigir
su cuidado en zonas depauperadas, consideró.
Ante ello, consideró, debe
tomarse en cuenta que abastecer a una concentración urbana de más de 18
millones de habitantes es una labor inmensa, que se complica por las
condiciones geográficas del Valle de México, localizado a una altitud superior
a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar.
El hecho de contar con una
orografía cerrada y hacinar a millones de seres humanos, con toda la
infraestructura urbana que ello representa, hace que el nivel de recarga acuífera
y el escurrimiento captable no cubran la demanda.
Al hacer un balance hidráulico
de la cuenca metropolitana, Domínguez Mora explicó que, en promedio, en todo el
año llueven 720 milímetros que equivalen, si los multiplicamos por año y área
de la cuenca, a 219 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, 75 por ciento de
ellos se “evapotranspiran” y del resto, 37 metros cúbicos por segundo ayudan a
recargar los acuíferos y permiten su
reutilización.
El universitario insistió en
que la sobrexplotación de los mantos propicia que se destinen más recursos a
las reparaciones por los hundimientos. Ahí están las cifras de lo invertido en
la renivelación de la Catedral Metropolitana y de las vías superficiales del
Sistema de Transporte Colectivo Metro, advirtió.
Además, dijo, las redes de
agua potable se rompen y, en consecuencia, hay que gastar millones de pesos por
estos fenómenos. Anteriormente, la principal salida de los líquidos residuales
urbanos era el gran canal, pero debido a las subsidencias la inclinación se
perdió y ahora ya no corren.
Hay datos de comienzos del
siglo pasado que indican que la pendiente llegó a ser de 19 centímetros por
kilómetro, y ahora se ha tenido que construir una planta de bombeo porque ya va
cuesta arriba. Esto obligó a la construcción del Drenaje Profundo, comentó
Ramón Domínguez Mora.
Cuando se inauguró este
sistema, en 1975, se creyó resuelto el problema de las inundaciones, una
situación cotidiana en la Ciudad de México, que continuará mientras siga
creciendo la población, finalizó el investigador del Instituto de Ingeniería de
la UNAM.
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Foto 01
El investigador
universitario Ramón Domínguez Mora explicó que la Ciudad de México tiene un
déficit de agua de 24 metros cúbicos por segundo, lo que podría provocar
hundimientos de gran magnitud.
Foto 02
La explotación
excesiva del acuífero ha provocado el hundimiento de buena parte del Distrito
Federal, advirtió Ramón Domínguez Mora, del Instituto de Ingeniería de la UNAM.