06:00 hrs.  24 de Diciembre  de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-949

Ciudad Universitaria 

Pies de fotos al final del boletín

 

REQUIERE LA CIUDAD DE MÉXICO POLÍTICAS A LARGO PLAZO EN EL MANEJO DE AGUA

 

·        Tiene un déficit de 24 metros cúbicos de agua por segundo, advirtió Ramón Domínguez Mora, del Instituto de Ingeniería

·        Llamó a aplicar políticas para aprovechar correctamente este recurso; de lo contrario, la situación será catastrófica

 

La Ciudad de México podría vivir una situación catastrófica si no se aplican políticas a largo plazo para el correcto aprovechamiento del agua, pues la capital del país tiene un déficit de 24 metros cúbicos por segundo del líquido, advirtió el investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Ramón Domínguez Mora.

 

“Tenemos una pérdida importante que se cubre sobrexplotando el manto acuífero y con las presas del Cutzamala y Lerma”. La extracción podría ser lo más grave, porque produce hundimientos que, paradójicamente, aumentan considerablemente el riesgo de una gran inundación en la capital de la República, agregó.

 

El especialista en aprovechamiento y conducción de flujo hídrico aseguró que buena parte del suelo del Distrito Federal está en peligro de desestabilizarse. De hecho, dijo, de 1940 a 1970 se han perdido cerca de nueve metros; es decir, el equivalente a más de tres pisos de una casa.

 

Por ejemplo, el poniente de la ciudad permanece firme y de esa zona al aeropuerto, pasando por el Centro, la velocidad de hundimiento aumenta de casi cero hasta 30 centímetros por año; el autódromo pierde 18 centímetros; Balbuena, 16; Zócalo, de 10 a 12; Iztapalapa, 8; y Tlaltelolco, 5 centímetros anuales.

 

Al advertir sobre el riesgo que presenta esta escasez en el Valle de México, el investigador refirió que esta cuenca recibe cada segundo 72 metros cúbicos de líquido; es decir, 72 mil litros, de los cuales 42 por ciento se destinan a uso doméstico; 12 a comercio, industria y servicios; 14 a riego, y 32 por ciento se desperdicia por las fugas de la red hidráulica, o sea, cada segundo 23 mil litros de recurso potable termina en el desagüe.

 

Otro aspecto es la disparidad enorme en su asignación. Explicó que en las zonas residenciales la dotación diaria es de 567 litros, mientras que en las zonas populares, que abarcan 76.5 por ciento de la población, apenas es de 128 litros diarios. No se puede exigir su cuidado en zonas depauperadas, consideró.

 

Ante ello, consideró, debe tomarse en cuenta que abastecer a una concentración urbana de más de 18 millones de habitantes es una labor inmensa, que se complica por las condiciones geográficas del Valle de México, localizado a una altitud superior a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar.

 

El hecho de contar con una orografía cerrada y hacinar a millones de seres humanos, con toda la infraestructura urbana que ello representa, hace que el nivel de recarga acuífera y el escurrimiento captable no cubran la demanda.

 

Al hacer un balance hidráulico de la cuenca metropolitana, Domínguez Mora explicó que, en promedio, en todo el año llueven 720 milímetros que equivalen, si los multiplicamos por año y área de la cuenca, a 219 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, 75 por ciento de ellos se “evapotranspiran” y del resto, 37 metros cúbicos por segundo ayudan a recargar  los acuíferos y permiten su reutilización.

 

El universitario insistió en que la sobrexplotación de los mantos propicia que se destinen más recursos a las reparaciones por los hundimientos. Ahí están las cifras de lo invertido en la renivelación de la Catedral Metropolitana y de las vías superficiales del Sistema de Transporte Colectivo Metro, advirtió.

 

Además, dijo, las redes de agua potable se rompen y, en consecuencia, hay que gastar millones de pesos por estos fenómenos. Anteriormente, la principal salida de los líquidos residuales urbanos era el gran canal, pero debido a las subsidencias la inclinación se perdió y ahora ya no corren.

 

Hay datos de comienzos del siglo pasado que indican que la pendiente llegó a ser de 19 centímetros por kilómetro, y ahora se ha tenido que construir una planta de bombeo porque ya va cuesta arriba. Esto obligó a la construcción del Drenaje Profundo, comentó Ramón Domínguez Mora.

 

Cuando se inauguró este sistema, en 1975, se creyó resuelto el problema de las inundaciones, una situación cotidiana en la Ciudad de México, que continuará mientras siga creciendo la población, finalizó el investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM.

 

 

 

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Foto 01

El investigador universitario Ramón Domínguez Mora explicó que la Ciudad de México tiene un déficit de agua de 24 metros cúbicos por segundo, lo que podría provocar hundimientos de gran magnitud.

 

Foto 02

La explotación excesiva del acuífero ha provocado el hundimiento de buena parte del Distrito Federal, advirtió Ramón Domínguez Mora, del Instituto de Ingeniería de la UNAM.