Boletín UNAM-DGCS-945
Ciudad Universitaria
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BUSCAN EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL FÁRMACOS CONTRA CISTICERCOSIS Y TENIOSIS
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En la Facultad de Medicina, el grupo de
Abraham Landa estudia las enzimas esenciales de Taenia solium y el desarrollo
de moléculas que las inactiven, de forma que el causante del padecimiento muera
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El ser humano es el único hospedero
definitivo del parásito adulto; lo aloja en el intestino, donde el gusano crece
hasta llegar a medir siete metros
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A pesar de las campañas de desparasitación
que se han emprendido para erradicar el mal, éste continúa siendo un grave
problema de salud
Científicos del Departamento
de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM
desarrollan vacunas y nuevos fármacos en contra del parásito que causa la
teniosis y cisticercosis, un grave problema de salud en México, informó el
doctor Abraham Landa Piedra.
El científico explicó que
ambos padecimientos son propios de la pobreza. A pesar de su fácil resolución
con medidas de higiene, educación y dotación de infraestructura sanitaria,
cifras del INEGI revelan que en 2002 se registraron, por cada 100 mil
habitantes, mil 364.6 decesos por infecciones intestinales ocasionadas por
diversos organismos y causas mal definidas; 484.3 muertes por amibiasis
intestinal, y 171.4 fallecimientos por ascáridos o lombrices.
Junto con un equipo de
colaboradores el especialista estudia a las enzimas esenciales de la Taenia
solium, causante de las enfermedades anteriores, en la búsqueda de moléculas
que las inactiven y destruyan.
Ese parásito tiene tres
estadios que conforman su ciclo biológico: huevo o embrión; larvaria o
cisticerco –que causa la cisticercosis–, y el gusano adulto –origen de la
teniosis–, añadió.
El ser humano es el único
hospedero definitivo de este último; al que aloja en el intestino, donde crece
hasta los siete metros. Es hermafrodita, pues se autofecunda. Tiene una cabeza
con ganchos que le permiten adherirse al intestino. Su cuerpo se compone de
segmentos, y en cada uno de ellos se producen hasta 60 mil huevos.
El portador arroja larvas
cuando defeca y contamina aguas, alimentos y entorno en general. Es capaz de
infectar gente y a cerdos que viven a su alrededor, causándoles cisticercosis.
Los huevos al llegar al
estómago interaccionan con los jugos gástricos, y en el intestino con las sales
biliares, pierden su cubierta y dejan salir al embrión. Éste penetra la barrera
intestinal, llega a los vasos linfáticos y sanguíneos para distribuirse por
todo el organismo. Al llegar a los tejidos se transforma en cisticerco.
Puede alcanzar al pulmón,
corazón y sistema nervioso central, dónde produce la forma más grave de la
enfermedad, la neurocisticercosis, ya que puede alojarse en regiones donde
altera las funciones vitales que se llevan a cabo en el cerebro. El mal puede cursar
sin síntomas o generar dolores de cabeza intensos, crisis convulsivas y
desmayos, o bien ocasionar la muerte.
Además puede obstruir las
válvulas cardiacas impidiendo el paso del flujo sanguíneo. Los ojos pueden ser
destruidos ocasionando ceguera. En contraste, en sitios como el hígado o la
piel pueden ser tolerados y no causar mayores problemas.
Las personas que consuman
carne de cerdo contaminada se enfermarán de Teniosis cerrando así el ciclo del
parásito, abundó el experto. En México la cisticercosis es endémica; datos de
hospitales indican que es una de las principales afecciones neurológicas. Por
ejemplo, alrededor del 50 por ciento de los pacientes con epilepsia son debido
a este padecimiento. Según el especialista hace falta realizar más estudios
epidemiológicos en toda la república para determinar el número real de gente
infectada.
Abraham Landa expuso que, a
pesar de las campañas de desparasitación, educación y desarrollo de
infraestructura sanitaria que se han emprendido para erradicar el mal, y que
han sido exitosas en el primer mundo, en nuestro país y otras naciones
subdesarrolladas no han funcionado porque la gente en los pueblos se desconoce
la repercusión de dicho gusano y las enfermedades que causa.
También soslaya hábitos
higiénicos adecuados, como cubrir las heces con cal o dejar de consumir
productos porcinos infectados. Por otro lado no se invierte en infraestructura
sanitaria, como dotar de drenaje y letrinas, así como de una inspección
adecuada en la matanza de estos animales.
Al ser una enfermedad de la
pobreza las compañías farmacéuticas no participan en la investigación para el
desarrollo de fármacos o vacunas que la prevengan, debido a que estos pacientes
no son compradores potenciales. Así, el estudio se realiza en Instituciones
públicas como la UNAM.
Aunque, reconoció, el mal que
se había erradicado de los países desarrollados está volviendo debido a la
migración de personas que llevan consigo al parásito.
Expuso que ya existen
medicamentos con un alto grado de efectividad que causan efectos secundarios en
los individuos que los toman y algunos helmintos han comenzado a adquirir
resistencia. "La idea es contribuir al diseño de una molécula inhibidora
específica, sin consecuencias para el individuo", abundó.
De esa manera, los
universitarios estudian la fisiología de Taenia solium, en especial su
metabolismo. Se han encontrado enzimas que son esenciales para que viva, por
ejemplo, la triosa-fosfato-isomerasa. Si no existe o está mutado el gen que la
produce en humanos y ratones, mueren.
El grupo del doctor Landa ha
aislado varios genes que codifican esas enzimas y producido otras,
recombinantes, las cuales ha caracterizado bioquímicamente. La idea es tratar de destruir su función,
para que los parásitos no produzcan energía, no se muevan y sean un blanco de
las defensas del hospedero; o bien se acumulen productos tóxicos que los maten,
señaló.
En colaboración con Arturo
Rojo, de la Universidad Autónoma Metropolitana, y de Adela Rodríguez, del
Instituto de Química, se tiene como meta cristalizar estas enzimas y elaborar,
con base en sistemas computacionales y bioquímicos, moléculas inhibidoras que
sirvan de sustento para la elaboración de nuevos fármacos específicos contra la
T. solium.
Este trabajo se encuentra en
la fase del descubrimiento de nuevas moléculas inhibitorias. Ahora, el doctor
Landa y su equipo participarán en el Megaproyecto del Genoma de Taenia Solium que
impulsa la UNAM.
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