Boletín UNAM-DGCS-943
Ciudad Universitaria
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VIOLATORIAS DE LOS DERECHOS HUMANOS LAS POLÍTICAS DE EXCLUSIÓN
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Estas garantías establecen una clara
relación entre individuo y Estado, sostuvo Ignacio Sosa, profesor de la FFyL de
la UNAM
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Se debe garantizar el respeto de los
derechos humanos individuales y sociales
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La democracia no se reduce al acto
electoral; requiere de eficiencia, transparencia y equidad en las instituciones
públicas, sostuvo
Las políticas de exclusión que
incrementan los índices de pobreza y falta de oportunidades han convertido a
los gobiernos de América Latina (AL) en violadores de los derechos humanos,
aseveró Ignacio Sosa, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de
la UNAM.
Refirió que de acuerdo con el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), en términos absolutos, en 18 países de la
región los niveles de miseria y desigualdad no han disminuido; en tanto que
desempleo e informalidad aumentaron.
En Latinoamérica estas
garantías establecen una clara relación entre individuo y Estado; en ese
sentido, este último está obligado a cumplir las leyes; si no lo hace,
automáticamente se convierte en trasgresor, añadió.
El académico explicó que hay dos formas de concebir a los
derechos humanos: “una pone énfasis en los individuales –pertenecen al tipo
liberal–; es decir, en el caso de México son los que están contenidos en los
primeros 27 artículos de la Constitución”.
Otra vertiente es la social,
abundó, relacionada con la democracia. No obstante, según el Informe de
Desarrollo Humano 2002, si bien 140 países del mundo viven bajo regímenes de
este tipo, sólo en 82 existen libertades plenas.
Si se considera que ese
sistema ofrece tres formas de igualdad: civil, política y social, se podría
entonces decir que con el liberalismo los derechos comunitarios son
conculcados, sostuvo.
Refirió que de acuerdo con el
PNUD la democracia no se reduce al acto electoral, sino que requiere de
eficiencia, transparencia y equidad en las instituciones públicas; así como de
una cultura que acepte la legitimidad de la oposición política y reconozca, y
abogue por la concurrencia de todos.
Sin embargo, abundó, la
creciente frustración por la falta de oportunidades, por los altos niveles de
pobreza y exclusión, se ha expresado en malestar, pérdida de confianza en el
sistema de poder, acciones radicalizadas y crisis de gobernabilidad, lo cual
pone en riesgo la estabilidad de los Estados.
Así, se colocan en tela de
juicio las libertades sociales, encubiertas bajo la categoría de soberanía, lo
cual a su vez plantea una contradicción entre las personas y el Estado,
recalcó.
Estos planteamientos pasan por
la historia reciente. En los setenta y ochenta se establecieron por la fuerza
regímenes represivos en AL, que lesionaron de forma constante la dignidad
humana, recordó. Cuando empieza el proceso de democratización cambia la
dinámica y se reconoce la existencia de otras conquistas fundamentales.
Si bien, dijo, en el Estado
actual ya no hay vulneración como ocurría durante las dictaduras militares, se
adoptó una dimensión en donde los indicadores sociales señalan un incremento en
los márgenes de carencias, marginación e impotencia.
Contrario a lo que apunta la
teoría, cada día las sociedades latinoamericanas son más inequitativas y
desiguales. A pesar de vivir en democracia se profundizan las diferencias entre
los grupos. No es posible ese saldo tan negativo; por ello, es urgente que se
establezcan directrices capaces de revertir este proceso, manifestó el
especialista.
Aunque hay Estados que han
identificado bien el problema y sus políticos lo han planteado en campañas
electores, aún no lo han podido resolver, porque no es posible hacerlo en el
corto plazo, aseveró.
Reiteró que remediar esta
situación es parte de las obligaciones de los regímenes del área: “No puede
haber una respuesta de carácter asistencialista, pues no se trata de una
cuestión de caridad”
Bajo este panorama urge
generar programas que promuevan el empleo y la redistribución de la riqueza. Se
requiere de una inversión social para beneficiar a toda la población, concluyó.
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Foto 01
La democracia no se reduce al acto
electoral, sino que requiere de eficiencia, transparencia y equidad en las
instituciones públicas, sostuvo Ignacio Sosa, profesor de FFyL de la UNAM.
Foto 02
En los setenta y ochenta se establecieron por la fuerza regímenes represivos en AL, que lesionaron de forma constante la dignidad humana, recordó el profesor de la UNAM Ignacio Sosa.