Boletín UNAM-DGCS-887
Ciudad Universitaria
Pies de fotos al final del boletín
SIN DERECHOS HUMANOS NO HAY DEMOCRACIA: JOSÉ
SARAMAGO
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El Premio Nobel de Literatura 1998 dictó en
la UNAM la conferencia inaugural de la Cátedra Extraordinaria que lleva su
nombre
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Mari Carmen Serra, coordinadora de
Humanidades, dijo que con José Saramago las palabras son piedras puestas
atravesando la corriente de un río
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La cátedra será un mirador de perspectiva
humana, ética y políticamente comprometida con la construcción de un mundo más
justo: Ambrosio Velasco, director de la FFyL
La democracia es el sistema
político en que con más lógica y naturalidad se espera que los derechos humanos
sean cumplidos. Por ello, sin ella no hay derechos humanos, y si estas
garantías individuales no se observan, tampoco existe ésta, aseguró José
Saramago, premio Nobel de literatura 1998.
En su segunda visita a la UNAM
en este año, agregó que cuando los derechos humanos no se cumplen y la
participación de los ciudadanos no pasa de una simple fachada, “vivimos en una
democracia puramente formal y no sustancial, una especie de comedia de engaños
en que todos mienten a todos, a la vez de que se van quejando de que el engaño
es tan convincente para que dejemos de pensar que esto podría ser diferente”.
Al dictar la conferencia
inaugural de la Cátedra Extraordinaria que lleva su nombre, organizada por la
Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM y el Instituto Camoes, el
ganador del premio Nobel de literatura dijo que “las palabras mismas no son
inocentes, aunque se puede decir que todos más o menos abusamos de una cierta
inocencia que la palabra tiene, porque está dispuesta a entregarse, a ser
usada. La cuestión no está en ella, sino en quien la usa”.
En el auditorio “Alfonso Caso”
donde se realizó y desde donde se transmitió la Cátedra inaugural a otros
espacios de la Universidad Nacional, recordó que en el tiempo de la dictadura
argentina la palabra libertad entonada por los verdugos, asesinos y
torturadores, sólo representó licencia para matar, torturar y destruir; pero
para muchos otros significaba autonomía para vivir, luchar y cambiar las cosas
en buena dirección. Era una misma expresión usada por asesinos y víctimas.
Por ello, asentó el autor de
Manual de pintura y caligrafía, hay que tener mucho cuidado cuando pronunciamos
un término, cualquiera que éste sea. Al igual que en Argentina la palabra
libertad no significaba lo mismo para unos y otros, la de justicia, escrita por
Miguel de Cervantes Saavedra en el siglo XVII, no tiene mucho que ver con la
justicia de hoy.
El autor de El año de la
muerte de Ricardo Reis y El evangelio según Jesucristo, señaló que cuando hablamos
de utopía, nos referimos a algo que estamos teniendo en algún lugar y tiempo, y
que nos gustaría que ocurriera ahora. Pero como eso no sucederá, le llamamos
utopía, porque no sabemos dónde, ni para cuando ni cómo se llegará a ello.
Saramago consideró que si
pudiera retirar alguna palabra del diccionario elegiría la de utopía, porque la
única utopía a la que podemos arribar y que quizá vamos a llegar todos,
incluyendo los mayores, es el día del mañana.
Agradeció que en la UNAM se
haya creado e instalado la Cátedra con su nombre y que mediante ella se puedan
desarrollar, en otro plan que no sea el didáctico, la difusión y el
conocimiento no sólo de la literatura sino también de la cultura portuguesa en
general.
“Es muy satisfactorio que esta
Cátedra se haya logrado en México, por el gran cariño que tenemos por este
país. Esperamos que algún día esta nación se levante y se ponga a andar con
todos sus miembros, de todos los colores y las razas, que nadie se quede atrás,
que todos avancen al mismo paso”.
En su oportunidad, Mari Carmen
Serra Puche, coordinadora de Humanidades, dijo que “con José Saramago las
palabras son piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están ahí
es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es la que importa,
Portugal y México son, en esta ocasión, la otra margen”.
Reconoció su contribución a la
literatura universal, las ciencias sociales y las humanidades, no sólo por sus
obras, sino por su actitud y postura frente a los principales problemas que
aquejan al mundo.
A su vez, el director de la
FFyL, Ambrosio Velasco, resaltó que esta Cátedra no sólo será el espacio para
el cultivo de las humanidades, la literatura en particular, sino también un
mirador de perspectiva humana, ética y políticamente comprometida con la
construcción de un mundo más justo, menos triste y más amable. Sólo así
podremos ser fieles al espíritu de nuestra Universidad y a la escritura de José
Saramago.
Sus libros están comprometidos
con la defensa de los pobres, especialmente de quienes sufren injusticias, que
es la mayor parte del género humano y de los pueblos. Por eso su literatura es
universal, y de sus obras se alimentan los hombres y las mujeres de buena
voluntad.
Por último, el ex embajador de
México en Portugal y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, José María
Pérez Gay, aseguró que una cátedra que lleva este nombre crea, sin duda, el
vínculo más duradero y es el regalo mayor entre dos países: México y Portugal.
Por su parte, el embajador de
Portugal en México, Francisco Henríques Da Silva, aseveró que la UNAM es el
lugar apropiado para difundir en México y en otros países de habla hispana la
lengua y cultura portuguesas, con energía perenne y un compromiso renovado.
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PIES DE FOTO
Foto 01
José María Pérez
Gay, Mari Carmen Serra, José Saramago, Francisco Henríques y Ambrosio Velasco
durante la inauguración de la Cátedra Extraordinaria que lleva el nombre del
Premio Nobel de Literatuta 1998.
Foto 02
Mari Carmen Serra
reconoció la contribución de José Saramago a la literatura universal, las
ciencias sociales y las humanidades, no sólo por sus obras, sino por su
actitud. A su lado el Premio Nobel de literatura, Ambrosio Velasco y Francisco
Henríques.
Foto 03
El escritor
portugués José Saramago durante la inauguración de la Cátedra Extraordinaria
que lleva su nombre, y que se impartirá en la Facultad de Filosofía y
Letras.