9:30 hrs.  01 de Diciembre  de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-887

Ciudad Universitaria

Pies de fotos al final del boletín

 

SIN DERECHOS HUMANOS NO HAY DEMOCRACIA: JOSÉ SARAMAGO

 

·        El Premio Nobel de Literatura 1998 dictó en la UNAM la conferencia inaugural de la Cátedra Extraordinaria que lleva su nombre

·        Mari Carmen Serra, coordinadora de Humanidades, dijo que con José Saramago las palabras son piedras puestas atravesando la corriente de un río

·        La cátedra será un mirador de perspectiva humana, ética y políticamente comprometida con la construcción de un mundo más justo: Ambrosio Velasco, director de la FFyL

 

La democracia es el sistema político en que con más lógica y naturalidad se espera que los derechos humanos sean cumplidos. Por ello, sin ella no hay derechos humanos, y si estas garantías individuales no se observan, tampoco existe ésta, aseguró José Saramago, premio Nobel de literatura 1998.

 

En su segunda visita a la UNAM en este año, agregó que cuando los derechos humanos no se cumplen y la participación de los ciudadanos no pasa de una simple fachada, “vivimos en una democracia puramente formal y no sustancial, una especie de comedia de engaños en que todos mienten a todos, a la vez de que se van quejando de que el engaño es tan convincente para que dejemos de pensar que esto podría ser diferente”.

 

Al dictar la conferencia inaugural de la Cátedra Extraordinaria que lleva su nombre, organizada por la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM y el Instituto Camoes, el ganador del premio Nobel de literatura dijo que “las palabras mismas no son inocentes, aunque se puede decir que todos más o menos abusamos de una cierta inocencia que la palabra tiene, porque está dispuesta a entregarse, a ser usada. La cuestión no está en ella, sino en quien la usa”.

 

En el auditorio “Alfonso Caso” donde se realizó y desde donde se transmitió la Cátedra inaugural a otros espacios de la Universidad Nacional, recordó que en el tiempo de la dictadura argentina la palabra libertad entonada por los verdugos, asesinos y torturadores, sólo representó licencia para matar, torturar y destruir; pero para muchos otros significaba autonomía para vivir, luchar y cambiar las cosas en buena dirección. Era una misma expresión usada por asesinos y víctimas.

 

Por ello, asentó el autor de Manual de pintura y caligrafía, hay que tener mucho cuidado cuando pronunciamos un término, cualquiera que éste sea. Al igual que en Argentina la palabra libertad no significaba lo mismo para unos y otros, la de justicia, escrita por Miguel de Cervantes Saavedra en el siglo XVII, no tiene mucho que ver con la justicia de hoy.

 

El autor de El año de la muerte de Ricardo Reis y El evangelio según Jesucristo, señaló que cuando hablamos de utopía, nos referimos a algo que estamos teniendo en algún lugar y tiempo, y que nos gustaría que ocurriera ahora. Pero como eso no sucederá, le llamamos utopía, porque no sabemos dónde, ni para cuando ni cómo se llegará a ello.

 

Saramago consideró que si pudiera retirar alguna palabra del diccionario elegiría la de utopía, porque la única utopía a la que podemos arribar y que quizá vamos a llegar todos, incluyendo los mayores, es el día del mañana.

 

Agradeció que en la UNAM se haya creado e instalado la Cátedra con su nombre y que mediante ella se puedan desarrollar, en otro plan que no sea el didáctico, la difusión y el conocimiento no sólo de la literatura sino también de la cultura portuguesa en general.

 

“Es muy satisfactorio que esta Cátedra se haya logrado en México, por el gran cariño que tenemos por este país. Esperamos que algún día esta nación se levante y se ponga a andar con todos sus miembros, de todos los colores y las razas, que nadie se quede atrás, que todos avancen al mismo paso”.

 

En su oportunidad, Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades, dijo que “con José Saramago las palabras son piedras puestas atravesando la corriente de un río. Si están ahí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es la que importa, Portugal y México son, en esta ocasión, la otra margen”.

 

Reconoció su contribución a la literatura universal, las ciencias sociales y las humanidades, no sólo por sus obras, sino por su actitud y postura frente a los principales problemas que aquejan al mundo.

 

A su vez, el director de la FFyL, Ambrosio Velasco, resaltó que esta Cátedra no sólo será el espacio para el cultivo de las humanidades, la literatura en particular, sino también un mirador de perspectiva humana, ética y políticamente comprometida con la construcción de un mundo más justo, menos triste y más amable. Sólo así podremos ser fieles al espíritu de nuestra Universidad y a la escritura de José Saramago.

 

Sus libros están comprometidos con la defensa de los pobres, especialmente de quienes sufren injusticias, que es la mayor parte del género humano y de los pueblos. Por eso su literatura es universal, y de sus obras se alimentan los hombres y las mujeres de buena voluntad.

 

Por último, el ex embajador de México en Portugal y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, José María Pérez Gay, aseguró que una cátedra que lleva este nombre crea, sin duda, el vínculo más duradero y es el regalo mayor entre dos países: México y Portugal.

 

Por su parte, el embajador de Portugal en México, Francisco Henríques Da Silva, aseveró que la UNAM es el lugar apropiado para difundir en México y en otros países de habla hispana la lengua y cultura portuguesas, con energía perenne y un compromiso renovado.

 

 

 

 

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PIES DE FOTO

 

Foto 01

 

José María Pérez Gay, Mari Carmen Serra, José Saramago, Francisco Henríques y Ambrosio Velasco durante la inauguración de la Cátedra Extraordinaria que lleva el nombre del Premio Nobel de Literatuta 1998.

 

 

Foto 02

 

Mari Carmen Serra reconoció la contribución de José Saramago a la literatura universal, las ciencias sociales y las humanidades, no sólo por sus obras, sino por su actitud. A su lado el Premio Nobel de literatura, Ambrosio Velasco y Francisco Henríques.

 

 

Foto 03

 

El escritor portugués José Saramago durante la inauguración de la Cátedra Extraordinaria que lleva su nombre, y que se impartirá en la Facultad de Filosofía y Letras.