06:00 hrs. Noviembre 20 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-853

Ciudad Universitaria

 

 

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REGENERAN CIENTÍFICOS DE LA UNAM HUESOS Y PIEL CON MATERIALES BIOCERÁMICOS

 

 

·        Integrantes del Instituto de Investigaciones en Materiales diseñan estos productos a partir de hidroxiapatita y zeolita enriquecida con calcio y zinc

·        Tienen la ventaja de que son compatibles con los pacientes y no producen efectos adversos

·        Se emplean para tratar, aumentar, completar o reemplazar tejidos vivos y órganos como huesos, ligamentos, tendones, nariz, orejas, ojos y dientes, entre otros

 

 

Científicos del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de la UNAM desarrollaron materiales sintéticos que sirven para reemplazar hueso y piel herida o quemada, además de que no producen reacciones adversas, se pueden producir en grandes cantidades y de manera anticipada para su disponibilidad inmediata.

 

La ventaja de estos biomateriales es su compatibilidad con el organismo humano, además no producen efectos adversos, porque se adaptan cuando entran en contacto con tejidos y líquidos fisiológicos, que se emplean para tratar, aumentar, completar o reemplazar tejidos vivos y órganos como huesos, ligamentos, tendones, nariz, orejas, ojos y dientes, entre otros.

 

 

Asimismo, demuestran la calidad del trabajo científico unamita, la forma en que la ciencia y la tecnología contribuyen a resolver diversos problemas sociales, relacionados con áreas como el de la salud, el desarrollo tecnológico y el aprovechamiento de materiales diversos.

 

Encabezados por María Cristina Piña Barba, se dedican a diseñar estos biocerámicos –o cerámicos tecnológicos– a partir de hidroxiapatita (un mineral que, además de encontrarse en la naturaleza, lo producimos en nuestro cuerpo a 37 °C) y zeolita (otro mineral) enriquecida con calcio y zinc.

 

En entrevista, Piña Barba habló acerca de estas investigaciones y sus aplicaciones en pacientes accidentados. “El hueso es un tejido conjuntivo duro; su parte orgánica está constituida por colágena, nervios, grasa y vasos sanguíneos, principalmente; y su parte inorgánica, por hidroxiapatita”.

 

Normalmente, recordó, en caso de pérdidas óseas por accidente, infección u otra causa, los médicos recurren al llamado homoinjerto: al paciente le quitan una parte de hueso (generalmente de la cadera) y lo implantan en el sitio afectado. Sin embargo, con los biocerámicos este procedimiento ya se puede evitar con enormes ventajas para la salud y el estado anímico del paciente.

 

El uso de la hidroxiapatita permite este innovador proceso. No obstante, señaló Piña Barba, el mineral que se extrae de las minas no sirve para elaborar implantes óseos, porque está contaminado. “Por eso se obtiene en laboratorio, mediante reacciones químicas, en forma de polvo cristalino de alta pureza. Posteriormente, lo compactamos y sometemos a altas temperaturas (más de mil 200 °C) para sintetizarlo y formar con él piezas geométricas de gran resistencia y dureza”.

 

También se puede utilizar un elemento biológico como biomaterial, con la condición de que no tenga compuestos que ocasionen su rechazo por parte del paciente, comentó.

 

“Por ejemplo, se trata químicamente el pericardio de bovino para aprovecharlo en la ‘reparación’ de úlceras en humanos. Asimismo, obtenemos matrices a partir de hueso poroso del mismo origen; aunque antes retiramos todo el material orgánico y lo trabajamos para evitar que sea rechazado”, explicó la investigadora.

 

Al implantarle una matriz con esas características, el organismo del paciente la reconoce como propia y comienza a poblarla con células. Éstas crecen y se reproducen hasta regenerar en poco tiempo el hueso dañado.

 

Estos procedimientos han sido probados con éxito en más de 60 pacientes con problemas de ortopedia, en el Centro Nacional de Rehabilitación.

 

La hidroxiapatita también permite elaborar prótesis oculares que ya han sido experimentadas en el Centro Médico Nacional y el Hospital de la Luz. Así, a los tuertos, por ejemplo, en vez de un ojo de vidrio fijo y pesado se les puede implantar una esfera de este mineral ligero y poroso, además de barato, ya que en el mercado externo cuesta entre 15 y 20 mil pesos y en el IIM sólo tres mil, subrayó.

 

“Al cabo de seis meses –apuntó Piña Barba–, el tejido conjuntivo la penetra, fijándola en la cavidad ocular. Ahora bien, debido a que se pueden coser los músculos que hacen que se mueva el ojo, éste logra moverse de manera sincronizada con el otro. Aun más: si sobre la esfera de hidroxiapatita se pone una lentilla con un iris pintado o grabado, difícilmente alguien podría notar el injerto”.

 

La hidroxiapatita se usa, además, en implantes dentales, sistemas percutáneos, tratamientos periodentales, otorrinolaringología y cirugía maxilofacial y espinal. Inyectada bajo la piel, quita arrugas y rellena huecos óseos en cara o cabeza.

 

Para reconstituir diferentes tipos de heridas o alteraciones en la piel, como quemaduras, abrasiones, contusiones, laceraciones y punciones, en el Instituto se hizo, a partir de zeolita un biocerámico para regenerarla y lograr una cicatrización más rápida. Otras aplicaciones tienen que ver, por ejemplo, con la diabetes.

 

“Cuando un diabético tiene avanzada su enfermedad, la enorme cantidad de azúcar en su sangre impide que una herida en un pie, por ejemplo, cicatrice, y como éste se encuentra expuesto a infecciones, a veces es preferible cortárselo”, abundó.

 

En Cuautla, en colaboración con Carlos García Arámbula, de la Universidad Autónoma de Morelos y médico de la Clínica Reforma, el grupo del IIM aplicó este biocerámico y salvó los pies a 24 de 25 diabéticos, refirió. Por si fuera poco, mencionó la investigadora, este biomaterial tiene otra ventaja: estimula el crecimiento normal de pelo.

 

Este año se publicaron en la Gaceta Médica los resultados de las pruebas en animales. Falta, no obstante, su seguimiento en hospitales, concluyó. 

 

 

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Foto 1

María Cristina Piña, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, encabeza el grupo de científicos universitarios que desarrollan materiales sintéticos para reemplazar hueso y piel herida o quemada.

 

Foto 2

En la UNAM se diseñan materiales biocerámicos con base en hidroxiapatita (mineral que se encuentra en la naturaleza y lo produce el cuerpo humano a cierta temperatura) y zeolita (otro mineral) enriquecida con calcio y zinc.