10:00 hrs. Noviembre 18 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-851

Ciudad Universitaria

 

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INSTALAN LA CÁTEDRA LUIS CERNUDA, EN LA UNAM

 

·        Apoyada por las universidades Nacional Autónoma de México y de Sevilla, la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras y el Banco Santander Central Hispano

·        Busca fortalecer el diálogo sobre la lengua y hacer de la poesía una victoria constante de la luz sobre la oscuridad, expresó la coordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra Puche

 

Las universidades Nacional Autónoma de México y de Sevilla (US), además de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, con el apoyo del Banco Santander Central Hispano, instalaron la Cátedra Luis Cernuda para fortalecer el diálogo sobre la lengua y hacer de la poesía una victoria constante de la luz sobre la oscuridad.

 

Durante la ceremonia, la coordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra Puche, afirmó lo anterior al aseverar que establecer esta Cátedra en la UNAM es una forma de que el autor andaluz regrese a esta casa de estudios, que tuvo el privilegio de contarlo como uno de los suyos.

 

Luis Cernuda es el poeta de ayer, hoy y mañana. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), externó que, tuvo entre sus alumnos a quienes después han sido escritores y formadores de nuevos discípulos y creadores.

 

En el auditorio del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Serra Puche resaltó que era hombre de pocas palabras. Para compensar, dedicó su atenta lectura de los románticos para escribir su libro Pensamiento poético en lírica inglesa, cuya primera aparición se dio en la imprenta universitaria y fue muchas veces reeditado.

 

En 2002, centenario del natalicio del poeta español, recordó, la FFyL le dedicó un coloquio donde participaron profesores, escritores de la generación de “Pantla” como Federico Patán, Arturo Soto y Horacio López Suárez. Todos crecidos en la misma tierra, la de en medio, donde Cernuda eligió vivir la última década de su vida.

 

En su oportunidad, el director de la Revista Universidad de México, Ignacio Solares, presentó la Cátedra y leyó una semblanza de Luis Cernuda. Con la primera, precisó, se propone el acercamiento, la colaboración permanente y fecunda que posibilite tanto el intercambio académico como el desarrollo de las letras y las humanidades, mediante el ejercicio de la docencia e investigación del más alto nivel.

 

Es, puntualizó, un acto de justicia con quien aportó a la lengua castellana, a la poesía, a los poetas mexicanos y a una generación de estudiantes y maestros de la UNAM –primero con el curso de poesía española y luego con la cátedra de teatro francés y español del siglo XVII– una visión del mundo y del hombre mismo.

 

Para quien, desdeñoso de la fama, escribió no sólo con su obra sino con su vida un camino por donde tanto hemos transitado, desde entonces, quienes gustamos de las letras españolas. Por eso es el poeta más moderno de la generación del 27. Es uno de los bardos más notables del siglo XX, ciudadano universal, indicó. Fue en su ciudad natal donde escribió el libro Perfil del aire, conoció a sus compañeros de generación, obtuvo el título de licenciado en Derecho y participó en el Ateneo de Sevilla.

 

Luego de señalar que México le abrió las puertas en 1949 –“último refugio de su viaje solitario”–, añadió que en todos los lugares por donde pasó dejó una estela de influencia, porque “fue una de esas figuras que resultan fundamentales para las dos orillas del océano”.

 

Ignacio Solares indicó que esfuerzos institucionales como éste posibilitan el intercambio de las ideas y enriquecen el universo conceptual que determina la formación de los estudiantes. A través de la docencia e investigación desempeñadas por profesores provenientes de otras latitudes y realidades, se afinan las nociones, se amplía la imaginación y se expande el conocimiento.

 

De la relación entre ambas universidades, recordó, se formalizó hace 23 años mediante un convenio de colaboración académica, pero el vínculo tenía ya una larga trayectoria, pues muchos académicos reconocidos de la US aportaron a la UNAM, sobre todo a partir de los años 40 y con el exilio, ideas, conocimientos y convicciones sin los cuales nuestra Universidad no sería lo que hoy es.

 

Las dos instituciones de educación superior, abundó, están ligadas por su historia y coinciden en su perfil humanista, en apoyo a las bellas artes y en los fines de enseñanza, investigación y difusión de la cultura.

 

Como la US, esta casa de estudios fue fundada en el siglo XVI y atravesó por un largo periodo de renovación en el XVIII, debido a las reformas borbónicas, mediante las cuales se fortalecieron sus seminarios científicos. De esta misma época data la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras.

 

Las tres instituciones tienen una historia común de esfuerzos, crecimiento, retos y logros, avances que permiten ver hacia el porvenir con una certeza que, desde la educación superior y con el trabajo conjunto de artistas y científicos, se puede contribuir de manera decisiva al desarrollo de una mejor sociedad, más humana y noble.

 

Por su parte, la vicerrectora de la Universidad de Sevilla, Mari Cruz Arcos, agradeció el apoyo de la UNAM, al expresar la importancia de la instalación de la Cátedra Luis Cernuda, quien, dijo, sirvió como momento estelar de encuentro entre las dos universidades, la Academia y el Banco Santander. Sin este último, consideró, no se hubiera logrado concretar.

 

 

Al dictar la conferencia inaugural De ognos a variaciones sobre el tema mexicano. La infancia recobrada, de Luis Cernuda, el presidente de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, Rogelio Reyes Cano, dijo que en la ciudad española nació el poeta, mientras que en México vivió, murió y descansan sus restos. Además, destacó las afinidades que en ese personaje unen a Sevilla y la Ciudad de México.

 

Comentó que en 1928 el poeta salió de su lugar de nacimiento para siempre; no volvió más y mantuvo, a lo largo de su vida, una relación de amor–odio, y alterna las más duras críticas con la evocación de sus más dulces recuerdos de infancia y juventud, así como el inevitable aspecto sentimental de las raíces.

 

El doctor en Filosofía y letras leyó algunos poemas del sevillano, al exponer que con el paso del tiempo el autoexilio se convirtió en irreversible. El estado de cosas subsiguientes a la Guerra Civil, dijo, determinaron su dramático peregrinaje hasta su definitivo anclaje en tierra mexicana.

 

Explicó los exilios de Luis Cernuda desde la perspectiva de su historia interna y el papel fundamental que esos sucesivos destierros influyeron en su peculiar personalidad, agitada vida y visión del mundo.

 

Nunca fue una persona de trato fácil, acotó, su tendencia a la soledad, su insobornable espíritu crítico, extremada susceptibilidad e hiriente altivez defensiva, reflejaron una contextura mental y emocional nada común.

 

Era de esos sevillanos de honda vida interior y exquisita figura intelectual que nada tienen que ver con el estereotipo inventado por el folklorismo del siglo XIX, destacó. En esa veta personalista y ensimismada donde se encuentran bastantes claves de sus conflictos internos y de su difícil relación con el mundo, articulada en una sucesión de lugares que marcaron su larga y siempre azarosa vida de auténtico transterrado, lejos de su patria y de su gente, concluyó.

 

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PIES DE FOTO

 

FOTO 01

 

Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades de la UNAM, y Mari Cruz Arcos, vicerrectora de la Universidad de Sevilla, durante la instalación de la Cátedra Luis Cernuda.

 

 

FOTO 02

 

Mari Cruz Arcos, vicerrectora de la Universidad de Sevilla, Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades de la UNAM, e Ignacio Solares, director de la Revista Universidad de México, instalaron la Cátedra Luis Cernuda.