Boletín UNAM-DGCS-851
Ciudad Universitaria
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INSTALAN LA CÁTEDRA LUIS CERNUDA, EN LA UNAM
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Apoyada por las universidades Nacional
Autónoma de México y de Sevilla, la Real Academia Sevillana de las Buenas
Letras y el Banco Santander Central Hispano
· Busca fortalecer el diálogo sobre la lengua y hacer de la poesía una victoria constante de la luz sobre la oscuridad, expresó la coordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra Puche
Las universidades Nacional
Autónoma de México y de Sevilla (US), además de la Real Academia Sevillana de
las Buenas Letras, con el apoyo del Banco Santander Central Hispano, instalaron
la Cátedra Luis Cernuda para fortalecer el diálogo sobre la lengua y hacer de
la poesía una victoria constante de la luz sobre la oscuridad.
Durante la ceremonia, la
coordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra Puche, afirmó lo anterior al
aseverar que establecer esta Cátedra en la UNAM es una forma de que el autor
andaluz regrese a esta casa de estudios, que tuvo el privilegio de contarlo
como uno de los suyos.
Luis Cernuda es el poeta de
ayer, hoy y mañana. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL),
externó que, tuvo entre sus alumnos a quienes después han sido escritores y
formadores de nuevos discípulos y creadores.
En el auditorio del Instituto
de Investigaciones Bibliográficas, Serra Puche resaltó que era hombre de pocas
palabras. Para compensar, dedicó su atenta lectura de los románticos para
escribir su libro Pensamiento poético en lírica inglesa, cuya primera aparición
se dio en la imprenta universitaria y fue muchas veces reeditado.
En 2002, centenario del
natalicio del poeta español, recordó, la FFyL le dedicó un coloquio donde
participaron profesores, escritores de la generación de “Pantla” como Federico
Patán, Arturo Soto y Horacio López Suárez. Todos crecidos en la misma tierra,
la de en medio, donde Cernuda eligió vivir la última década de su vida.
En su oportunidad, el director
de la Revista Universidad de México, Ignacio Solares, presentó la Cátedra y
leyó una semblanza de Luis Cernuda. Con la primera, precisó, se propone el
acercamiento, la colaboración permanente y fecunda que posibilite tanto el
intercambio académico como el desarrollo de las letras y las humanidades,
mediante el ejercicio de la docencia e investigación del más alto nivel.
Es, puntualizó, un acto de justicia con
quien aportó a la lengua castellana, a la poesía, a los poetas mexicanos y a
una generación de estudiantes y maestros de la UNAM –primero con el curso de
poesía española y luego con la cátedra de teatro francés y español del siglo
XVII– una visión del mundo y del hombre mismo.
Para quien, desdeñoso de la
fama, escribió no sólo con su obra sino con su vida un camino por donde tanto
hemos transitado, desde entonces, quienes gustamos de las letras españolas. Por
eso es el poeta más moderno de la generación del 27. Es uno de los bardos más
notables del siglo XX, ciudadano universal, indicó. Fue en su ciudad natal
donde escribió el libro Perfil del aire, conoció a sus compañeros de generación,
obtuvo el título de licenciado en Derecho y participó en el Ateneo de Sevilla.
Luego de señalar que México le
abrió las puertas en 1949 –“último refugio de su viaje solitario”–, añadió que
en todos los lugares por donde pasó dejó una estela de influencia, porque “fue
una de esas figuras que resultan fundamentales para las dos orillas del
océano”.
Ignacio Solares indicó que
esfuerzos institucionales como éste posibilitan el intercambio de las ideas y
enriquecen el universo conceptual que determina la formación de los
estudiantes. A través de la docencia e investigación desempeñadas por
profesores provenientes de otras latitudes y realidades, se afinan las
nociones, se amplía la imaginación y se expande el conocimiento.
De la relación entre ambas universidades,
recordó, se formalizó hace 23 años mediante un convenio de colaboración
académica, pero el vínculo tenía ya una larga trayectoria, pues muchos
académicos reconocidos de la US aportaron a la UNAM, sobre todo a partir de los
años 40 y con el exilio, ideas, conocimientos y convicciones sin los cuales
nuestra Universidad no sería lo que hoy es.
Las dos instituciones de
educación superior, abundó, están ligadas por su historia y coinciden en su
perfil humanista, en apoyo a las bellas artes y en los fines de enseñanza,
investigación y difusión de la cultura.
Como la US, esta casa de
estudios fue fundada en el siglo XVI y atravesó por un largo periodo de
renovación en el XVIII, debido a las reformas borbónicas, mediante las cuales
se fortalecieron sus seminarios científicos. De esta misma época data la Real
Academia Sevillana de las Buenas Letras.
Las tres instituciones tienen
una historia común de esfuerzos, crecimiento, retos y logros, avances que
permiten ver hacia el porvenir con una certeza que, desde la educación superior
y con el trabajo conjunto de artistas y científicos, se puede contribuir de
manera decisiva al desarrollo de una mejor sociedad, más humana y noble.
Por su parte, la vicerrectora
de la Universidad de Sevilla, Mari Cruz Arcos, agradeció el apoyo de la UNAM,
al expresar la importancia de la instalación de la Cátedra Luis Cernuda, quien,
dijo, sirvió como momento estelar de encuentro entre las dos universidades, la
Academia y el Banco Santander. Sin este último, consideró, no se hubiera
logrado concretar.
Al dictar la conferencia
inaugural De ognos a variaciones sobre el tema mexicano. La infancia recobrada,
de Luis Cernuda, el presidente de la Real Academia Sevillana de las Buenas
Letras, Rogelio Reyes Cano, dijo que en la ciudad española nació el poeta,
mientras que en México vivió, murió y descansan sus restos. Además, destacó las
afinidades que en ese personaje unen a Sevilla y la Ciudad de México.
Comentó que en 1928 el poeta
salió de su lugar de nacimiento para siempre; no volvió más y mantuvo, a lo
largo de su vida, una relación de amor–odio, y alterna las más duras críticas
con la evocación de sus más dulces recuerdos de infancia y juventud, así como
el inevitable aspecto sentimental de las raíces.
El doctor en Filosofía y
letras leyó algunos poemas del sevillano, al exponer que con el paso del tiempo
el autoexilio se convirtió en irreversible. El estado de cosas subsiguientes a
la Guerra Civil, dijo, determinaron su dramático peregrinaje hasta su
definitivo anclaje en tierra mexicana.
Explicó los exilios de Luis
Cernuda desde la perspectiva de su historia interna y el papel fundamental que
esos sucesivos destierros influyeron en su peculiar personalidad, agitada vida
y visión del mundo.
Nunca fue una persona de trato
fácil, acotó, su tendencia a la soledad, su insobornable espíritu crítico,
extremada susceptibilidad e hiriente altivez defensiva, reflejaron una
contextura mental y emocional nada común.
Era de esos sevillanos de
honda vida interior y exquisita figura intelectual que nada tienen que ver con
el estereotipo inventado por el folklorismo del siglo XIX, destacó. En esa veta
personalista y ensimismada donde se encuentran bastantes claves de sus
conflictos internos y de su difícil relación con el mundo, articulada en una
sucesión de lugares que marcaron su larga y siempre azarosa vida de auténtico
transterrado, lejos de su patria y de su gente, concluyó.
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PIES DE FOTO
FOTO 01
Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades
de la UNAM, y Mari Cruz Arcos, vicerrectora de la Universidad de Sevilla,
durante la instalación de la Cátedra Luis Cernuda.
FOTO 02
Mari Cruz Arcos, vicerrectora de la Universidad de
Sevilla, Mari Carmen Serra Puche, coordinadora de Humanidades de la UNAM, e
Ignacio Solares, director de la Revista Universidad de México, instalaron la
Cátedra Luis Cernuda.