06:00 hrs. Noviembre 14 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-837

Ciudad Universitaria

 

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NUEVA ETAPA DE DESARROLLO DEL INSTITUTO DE BIOLOGÍA

 

·        René Drucker dijo que el Sistema de Informática para la Biodiversidad y el Ambiente es un proyecto de largo plazo que marca una nueva forma de hacer ciencia en esta casa de estudios

·        La UNAM es más que una institución de educación superior, porque además de docencia e investigación, coadyuva a la resolución de problemas: Rosaura Ruiz

 

El Instituto de Biología (IB) de la UNAM ha contribuido de forma importante al desarrollo de diversas áreas de la especialidad en nuestro país. Al cumplir 75 años entra en una nueva etapa de desarrollo que se completará con gran éxito en los próximos años, coincidieron Rosaura Ruiz, secretaria de Desarrollo Institucional, y René Drucker Colín, coordinador de la Investigación Científica.

 

En este marco Drucker Colín destacó el Sistema de Informática para la Biodiversidad y el Ambiente (SIBA) que impulsa ese Instituto e involucra a 15 entidades más es un proyecto de largo plazo que define la nueva forma de hacer ciencia en esta casa de estudios.

 

A su vez, la secretaria de Desarrollo Institucional, mencionó que el IB comienza un nuevo periodo en un contexto mundial en el cual la tecnociencia ha sido la base del desarrollo, sobre todo en los últimos años.

 

De ahí la importancia del SIBA, que inaugura un nuevo momento para la ciencia en esa dependencia, resaltó Rosaura Ruiz. La UNAM es más que una institución de educación superior, porque además de dedicarse a la investigación y la docencia, brinda múltiples servicios al país y coadyuva a la resolución de sus problemas

 

René Drucker recordó que la Universidad ha realizado magnificas aportaciones al conocimiento, tarea en la que es indispensable efectuar cambios para no perder el lugar preponderante de la UNAM y por ello se requiere la participación y colaboración de expertos de diferentes disciplinas.

 

El trabajo multi e interdisciplinario contribuirá a lograr la mejor integración de la información que ella misma genera, abundó el coordinador de la Investigación Científica.

 

La que se obtenga y acumule del SIBA, generada en el Subsistema de la Investigación Científica mediante las propuestas de los directores de las 16 instituciones, producirá datos fundamentales para México, inclusive en los campos de la seguridad nacional, por ello adquiere mayor importancia e interés que la UNAM encabece este esfuerzo, subrayó.

 

Además, Drucker Colín expuso que en momentos en que estamos inmersos en la disyuntiva de si la ciencia es útil o no, si se debe apoyar o no, “proyectos de esta envergadura demuestran al país, a los ciudadanos y autoridades, que los universitarios, cumplimos con las tareas que nos ha encomendado la nación”.

 

Acompañado de los investigadores eméritos Bernardo Villa y Teófilo Herrera, reiteró que el desarrollo de trabajos multidisciplinarios, como SIBA, redundará en enormes beneficios. Además, dijo, este Subsistema ha iniciado una nueva etapa en la cual se buscan mecanismos oportunos para emprender grandes proyectos, estratégicos para la Universidad y el país.

 

La UNAM no puede trabajar como lo hizo en el pasado, es decir, con sus investigadores laborando de manera aislada, sin relación con especialistas de otras disciplinas e instituciones, consideró. Necesita nuevos modelos para hacer ciencia y asegurar su mayor impacto.

 

En su oportunidad, Tila María Pérez Ortiz, directora del IB, recordó que en el Diario Oficial de 1929, en el cual se expidió la Autonomía de esta casa de estudios, se lee en la última página: “El Instituto de Biología quedará formado por la actual Dirección de Estudios Biológicos, dependiente de la Secretaría de Agricultura y Fomento...”.

 

Sin embargo, no fue sino cuatro meses después, el 9 de noviembre, que la dependencia entró en funciones en la Casa del Lago, siendo Isaac Ochoterena su primer director.

 

Al iniciar sus labores, sostuvo, se dedicó a la investigación de los fenómenos biológicos mediante once secciones: biología general e histología; botánica; hidrobiología, herpetología e ictiología; helmintología; malacología y carcinología; paleontología, farmacología, química y fisiología. Por ello, no es de extrañar que del IB se desprendieran años más tarde los institutos de Fisiología Celular, Ciencias del Mar y Limnología, y Ecología.

 

A 75 años de su fundación, es una de las más grandes y complejas entidades de la UNAM dedicadas a la generación del conocimiento. Sus 150 académicos se agrupan en los departamentos de Botánica y Zoología, además del Jardín Botánico. También cuenta con las estaciones de biología tropical “Los Tuxtlas” y “Chamela”.

 

Desde sus orígenes ha mantenido la responsabilidad de formar, enriquecer, custodiar y estudiar las Colecciones Biológicas Nacionales –el Herbario Nacional, cuyo acervo sobrepasa el millón de ejemplares, y las 10 colecciones de zoología–, elementos fundamentales para el Instituto y valioso patrimonio de la Universidad y del país.

 

“En la medida en que se ha vuelto más urgente conservar la biodiversidad ha surgido la necesidad de tener información taxonómica oportuna y de alta calidad”, refirió. Así, el objetivo estratégico del IB y el eje central de su desarrollo radica en la creación de la Unidad de Informática de la Biodiversidad (UNIBIO).

 

La iniciativa busca ordenar, sistematizar y analizar el enorme patrimonio de flora y fauna que posee. Se trata de conectar las distintas bases de datos de las colecciones, agregando campos de coordenadas geográficas e imágenes digitales para analizar la biodiversidad y hacer proyecciones sobre las especies.

 

UNIBIO se conectará junto con las unidades de otras áreas mediante un Portal de Biodiversidad y Ciencias Ambientales del SIBA, que a su vez será parte de otro proyecto universitario llamado Sistema de Información Digital (SIDI), el cual permitirá el acceso a todo el acervo que existe en la UNAM, tanto de ciencias como de humanidades.

 

En ese sentido, la Universidad reformula sus principios de hacer ciencia para lograr una mayor integridad, finalizó la funcionaria.

 

Durante su participación, Antonio Lot, en representación de los ex directores, recordó que en 1929, año de la autonomía universitaria, emergió el nombre del IB como una de las primeras instituciones de investigación científica de la Universidad Nacional.

 

Este día no sólo debemos celebrarlo por la edad alcanzada, sino por la construcción de una entidad de gran abolengo en la que se han formado numerosos investigadores; algunos, destacados líderes.

 

Lo que distingue al Instituto de otros centros son los acervos de las mejores colecciones biológicas nacionales y su especializada biblioteca, custodio de un resguardo importante y único de documentos valiosos sobre la historia natural de México.

 

Manifestó que el manejo inteligente de la información proveniente de los registros biológicos institucionales para dar servicio a la sociedad, deja de ser un anhelo de la comunidad científica para convertirse en una realidad, a través de la UNIBIO.

 

En la ceremonia también se anunció que el IB adquirió un secuenciador de 16 capilares, el cual servirá de apoyo al posgrado en Ciencias Biológicas, y se presentó el libro Iconografía y Estudio de Plantas Acuáticas de la Ciudad de México y sus alrededores, obra conmemorativa del aniversario.

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PIES DE FOTO

 

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René Drucker, coordinador de la Investigación Científica, saluda a los investigadores eméritos Bernardo Villa y Teófilo Herrera, previo a la presentación del Sistema de Informática para la Biodiversidad y el Ambiente que impulsa el Instituto de Biología de la UNAM.

 

 

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Tila María Pérez, René Drucker y Rosaura Ruiz durante la presentación del Sistema de Informática para la Biodiversidad y el Ambiente que impulsa el Instituto de Biología de la UNAM, en el 75 aniversario de su fundación.

 

 

FOTO 03

 

Antonio Lot, en representación de los ex directores del Instituto de Biología de la UNAM, recordó que esta entidad fue una de las primeras instituciones de investigación científica de la Universidad.