13:00 hrs. Noviembre 9 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-819

Ciudad Universitaria

 

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MISOGINIA, FRENO DEL AVANCE LATINOAMERICANO

 

·        Esa característica designa una conjugación de temor, rechazo y odio a las mujeres y a lo femenino

·        Dijo Daniel Cazés Menache, director del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias y Humanidades de la UNAM

·        Marisa Belausteguigoitia, directora del PUEG, dictó la conferencia Los Caracoles como pedagogía zapatista: tiempo y espacio del sujeto femenino indígena

 

La situación actual latinoamericana no cambiará si no se elimina de ella la misoginia, que designa una conjugación de temor, rechazo y odio a las mujeres y a lo femenino; además, abarca mentalidades, acciones y predisposiciones, afirmó Daniel Cazés Menache, director del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias y Humanidades de la UNAM.

 

En realidad, dijo, ese concepto está presente, imbuido, en todas las sociedades del mundo. “Se liga de manera indisoluble a la condición masculina universal, tal vez de forma más inconsciente que voluntaria; es la concepción de que ser hombre es lo mejor que les puede suceder a las personas”.

 

La misoginia, referida precisamente a todas las formas en que a las mujeres se les asigna de manera sutil o violenta todo lo que se considera negativo y nocivo, conforma el ambiente donde se desarrolla la cotidianidad, expresó.

 

“Es la esfera ideológica y moral donde se matizan los conocimientos, se elaboran y procesan los prejuicios; en ella el pensamiento y las acciones son concebidos y puestas en marcha”, añadió el especialista al participar en las Jornadas de los Estudios Latinoamericanos, realizadas en el marco de los 80 años de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL).

 

Asimismo, es un complejo sistema de condiciones, situaciones y circunstancias siempre dadas por sobreentendidas, como algo tan natural que no exige siquiera que se piense en ellas. “Es el manto cultural omnipresente e invisible que lo envuelve todo en las relaciones sociales”, consideró.

 

También es el enfoque general básico que está en cualquier punto de vista intelectual. Se expresa tan directamente como es posible, pero sobre todo a través de signos, señales y símbolos, señaló.

  

No es casualidad o azar que las mujeres no ocupen mesas directivas o puestos de responsabilidad en los gobiernos, indicó Daniel Cazés. Por ejemplo, en el ámbito mundial el número de mujeres con cargos de representación, por ejemplo legislativa, rara vez pasa del 12 por ciento en relación con los hombres, y el de aquellas que están en puestos ejecutivos constituyan el 10 por ciento.

 

Para los varones, prosiguió durante la conferencia Hacia la equidad de género en América Latina,  “ser misóginos es algo que debemos aprender; no nacemos así, sabiendo disfrutar de los privilegios que significa ser hombres”. Pero, al mismo tiempo, debemos enseñarnos a demostrar que lo merecemos, y esto significa una permanente tensión: tener éxito, ser competitivos, buenos proveedores, permitir que nuestras cónyuges trabajen sólo para ayudarnos, entre otras cuestiones.

 

A su vez, Marisa Belausteguigoitia, directora del Programa Universitarios de Estudios de Género, al dictar la conferencia Los Caracoles como pedagogía zapatista: tiempo y espacio del sujeto femenino indígena, aseguró que dichas zonas autónomas, deben ser reconstituidas como lugares donde no sólo se habla para todos, sino desde los sitios más frágiles.

 

Añadió que aún cuando Los Caracoles nacieron festejados por las  mujeres indígenas, en la actualidad han marcado un particular silencio que debe ser estudiado y  entendido de maneras diferentes. “Hoy sus voces son tenues, el espacio está cada vez más intervenido y el tiempo es cada vez más lento”, indicó en la Mesa redonda Globalización y cultura en América Latina.

 

La mujer indígena ha tenido una presencia intermitente: aparece y desaparece en el espacio público. “Todavía –recalcó– no se verifica el cabal cumplimiento de las Leyes Revolucionarias de las Mujeres, caminos y reformas que otorguen su autonomía no sólo en cuestiones de derechos reproductivos y contra la violencia, sino también en cuanto a su participación en la vida política. “El camino parece ser el de un caracol”, concluyó.

 

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Foto 01

Marisa Belausteguigoitia, directora del PUEG de la UNAM, participó en las Jornadas de los Estudios Latinoamericanos, realizadas en el marco de los 80 años de la FFyL de la UNAM.

 

Foto 02

La actual situación latinoamericana no cambiará si no se elimina de ella la misoginia, aseveró Daniel Cazés Menache, director del CEICH de la UNAM.