Boletín UNAM-DGCS-819
Ciudad Universitaria
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Esa
característica designa una conjugación de temor, rechazo y odio a las mujeres y
a lo femenino
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Dijo Daniel
Cazés Menache, director del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias
y Humanidades de la UNAM
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Marisa
Belausteguigoitia, directora del PUEG, dictó la conferencia Los Caracoles como
pedagogía zapatista: tiempo y espacio del sujeto femenino indígena
La situación actual
latinoamericana no cambiará si no se elimina de ella la misoginia, que designa
una conjugación de temor, rechazo y odio a las mujeres y a lo femenino; además,
abarca mentalidades, acciones y predisposiciones, afirmó Daniel Cazés Menache,
director del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias y Humanidades
de la UNAM.
En realidad, dijo, ese
concepto está presente, imbuido, en todas las sociedades del mundo. “Se liga de
manera indisoluble a la condición masculina universal, tal vez de forma más
inconsciente que voluntaria; es la concepción de que ser hombre es lo mejor que
les puede suceder a las personas”.
La misoginia, referida
precisamente a todas las formas en que a las mujeres se les asigna de manera
sutil o violenta todo lo que se considera negativo y nocivo, conforma el
ambiente donde se desarrolla la cotidianidad, expresó.
“Es la esfera ideológica y
moral donde se matizan los conocimientos, se elaboran y procesan los
prejuicios; en ella el pensamiento y las acciones son concebidos y puestas en
marcha”, añadió el especialista al participar en las Jornadas de los Estudios
Latinoamericanos, realizadas en el marco de los 80 años de la Facultad de
Filosofía y Letras (FFyL).
Asimismo, es un complejo
sistema de condiciones, situaciones y circunstancias siempre dadas por
sobreentendidas, como algo tan natural que no exige siquiera que se piense en
ellas. “Es el manto cultural omnipresente e invisible que lo envuelve todo en
las relaciones sociales”, consideró.
También es el enfoque general
básico que está en cualquier punto de vista intelectual. Se expresa tan
directamente como es posible, pero sobre todo a través de signos, señales y
símbolos, señaló.
No es casualidad o azar que
las mujeres no ocupen mesas directivas o puestos de responsabilidad en los
gobiernos, indicó Daniel Cazés. Por ejemplo, en el ámbito mundial el número de
mujeres con cargos de representación, por ejemplo legislativa, rara vez pasa
del 12 por ciento en relación con los hombres, y el de aquellas que están en
puestos ejecutivos constituyan el 10 por ciento.
Para los varones, prosiguió
durante la conferencia Hacia la equidad de género en América Latina, “ser misóginos es algo que debemos aprender;
no nacemos así, sabiendo disfrutar de los privilegios que significa ser
hombres”. Pero, al mismo tiempo, debemos enseñarnos a demostrar que lo
merecemos, y esto significa una permanente tensión: tener éxito, ser
competitivos, buenos proveedores, permitir que nuestras cónyuges trabajen sólo
para ayudarnos, entre otras cuestiones.
A su vez, Marisa Belausteguigoitia,
directora del Programa Universitarios de Estudios de Género, al dictar la
conferencia Los Caracoles como pedagogía zapatista: tiempo y espacio del sujeto
femenino indígena, aseguró que dichas zonas autónomas, deben ser reconstituidas
como lugares donde no sólo se habla para todos, sino desde los sitios más
frágiles.
Añadió que aún cuando Los
Caracoles nacieron festejados por las
mujeres indígenas, en la actualidad han marcado un particular silencio
que debe ser estudiado y entendido de maneras
diferentes. “Hoy sus voces son tenues, el espacio está cada vez más intervenido
y el tiempo es cada vez más lento”, indicó en la Mesa redonda Globalización y
cultura en América Latina.
La mujer indígena ha tenido una presencia intermitente:
aparece y desaparece en el espacio público. “Todavía –recalcó– no se verifica
el cabal cumplimiento de las Leyes Revolucionarias de las Mujeres, caminos y
reformas que otorguen su autonomía no sólo en cuestiones de derechos
reproductivos y contra la violencia, sino también en cuanto a su participación
en la vida política. “El camino parece ser el de un caracol”, concluyó.
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Foto 01
Marisa
Belausteguigoitia, directora del PUEG de la UNAM, participó en las Jornadas de
los Estudios Latinoamericanos, realizadas en el marco de los 80 años de la FFyL
de la UNAM.
Foto 02
La actual situación latinoamericana no cambiará si no se elimina de ella la misoginia, aseveró Daniel Cazés Menache, director del CEICH de la UNAM.