06:00 hrs. Octubre 31 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-795

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

IMPONE LA UNAM RÉCORD GUINESS

 

·        La comunidad de la Facultad de Medicina reunió cinco mil 667 calaveritas de dulce

·        Es hasta hoy el tzompantli o muro de cráneos más grande de México

·        El hecho fue constatado por abogados de la FM, quienes enviarán el acta que lo certifica para su registro en el Libro Guiness

 

Estudiantes, profesores, investigadores, trabajadores y autoridades de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM impusieron un récord Guiness al reunir cinco mil 667 calaveritas de dulce en lo que es, hasta hoy, el tzompantli o muro de cráneos más grande de México.

 

Guiness México estableció que un número significativo eran tres mil piezas, por lo que esa fue le meta a superar por la comunidad de esa dependencia. Los pequeños cráneos comenzaron a reunirse  y la cifra se superó con mucho e, incluso, llegaron contribuciones extra, pero ya no se contabilizaron por haber sido colocadas fuera de tiempo.

 

Tal hecho fue constatado por abogados de la FM. El siguiente paso para el registro del récord en el Libro Guiness será enviar el acta que lo certifica a su sede en México, donde se iniciará el trámite oficial; en unos meses se conocerá el resultado. “Como tzompantli, creemos que no hay ninguno otro similar en nuestro país”, explicó el antropólogo Jorge Miranda, uno de los organizadores.

 

 

El profesor de Antropología Médica y encargado del Programa de Tutorías, Becas y Orientación Vocacional de la Secretaría General de esa Facultad, dijo que “desde que se puso la primera pieza han pasado mañanas, tardes y noches, y la afluencia de la comunidad aumentó”.

 

Los primeros días los participantes fueron los encargados de colocar su calaverita y dar vuelta al cintillo de la numeración; a medida que fue creciendo la cantidad de cráneos de azúcar, chocolate, amaranto y gelatina, ya no fue posible.

 

“Hemos vencido mil obstáculos, como el aire que derriba los floreros; además, no han venido avispas ni hormigas; nos han tratado bien. Tuvimos una vigilancia estricta y no se ha perdido ninguna figura”. En una sola jornada se reunieron más de 2 mil 500, añadió.

 

Al respecto, Juan Manuel Pineda, estudiante y organizador del acto, calificó la participación de la comunidad como “entusiasta”, aunque reconoció que al principio no pensaron que se alcanzaría la meta.

 

Aclaró que no se trata de un récord que ya existiera. Su objetivo fue “sembrar la semilla”, para que el próximo año se sumen otras facultades y “lo hagamos en grande”.

 

Los abogados dieron fe del conteo final, el cual se hizo en un acto público, pues ese es uno de los requisitos establecidos por Guiness, además de la presentación de fotos y videos, entre otros.

 

Esta actividad, añadió el antropólogo, intenta propiciar un encuentro con nuestras tradiciones. “En esta ocasión hicimos la reproducción de un tzompantli prehispánico, un lugar de cráneos, cuyo origen es precolombino”.

 

Las construcciones de este tipo, trabajadas en piedra, se encuentran sobre todo en el Templo Mayor, Tula y Xochicalco. Hoy, se rememora esa visión indígena, el hueso descarnado, que es parte del origen de la ofrenda pero adquiere una gran alegría en México gracias al arte popular nacional.

 

 

El académico explicó que los pequeños cráneos se montaron en un escenario donde confluyeran tres grandes conceptos: la cosmogonía, la arqueología y la etnografía. De ese modo, en el fondo se observó el cielo, que para los antiguos mexicanos se dividía en 13 pisos o niveles; en el último vivía Ometeotl, dios de la dualidad, de los pares, de los equilibrios, y en el cuarto, Quetzalcóatl.

 

También había nueve niveles en el inframundo hasta llegar al Mictlán o lugar del descanso eterno, pero también del nacimiento del hombre. Así se cierra el ciclo vida-muerte, abundó.

 

Lo que hacemos cada año, rememoró, en la renovación de altares domésticos, en los cementerios o los atrios de las iglesias, es recordar a nuestros muertos siendo fieles reproductores de la tradición, rememorar que vienen los espíritus, pensar en nuestros antepasados.

 

En la Facultad esta tradición cumple el objetivo de dar identidad y unidad, es un rostro de múltiples facetas donde se representa a cada uno de sus miembros  Además, se contribuye a una formación sólida para los estudiantes, consideró.

 

Los abogados de la FM, Verónica Ortiz Medina y Olegario Rodríguez Sánchez explicaron que para registrar el récord se levanta un acta en la cual se constata que el número de calaveritas fue el correcto.

 

Después se manda el conteo, por medio de las autoridades correspondientes y organizadores, para que quede inscrito en el libro de récords Guiness. De hecho, en el conteo final la cifra aumentó de 5 mil 494 a 5 mil 667.

 

-o0o-

FOTO 1

La comunidad de la Facultad de Medicina de la UNAM impuso el récord Guiness al reunir 5 mil 667 calaveritas de azúcar, que conforman el tzompantli o muro de cráneos más grande de México.

 

FOTO 2

Una estudiante coloca una calavera de azúcar en el tzompantli erigido en la Facultad de Medicina de la UNAM. Esta actividad le valdrá ser incluida en el récords Guiness.

 

FOTO 3

En la Facultad de Medicina de la UNAM se construyó un tzompantli, con lo que se cumple el objetivo de dar identidad y unidad cultural al recrear la tradición mortuoria de nuestros antepasados indígenas.