06:00 hrs. Octubre 30 de 2004

 

Boletín UNAM-DGCS-793

Ciudad Universitaria

 

Pies de foto al final del boletín

 

CURSO DE EXPERIMENTACIÓN CIENTÍFICA PARA PROFESORES DE BACHILLERATO

 

 

·        Se dirigió a docentes de biología, física, química y matemáticas para que amplíen y transmitan a sus alumnos el uso de la ciencia en la vida cotidiana

·        Francisco Fernández de Miguel, investigador del IFC de la UNAM, refirió que es el principio de un proyecto para recibir a  los alumnos en los laboratorios de la FC

 

 

Con el fin de imbuir a los estudiantes de bachillerato en las labores de un investigador en la resolución de problemas cotidianos, los profesores de biología, física, química y matemáticas de este nivel se preparan mediante la experimentación directa para ampliar y transmitir a los alumnos el manejo de esas disciplinas.

 

Para alcanzar esa meta se organizó el curso piloto ¿Qué onda? La UNAM experimenta en ciencias, dirigido a profesores de áreas exactas del plantel Sur del Colegio de Ciencias y Humanidades, informó el doctor Francisco Fernández de Miguel, investigador del Instituto de Fisiología Celular (IFC).

 

La actividad, organizada por esa dependencia, las facultades de Ciencias y Química, y el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, con el apoyo de las asociaciones Mexicana de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel, y Experimenta Ciencia, pretendió la utilización del pensamiento y método científicos en esos campos, para que los asistentes los incorporen para definir preguntas, debatir, proponer alternativas viables en la solución de conflictos sociales y mejorar sus actividades.

 

El curso, impartido a 168 docentes, fue además el principio de un proyecto por el que se mantendrán cuatro laboratorios permanentes (uno por cada área del conocimiento) para recibir a alumnos del bachillerato.

 

Fernández de Miguel abundó que todos los experimentos realizados versaron sobre las ondas y en particular sobre la luz. Se eligió este tema por ser común a las cuatro disciplinas. Por ejemplo, en física se estudian las ondas; la conservación de la energía o su transformación.

 

O bien, añadió, en biología los seres vivientes la utilizan, reaccionar con ayuda del sistema nervioso y conviven con el medio ambiente. Asimismo, se producen reacciones químicas. Desde el punto de vista matemático, se analizan procesos o mecanismos ondulatorios, su propagación y aplicación.

 

Esos temas están incluidos en los programas del bachillerato. En el curso, “después de estudiar el fenómeno básico, se hacen extrapolaciones, de modo que los asistentes vean que las mismas herramientas se pueden utilizar en la vida cotidiana”.

 

Francisco Fernández de Miguel refirió que esta experiencia académica está basada en la del Centro Belmonte de Laboratorios para la Juventud de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde Itzchak Parnas creó espacios de experimentación ante la preocupación que causaba el bajo nivel científico de los alumnos de esa institución.

 

El interés primario no es que los alumnos llenen las aulas de estas áreas. “Quizá una proporción más de jóvenes pierda el miedo a la ciencia y otra deje de desertar de algunas licenciaturas relacionadas con matemáticas, pero lo fundamental es que quienes no van a seguir las de ese tipo entiendan este pensamiento. La forma de hacerlo es la experimentación directa, utilizando las cuatro áreas sobre un tema común”, expresó.

 

En primera instancia se trabaja con los profesores del CCH Sur, abundó; una vez que se ponga en marcha el proyecto, el cupo sería de cerca de siete mil alumnos al año, es decir, el equivalente a los alumnos de segundo y tercer semestres de ese solo plantel.

 

“Más adelante quisiéramos expandirlo y tener otras sedes. Mientras tanto, este curso es importante. Dará una evaluación de los logros y posibles deficiencias para mejorarlo y una vez establecidos los laboratorios permanentes pueda darse una mejor formación a los jóvenes bachilleres”, añadió.

 

El científico destacó que gracias al financiamiento de las asociaciones mencionadas no sólo se diseñaron e implementaron equipos, sino que se becaron estudiantes de licenciatura y de servicio social, quienes desarrollaron los programas de cómputo necesarios, en los que se combinan el diseño e instrumentación de los experimentos con actividades docentes.

 

Hasta ahora, no existe un proyecto similar en el país, aunque su filosofía se encuentra en los orígenes del CCH y hay ya varios programas de ciencia como el de “Jóvenes hacia la Investigación”. Sin embargo, “a pesar de ser estupendos, señaló, están sesgados a estudiantes que ya tienen interés por las ciencias”.

 

En este caso, finalizó Fernández de Miguel, queremos un programa masivo para los estudiantes que no necesariamente llegarán a ser científicos, de modo que en términos ideales, la población mexicana tenga entrenamiento en esas áreas.

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FOTO 1

 

Profesores de biología, física, química y matemáticas del bachillerato universitario durante el curso piloto ¿Qué onda? La UNAM experimenta en ciencias.

 

FOTO 2

 

Francisco Fernández de Miguel, investigador del IFC de la UNAM, habló sobre el curso de experimentación dirigido a profesores de áreas exactas de bachillerato universitario.